Como explicarlo?

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Intentaron llegar lo más rápido posible a la tienda de Urahara. Al entrar el científico los recibió con una sonrisa.

-oh Kuchiki-san, Kurosaki-san, que sorpre...-se quedó mudo de repente al ver la cadena que el joven pelinaranja traía en el pecho.

- Hola Urahara-san- saludo Ichigo como si nada.

El rubio se acomodó el sombrero de manera que sus ojos quedaron ocultos, y puso una expresión demasiado sombria como para tratarse del mismo carismático Kisuke Urahara.

-Ya veo- hablo con voz seria- no sabía que pensar cuando sentí tu reiatsu desaparecer, pero nunca se me ocurrio que esto pasara.

-si, fue un accidente, nada del otro mundo- su actitud tan despreocupada desconcertó al sombrerero, pero no dijo nada al respecto- como sea, estamos aquí para... AUCH!- se quejó al recibir un fuerte golpe en la cabeza- Que demonios te pasa!- le reclamo a la pequeña shinigami quien era quien le había propinado el golpe.

- Que me pasa?!, que te pasa a ti?!, acaso no entiendes lo que sucede?, estas muerto!-bramo la pelinegra quien no había dicho nada desde que lo salvo del hollow- Porque actuas tan despreocupadamente?, tienes idea lo que sentirá tu familia al enterarse?, acaso sabes como explicarle esto a los demás? (refiriéndose a Chad, Ishida e Inoue) - siguió con el interrogatorio.

- bueno... yo

- Y lo peor de todo!, ya no podrás volver a vivir en el mundo humano, despídete de tu futuro, se suponía que tu tenías que vivir más, solo eres un adolecente!

- Rukia...

- Tanto que querías una vida normal, pues ahora ya no la tendrás, estas condenado a vivir como un espíritu y...

- RUKIA! - la interrumpió tomándola por los hombros – esta bien – trato de tranquilizarla, pues ya estaba empezando a ver como su voz se quebraba y lagrimas amenazaban con surcar su rostro.

- n-no, no esta bien, tu tenias toda tu vida por delante, no es justo que tu hayas...

- lo se - la volvió a interrumpir – pero no podemos hacer nada, fue un accidente, calmate – le hablo con voz suave.

- Kuchiki-san, es mejor que vayas con la familia de Kurosaki-san antes de que se enteren, seguramente su cuerpo ya ha sido levantado del lugar del accidente, tienes que apoyaros – le aconsejo Urahara, quien se mantuvo al margen de la discusión de los dos jóvenes.

- Pero...

- Ve Rukia, por favor- esta vez fue el pelinaranja el que hablo – te lo contare todo después – dijo recordándole que tenían una conversación pendiente.

- Esta bien, iré – musito un poco más calmada. Después abandono la tienda a pasa lento, mientras que la lluvia no cesaba.

Al momento que la puerta se cerro, Ichigo cayó al suelo de rodillas, la realidad lo haba golpeado, nunca se había planteado la posibilidad de morir, en las batallas siempre se negaba a rendirse, ni siquiera cuando lucho contra Kenpachi la primera vez se había rendido ante la muerte, pero ahora era real, el estaba muerto, ya no podría estar con su familia, ya no podría volver al instituto, todo eso se desvaneció en el momento en que salvo a esa mujer y a su hija de ser arrolladas por aquel auto.

-Kurosaki-san – sintió la mano del tendero en su hombro – todo estará bien, solo cálmate y respira profundo – dijo al ver al ver al ahora espiritu en estado de shock.

Ichigo solo se puso de pie y asintió, se dejó guiar hasta la mesa donde sabia, tendría que contarle qué fue lo que sucedió. Al sentarse, Ururu le dejo frente a él una taza de té caliente para después dirigirle una triste mirada e irse rápidamente.

-Estoy muerto – dijo con voz apenas audible mientras tomaba la taza de te entre sus manos en busca de calor.

-No te preocupes, es algo normal en los humanos – dijo una pelimorada entrando a la habitación sorprendiendo al joven kurosaki.

-Yoruichi-san...

-Bien, dime – empezó a hablar mientras se sentaba al lado del rubio de sombrero – que fue lo que paso? - termino la pregunta mirándolo fijamente.

- Pues...yo...- las palabras no salían de su boca.

- Tranquilo, no tienes que contarnos si no quieres, aunque tengo curiosidad en saber cómo moriste – dijo la morena empezando a beber una botella de leche que traía consigo.

- Yoruichi-san – la reprendió su amigo rubio por ser tan directa

-Que?, no dije nada malo, la muerte es algo natural, pero mientras mas rápido la aceptes es las fácil.

Ichigo al escuchar esto, se tranquilizó un poco, así que decidió contarles toda la historia, nunca pensó que un día estaría contándole a alguien como murió, pero ahí estaba.

Mientras tanto una pequeña shinigami ingresaba silenciosamente a la habitación que compartia con las mellizas en la casa kurosaki, al entrar se dio cuenta que las pequeñas ya estaban dormidas, aunque era normal ya que casi era media noche, estaba empapada de pies a cabeza, pero no le importo, y solo se introdujo a su gigai.

Miro la hora en el reloj que estaba encima de una mesa de noche, y se sorprendio, 11:45, no midió el tiempo que estuvo afuera, ahora no sabia que debía hacer, despertar al señor kurosaki e informarle de la situación o esperar hasta mañana.

El sonido del teléfono la saco de sus pensamientos, escucho como en la habitación de al lado se abría la puerta seguido de la voz de Isshin preguntándose quien llamaba a esas horas, mientras se dirigía hacia la planta baja para contestar el condenado aparato. Un mal presentimiento la invadió, salió rápidamente de la habitación haciendo el menor ruido posible, para no despertar a sus compañeras de cuarto, pero sin darse cuenta, una pequeña pelinegra abandonaba los brazos de Morfeo y la veía marcharse de la habitación.

Bajo rápidamente las escaleras, al llegar al primer piso vio a Isshin con el teléfono aun pegado a su oreja, pero sin decir ni hacer nada, parecía estar en trance hasta que Rukia lo llamo tímidamente.

-K-Kurosaki-san?, se encuentra bien?

-Dime que no es cierto – murmuro - dime que el está bien – dijo girándose hacia la shinigami.

-Pues...- podía ver la tristeza en los ojos del hombre que la recibió en su casa, no podía decir nada, así que solo bajo la mirada.

- Maldición! - exclamo colgando el teléfono violentamente – presentí que algo estaba pasando cuando sentí su reiatsu desaparecer, nunca creí que el...- no pudo seguir hablando, pues un nudo se había formado en su garganta

- Por favor cálmese – intento razonar la teniente, aunque ella antes hubiera estado en las mismas condiciones.

- Donde esta? – pregunto sin hacer caso a las peticiones de su tercera hija.

Ella al principio no entendió su pregunta, pero después supo que se refería a su alma.

-Esta en la tienda de Urahara- respondió también en voz baja.

El hombre solo paso de largo dirigiéndose al póster de su fallecida esposa.

-Oh Masaki... te he fallado...- sollozo con la voz quebrada, pegando su frente al retrato en la pared.

- No diga eso Kurosaki-san, fue un accidente, nadie podía hacer nada.

El solo la escucho, y asintió en silencio, luego se volvió hacia Rukia y dejo escapar un gran suspiro.

-Ahora como se lo diré a Yuzu y a Karin...

-Decirnos que?- escucho la voz de su hija desde las escaleras, y rápidamente se giro hacia ella mientras que la niña solo lo miraba con los ojos llenos de intriga

-Karin... 

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Disculpen la tardanza, he tenido algunos problemas pero ya he vuelto, espero que les guste el cap y me tengan un poquito de paciencia, espero también poder actualizar mas seguido, nos leemos luego, bye.

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