«A la puerta de la realidad se encuentra el dolor».
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CAPITULO 43
—Lía Sellers—
La resaca es lo único que nos hace decir que no volveremos a tomar, sin embargo, lo volvemos hacer. Llegué a la seis de la mañana a casa y gracias a que venía con Carper cayéndose de borracho mis papás no me dijeron nada. Les mentí diciendo que estaba con él. Hoy es día de ir a la universidad, pero no iré, prefiero ir donde mi hermana que tiene permiso de visitas.
Estoy mirándome en el espejo y veo a Carper abrir los ojos, pasa su mirada por la ropa que está en el piso y niega con su cabeza. Dice algo en voz baja y no logro escucharlo. Se ve preocupado.
—¿Tuvimos sexo? —Pregunta alzando su sábana para ver si trae ropa—. Dime que no.
—No me gustan las sobras, recuerda que ya fuimos novios y bastante que me follaste. Eras pésimo —me aplico labial a medida que hablo—. Quita esa cara, no pasó nada entre nosotros, tomaste mucho y por eso estás aquí conmigo.
—¿Y por qué mi ropa está en el piso? —Se empieza a vestir—. Dime si pasó algo, yo no puedo fallarle a... solo dime
—Te violé —replico.
Lo veo reírse por debajo y niego. Está loco, y todavía le debe estar doliendo lo de Brian, en su cara se le ve lo triste. Me pongo en pie y le paso un vaso con agua y dos aspirinas.
—Te van a servir para el dolor de cabeza que se te prenderá por el alcohol —lo recibe—. Me tengo que ir, tú puedes bajar a comer algo y pides un taxi para irte, si no tienes dinero lo tomas prestado de mi closet, sabes dónde está.
Carper venía cuando éramos novios y sabe dónde guardo mi dinero.
—Gracias, ¿irás con Brian?
—No. Iré a ver a mi hermana, nos vemos luego.
Lo dejo solo y salgo de la casa antes que mis papás regresen. Ellos llevan tiempo buscando a Berni y si saben dónde está se me armará un caos. Ya tengo con mis papás queriéndome separar de Betsy. El tráfico está pesado y es por eso que he llegado tarde para la visita, ya no me van a dejar pasar. Pido hablar con algún superior y me pasan a una oficina, espero por casi media hora hasta que se abre la puerta. Esperé ver a cualquiera en este lugar, menos a Evangelina. ¿Cómo es que está aquí?
—La señorita del cuarto oscuro —Evangelina se ríe y me besa la mejilla como saludo—. Vienes a ver a Berni Sellers Dallas, tu hermana melliza.
—¿Cómo sabes eso?
—Trabajo aquí hace dos años y cuando te vi ayer se me vino la imagen de Berni porque ya la había visto aquí —me pone las manos en el hombro—. Yo sé mucho más de lo que te imaginas, Lía. Ahora sígueme, convencí al director que te dejara ver a tu hermana.
Cómo está que sabe más de lo que pienso, apenas la conocí ayer y ella sale con esto. La sigo y me lleva a un jardín muy grande, señala a su derecha y veo a mi hermana sentada en una roca. Me le quedo viendo fijamente y siente mi mirada porque voltea a verme, viene corriendo abrazarme y la abrazo con fuerza. La he extrañado. Le agradezco a Evangelina por traerme y solo asiente para irse.
—Mira cómo estás de hermosa —le doy una vuelta y se ríe—. Esta sí es la hermosísima Barni.
—Es Berni —reprocha y vuelve abrazarme—. Pensé que no vendrías, tenemos mucho de que hablar.
—No puedo perderme ver a la chica más guapa y sexy de todo el mundo.
—Tú sí sabes cómo es.
Nos vamos a sentar en la roca donde estaba hace unos segundos, ya quería ver a mi hermana y saber cómo se siente. Nada puede romper la conexión que sentimos y yo sé que está tranquila en este lugar, pero le hace falta hablar con alguien.
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Lo que llaman un amor prohibido. [LGTB] © #1
Teen FictionLía Sellers. Una adolescente británica de diecinueve años. Va en segundo semestre de psicología en la universidad King'sOxf. Su vida se ve marcada cuando descubre que ha empezado a sentir amor por una chica. Ante los ojos de sus padres dejará de ser...