22 "Te amo, hermana"

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No me siento bien, no solo me pesa la vida sino mi alma está cansada.

Tal y como dijo Edwards no hable sobre el bebé que llevo adentro a Ian, pero las consecuencias son graves. Cada que puede abusa de mí, es un demonio incontrolable que no se sacia.

Y pesar de que no pasa mucho tiempo en la casa, cada vez que me mira jalonea mi brazo, me posa en cualquier lugar cómodo para él y entra en mi cuerpo.

Una y otra, embestidas para nada suaves, no suelo quejarme ni gemir, encajo las uñas donde pueda y aguanto todo, corrección, aguantamos todo.

Es una sensación extraña que me alberga a la hora de que se introduce en mi cuerpo, pero creo que es solo mi mente, la cual sabe que no estoy sola.

Dos corazones latiendo, una vida dependiendo de la mía.

Alguien creciendo en mi interior.

Todavía no lo proceso del todo, muchas veces he agarrado la navaja de afeitar y levanto mi blusa, pongo el filo contra mi piel, lloro, pienso y me arrepiento.

Él o ella no tiene la culpa, tampoco podría asesinarlo. No más muertes en mi cabeza, sufro con tres recientes, otra que sería mi culpa.

Ahora sí sin dudarlo me aviento del balcón.

Estoy soportando todo el peso en mis hombros, como con ascos, me obligo a retener la comida en mi estomago, complazco al demonio para que no explote y me golpee, mientras por horas trato de distraerme con Jake.

Porque por alguna razón se queda a cuidarme cuando los demás salen.

No mentiré diciendo que aceptó del todo a su persona, dentro mío hay resentimiento por lo que me hizo, pero también sé que no fue queriendo.

Tantas veces que se ha disculpado, pero solo lo observo callada y él se limpia sus lágrimas.

¿Estoy siendo mala?

Pienso que si, algún día le diré que lo perdonó.

Por el momento que siga disculpándose y me complazca en lo que quiero.

¿Por qué lo hace?

Se dio cuenta que estaba embarazada, un día entro a mi baño preocupado porque no salía ni generaba ruido, solo me estaba dando una ducha y me vio desnuda con mi vientre algo abultado.

Le grite que se saliera, se tapo los ojos y dio media vuelta.

Pero al salir ya cambiada con un vestido y mi cabello cepillado me interrogó. Lo negué la primera vez, las otras cinco también, hasta que me frustro y le dije que si.

Desde ahí no para de querer tratarme como una princesa, aunque se la pasa en una habitación del segundo piso que acoplaron para él, siempre sube y me pregunta si necesito algo o se me ofrece algún aperitivo.

A falta de poder bromear, llevarme bien con mi hermano lo hago con Jake.

Ese chico de mechas blancas en el cabello se ha convertido especial.

Sin embargo he "aprendido la lección" de Ian, no puedo querer mucho menos amar a alguien que no sea él o morirá.

Por eso sigo rechazando las disculpas de Jake, no quiero que se encariñe o que se de cuenta que por soplar las nubes grises de mis días le tengo afecto.

No y no, evito que muera y él me apoya guardando silencio respecto a mi bebé.

Lo asuste diciendo que si llegaba a decirle Ian me iba a matar con tu y bebé.

Él solo me dijo que no pensara mucho en decirle, ya que mi vientre se está inflando. Podría darse cuenta yéndose todo al carajo.

—Mira, te traje estas galletas que prepare —pasa a mi habitación sin tocar, me ha sacado de ls cadena de mis pensamientos, frunzo el ceño ya que no le entendí del todo.

La obsesión de Ian ©  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora