21. ¿Un consolador doble?

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«A las puertas del placer están las mejores sensaciones».

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                     CAPITULO 21

—Lía Sellers—

—Pa’, te dejo encargado de las chicas, iré a casa de Harry —le miento para poder salir sin problema alguno—. Quedamos de vernos.

—Sé linda con ese muchacho, hija.

Planto un beso en su frente y salgo de la casa sin decir nada más y con una gran sonrisa. A las chicas ya las dejé dormidas y mi celular lo apagué para que nadie me moleste. Hoy necesito estar a solas con Betsy, y nada mejor que ir a su casa. Con su mamá siempre me he llevado muy bien, y con Brian que está con ellas no hay problema.

Quería verme guapa para Betsy, así que me coloqué un short de tela negra, trae un fajón en la parte de adelante. Una blusa mostaza con estrellas negras que deja ver mis hombros y es mangas tres cuartos y mis Vans negras. Mi cabello lo até en una trenza hasta la mitad y no voy maquillada, así me siento mejor.

—¡Lía! —Me saluda Brian cuando abre la puerta—. Que guapa estás.

—Hola, ¿dónde está Betsy? —Lo hago a un lado para entrar a la casa.

—Salió hace como una hora, dijo que venía más tarde —nos sentamos en uno de los muebles—. Estaba de mal humor.

—Pero que milagro es este, la señorita Lía en mi hogar —la voz de la mamá de Betsy me toma por sorpresa, y me levanto para darle un abrazo—. Ya no querías venir por aquí, ¡he!

—Señora y, claro que quería venir solo he estado ocupada —nos apartamos—. Usted sabe que no me olvido de su comida, porque sí que cocina delicioso.

—De eso no cabe duda —habla Brian.

—¿Buscas a Betsy? —Muevo mi cabeza haciéndola saber que sí—. Espérala, salió con una amiga.

¿Amiga? ¿Qué amiga es esa?

—¿De casualidad no se llama Mafe?

—Esa misma, esta mente mía ya está mal, se me olvidan hasta los nombres —no me queda de otra que sonreír—. Te buscaré algo de tomar, ya vengo.

No puede ser cierto que Betsy se haya ido con esa chica. Entiendo que no estaba nada feliz porque no estaba segura si vendría, pero de ahí a irse con la flacuchenta esa, ya es otro nivel. Pero deja que venga y le cantaré la tabla, a mí no me verá la cara como hizo con esa niñita de quinta.

—¿Tú lo sabías? —Brian mira hacia otro lado chiflando como si no fuera con él—. Claro, tú sabías —afirmo.

—Sí, pero no te iba a decir eso sabiendo cómo te pones.

Decido no preguntar nada y me siento de nuevo. Se supone que Betsy y yo andamos y ahora me salen con que ellas salieron juntas. Lo peor de todo es que llevan una pinche hora fuera de casa. No quiero ni pensar qué estarán haciendo.

Me paseo de un lado a otro esperando a Betsy, hace más de tres horas estoy aquí y ella no aparece. Ya ni siquiera sé de qué habla Brian, solo lo veo mover los labios, pero mi mente está en otro lado. Ya no quiero seguir esperando, me largo.

—Debo irme, ya es tarde —hablo, tomando mi pequeño bolsito—. Nos vemos.

—¿Le digo a Betsy que viniste?

—No gracias, deja así.

Salgo de la casa y cuando me voy a subir en mi auto veo que llega Betsy con la mentada Mafe. La muy regalada me mira con un sonrisa triunfante y quiero partirle la cara en pedacitos. Ignoro el hecho que ellas estén juntas y ya me subo al auto, pero antes de conducir escucho el grito de Betsy. La ignoro y me marcho sin detenerme. La esperé tres largas horas, y ahora que no pretenda que me voy a quedar para ver cómo se acuesta con la niñita esa.

Lo que llaman un amor prohibido. [LGTB] © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora