Cadenas

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La rodeaba una inmensa oscuridad, el lazo rojo que la guiaba se extendía hasta perderse en la única fuente de luz que había en aquel lugar. Allí es a donde tenía que ir, el mundo interior de Ichigo, supuso; sin perder más tiempo, empezó a correr. Mientras se acercaba pensaba en lo que debía hacer, en lo que podría encontrar cuando entrara a aquel lugar que era un completo misterio para ella. Si era realmente sincera, tenía miedo, miedo de lo que pudiera pasar si no podía ayudarlo, miedo de que su lado Quincy ganara, ¿Qué pasaría entonces? No quería ni imaginárselo, en especial porque si eso llegara a pasar, sería su culpa, de cierta forma.

Se lanzó hacia aquella luz, y sin darse cuenta contuvo la respiración y cerró fuertemente los ojos. No se esperaba para nada aquella sensación que la invadió, sintió como si se hubiera zambullido en el agua. Abrió los ojos sorprendida; efectivamente estaba bajo el agua, a su alrededor pudo ver un sinfín de edificios, pero estos estaban en horizontal. Iba a seguir analizando su alrededor, pero una explosión la hizo sobresaltarse. A la distancia pudo ver cómo dos personas estaban luchando, instintivamente se puso a cubierto, en ese momento se dio cuenta que podía respirar a pesar de estar bajo el agua.

Se acercó con cautela al lugar de la lucha, al estar más cerca pudo distinguir quiénes eran los que estaban luchando. Las otras dos partes del alma de Ichigo peleaban con todo lo que tenían. Aquella era la primera vez que Rukia veía al hollow de Ichigo, no era como cuando su nakama usaba su poder en el mundo real, de alguna manera lo había imaginado como el monstruo que veía cuando Ichigo perdía el control, una armadura de hueso y una máscara; no esperaba que se viera tan similar al pelinaranja.

Curiosa, dirigió la vista hacia su parte Quincy. Era tal como Ichigo se la había descrito, con la excepción de que esta ya no tenía la venda cubriendo sus ojos. Lo vio usar su arco para atacar al hollow con una lluvia de flechas, mientras este se defendía usando el Getsuga Tensho.

- Nada mal para una bestia - oyó hablar al Quincy, su porte era elegante, completamente diferente al que ella estaba acostumbrada a ver en Ichigo, era demasiado extraño ver a alguien que tenía su mismo rostro, pero era tan distinto en su actuar.

- Tsk, aun no has visto nada, Quincy – dijo con desprecio el hollow – No hay suficiente espacio para los dos en este mundo, lo que significa que debo a acabar contigo - Sonrió ampliamente, como si en verdad se estuviera divirtiendo.

Rukia solo los observaba sin moverse, necesitaba encontrar a Ichigo, Shizue le había dicho que estaba encadenado, pero no sabía por dónde empezar a buscar, intentó sentir su reiatsu, pero fue inútil, tanto como el hollow como el Quincy tenían un reiatsu similar al de Ichigo, además, estaba en su mundo interior, todo a su alrededor desprendía su reiatsu.

- ¡Bankai! - escuchó, al parecer, el hollow de Ichigo estaba en problemas, aquel Quincy parecía ser más rápido - ¡Getsuga Tensho! - hizo retroceder al Quincy, si tan solo el rey no estuviera lloriqueando podría deshacerse de ese Quincy sin siquiera sudar, desde que le había prestado su poder permanentemente había quedado más débil, tenía que hacerlo reaccionar de alguna forma, pero ese maldito intruso no le dejaba distraerse ni por un segundo.

Rukia estaba tentada a intervenir, pero no sabía si eso traería alguna consecuencia para el cuerpo de Ichigo. Necesitaba encontrarlo lo antes posible, y la única opción de hacerlo a tiempo era preguntarle al hollow.

- ¡Oye, tu! - le gritó, poniéndose a la vista.

El peliblanco se giró. En cuanto la vio, no pudo sino sonreír más ampliamente.

- ¡Vaya, pero si es la reina! – dijo – ¡No podrías haber llegado en mejor momento!

A la shinigami le causó curiosidad el cómo la llamó, pero decidió que eso no era importante ahora.

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