AVADA KEDAVRA

19| Matar no es necesario

Hermione observaba la mansión oscura mientras del otro lado, Grindelwald toma una copa de vino y se servía un poco.

-No sabía que Grindelwald tenía un hijo- habló mirándolo.

Erick dejó la botella de vino sobre la mesa y se giro hacia ella con una sonrisa, Hermione se percató, que a diferencia de Víctor, el tenía los ojos claros pero cuando empleaba su magia uno de ellos se ponía de color plata, además, su sonrisa era macabra, simplemente debía sonreír para cuasar el temor de cualquiera. Ryddle también lo lograba, pero sentía más poder en Grindelwald.

-Sorpresa- exclamó Erick alzando su copa de vino y acercándose a ella.

Los pasos de alguien acercándose hizo que ambos se girarán, Hermione miró al hombre lobo de nombre Greyback y a su compañero, Scabior, ambos hicieron una reverencia exagerada haciendo que Erick rodará los ojos.

Amaba las reverencias. Sabía que era el mejor de todos, pero a veces eso no era necesario.

-Mi Lord- habló Scabior mirándolo, los ojos del hombre se posaron en el y luego en Hermione - Oh, tenemos un hermosos rehén, podemos...

-No van a hacer nada asquerosos y retorcido con la chica- los interrumpió de inmediato acercándose a ellos, le dio un sorbo a su bebida y los miró fijamente- ¿Donde está?

-Cerca de las costas de la Calavera Negra, al parecer siguen buscando los horrocruxes.

Erick soltó una pequeña risa y negó con la cabeza.

-Ryddle, Ryddle, Ryddle... - habló con burla- Siempre creyéndose un listo. Jamás encontrarán los horrucruxes porque los tengo yo... - luego hizo una mueca de sorpresa finguida-  Uy, hable de mas.

Hermione miró con sorpresa al chico y luego Erick chasqueo los dedos y señaló la salida.

-Largo-ordenó sin mirarlos y dándose la vuelta

-Pero mi Lord, la chica...

-Yo me encargo de ella- se giro a verlos- He dicho largo.

Ambos hombre se miraron, Greyback se atrevió a volver a hablar.

-Bellatrix ha llegado a la casa, quiere a la chica.

Erick iba a tomar el vino y se quedó con las manos suspendidas antes de tomarlo, se quedó callado unos instantes y luego sonrió teniendo una idea en mente.

-Hazla pasar-ordenó.

Ambos hombres desaparecieron y en su lugar se escucho una risa demencial, a Erick le simpatizaba la mujer, estaba realmente loca.

-Erick querido- exclamó con su demencia característica- Oh, la sangre sucia- exclamó al mirar a Hermione, miró a Erick y otra vez a Granger- ¿Puedo matarla? - preguntó con una sonrisa.

Erick sólo negó con la cabeza y Bellatrix resoplo.

-Le quitas la diversión a todo hijo mio.

Bellatrix siempre habia visto a Erick como un hijo más, el hijo villano que siempre quiso.

Erick se recargo sentó en la silla se piel negra y miró a Hermione por unos segundos, luego los posó en Bellatrix.

-¿Que necesitas?

-Un buenas tardes no estaría de mas- aconsejo Bellatrix y miro de reojo a Granger- Te tengo dos noticias, una buena y una mala ¿Cuál quieres primero?

-La buena...

-Te diré la mala- soltó Bellatrix y los ojos negros de Erick se colocaron en ella, podría decir "Avada Kedavra" en su mente y matarla, pero la necesitaba- Mi pequeño Víctor esta a punto de encontrar los horrocruxes y eso no nos conviene.

-No los encontrarán- aseguró mirándola- ¿Cuál es la buena?

-Tommy está muy ocupado pensando en su guerra que en sus horrocruxes lo que nos da tiempo de reclutar a nuestras tropas para tener ventaja.

-Ya están listas- contestó Erick mirándola- Hombres lobos, vampiros y mortifagos están de nuestro lado. Mi padre se está encargando se distraer a Tom- Erick sacó un pedazo de pergamino y comenzó a escribir, el sonido de la pluma resonaba en el papel- Mandale está a Ollivander... - tomó una de las cartas-  y está... - tomó la otra carta- A.B

La mujer asintió, sacó de un bolsa negra una caja alargada y la dejó sobre la mesa.

-Ollivander espera que sea de tu agrado, me ha comentado que ha sido difícil crear una varita más poderosa que la de saúco. Una varita de plata, elaborada con diente de basilisco.

Erick tomó la caja, la abrió, sacó la varita de la caja y sonrió. Sus ojos se colocaron en la varita que tenía entre sus manos, era una varita larga y delgada, flexible y estica, de color plata y sin muchas decoraciones. En la parte del mango estaba grabadas las letras de EG.

-Más poderosa que la sauco-  susurro y sonrió, miró a Bellatrix- Y más poderosa que la de tu hijo.

-Cierra la boca-rodó los ojos la mujer y luego abrió sus ojos al recordar algo importante- Tengo otra cosa que contarte, lo había olvidado por completo... - rio, Erick la miro con aburrimiento, luego dejo de reír y se puso seria- Tu madre esta aquí.