11 "Mis pesadillas son peores"

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Estábamos todos los integrantes que viven en esta casa sentados comiendo.

Al llegar se presentaron, sólo son dos chicos.

Mike y Tyler.

El primero es alto, ojos color ámbar y pelinegro, esta todo tatuado de los brazos, al quitarse la chaqueta de cuero su piel pintada resalto ya que es de tez clara.

Tyler es alto, pero no mas que Mike, sus ojos son cafés, tiene un cabello ondulado rubio cenizo, los dos son jóvenes, la edad de Ian o menos.

—Y dinos... ¿cómo es que subiste de puesto tan rápido? —cuestiona Tyler rompiendo el silencio, mira a Ian incrédulo.

—Soy una persona leal, no tengo a nadie que perder más que ella —me señala, sigo comiendo en silencio y con la cabeza gacha—. Dure tres años en una granja, salía a cazar y se usar armas, soy bueno haciendo negocios y ganarme a la gente.

—Perfil perfecto para Bill —contesta de vuelta.

—Lo mismo me dijo cuando después de encontrarme fumando en la plaza central de Virginia —se encoge de hombros mi hermano.

—Algo vio en ti —comenta orgullosa Escarlet.

—Potencial —dice orgulloso.

Una risita se me sale, todo se detiene y elevo mi rostro despacio. Ian me mira interrogativo y enojado.

—¿Qué te parece gracioso? —siento su mano posarse en mi muslo, trago saliva y niego.

—Re-recordé algo gracioso —intento no parecer intimidada, pero me es imposible.

Se me queda viendo por unos momentos serio, agacho la cabeza de nuevo y regresan a su platica.

—Te enviaron para ser nuestro jefe en el nuevo casino que abrirá pronto —suelta Mike, obteniendo la atención del demonio.

—Así es.

Después de eso ya nadie habla, terminamos de comer y pedí permiso para levantarme, Ian accedió sin más, ya se van de todos modos.

—Regresaré muy tarde, no te desveles —me advierte mientras se pone la chaqueta —, hay gente afuera, las puertas junto con las ventanas están selladas y no hay línea telefónica —pausa, no deja de sonreír burlón, se acerca más y deja sus manos sobre mi cuello, sin apretar—. No hagas nada estúpido.

Se inclina y se perfecto que va a hacer. Quiero escupirle y correr la cara, pensé que no lo haría de nuevo, pensé que todo esto iba a cambiar.

Deja de besarme, me he agitado al igual que él. Último beso en la frente y sale, de nuevo estoy encerrada.

Respiro hondo, me limpio los labios asqueada y camino por toda la gran casa, algunas puertas que ni dan al exterior están cerradas. ¿Qué esconderán?

Sigo dando pasos, puertas tras puerta hasta dar con una biblioteca. Este lugar está helado, un escalofrío traspasa mi cuerpo por completo y eriza mi piel, busco una manta, pero veo algo mejor.

Chimenea.

Arriba de esta están unos cerillos, prendo uno. Me quedo viendo la flama, como el palo se va quemando y este se dobla... lo imagino gritando de dolor, agonizando.

—Auch

Me quejo cuando el fuego toca mi dedo, suelto el cerillo y piso lo que queda rápido para no ocasionar un incendio, chupo mi dedo en el acto y saco otro cerrillo.

Vuelvo a encenderlo, pero esta vez sin mas tonterías lo echo dentro de la chimenea y se hace la magia.

Tomo asiento, acerco mis manos tomando el calor. No tengo ganas de leer, quiero a Joel.

La obsesión de Ian ©  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora