«No juzgues, si no te conoces a ti mismo».
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C A P I T U L O 4.
—Lía Sellers—
¿Sabes qué es no querer bañarse con agua fría y que tu amiga te tire agua como loca? ¿No? Pues yo sí lo sé. La descerebrada de mi amiga me ha tirado agua helada por el hecho que no quería bañarme. Es una estúpida, cómo me hace eso.
Hace un rato me llamó mamá muy enojada porque se iría de viaje con papá por tres días y a mí no se me dio por llegar temprano a la casa para despedirme. Obvio no iba a ir sabiendo el sermón que me darían por quedarme con Betsy. Por lo que me dijeron mi hermana se quedó con una amiga haciendo un trabajo, ¿cuál trabajo? No sé, porque no tenemos trabajos que a hacer y lo más seguro es que la niña Berni esté haciendo una locura. La conozco tanto que me corto uno de mis senos si no está maquinando una de sus locuras. ¡Es loca a morir!
Me había terminado de dar una ducha y para mi mala suerte no había ninguna toalla. Me asomo con cuidado que no haya nadie y salgo a tomar una toalla. Soy una tonta, solo a mí se me olvida tomar una toalla cuando me baño como Dios me trajo al mundo.
—Lindo trasero —pego un grito cuando escucho la voz de Betsy detrás de mí, dejando caer la toalla que tomé y dejando mi cuerpo al descubierto. Me mira de pies a cabeza marcando una fina línea en sus labios y me pasa la toalla para que me cubra—. No deberías andar desnuda por toda la habitación.
—En el baño no habían toallas, me tocó salir.
—Te ha servido ser follada, tu cuerpo está muy sexy. Tú eres sexy.
—Follar es bueno —le guiño un ojo con coquetería y ella sonríe—. Y para que sepas, yo era sexy antes de dejarme desvirgar, y tampoco es nada del otro mundo, solo placer.
—Uff, que mal sonó eso, el género masculino te mataría si te escuchan hablar así.
—Follame tú.
—¿Qué?
—Solo bromeo, pendeja —me rio y la saco de la habitación para poder vestirme con ropa que me ha prestado—. ¡Vez haciéndome algo de comer!
—¡Si tienes hambre ven y la haces tú!
Suelto una risita cuando la escucho gritarme de esa manera, mi querida amiga se ha enojado por una bromita. Que boba. Me termino de vestir y no me veo tan mal, la blusa mangas largas no me queda tan mal y me queda muy justa, la falda me queda ajustada a mis piernas y eso me hace marcar más la figura. Soy fans de ella.
(…..)
Le había pedido pasar por el supermercado a Betsy antes de llegar a mi casa, así que me está esperando afuera para no dejar el auto solo. Camino por el pasillo donde se encuentran los mecatos y cuando tomo una bolsa de papas fritas queda un espacio que permite ver hacia el otro pasillo, y para mi sorpresa, ahí está mi amiga Briandy acompañada de Carper que parecen discutir. Me coloco en puntillas y escucho la voz de Briandy:
—Dime la verdad, Carper, ¿tienes algo con Brian? Los miré hablando muy de cerca anoche cuando estuve en tu casa, ni siquiera notaste mi presencia —lo manotea haciéndolo retroceder. No luce nada contenta—. ¡Habla!
—Son ideas tuyas, Bri, solo cabe en tu cabeza que andaría con ese maricón, ¿me ves cara de andar con él? —Su voz parece tan segura que cualquiera le creería eso. Menos yo—. Si sigues desconfiando lo mejor es dejar las cosas hasta este punto.
Típico manipulador.
—Sí confío en ti, pero no sé.
—¿No sabes qué? Se directa.
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Lo que llaman un amor prohibido. [LGTB] © #1
Roman pour AdolescentsLía Sellers. Una adolescente británica de diecinueve años. Va en segundo semestre de psicología en la universidad King'sOxf. Su vida se ve marcada cuando descubre que ha empezado a sentir amor por una chica. Ante los ojos de sus padres dejará de ser...