17 "No me mires así"

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No aguantaba más, el ritmo con el cual me penetraba era rudo y sin placer, mis ojos no paraban de lagrimear por el dolor que sentía allá abajo.

Cada embestida más profunda y dolorosa.

Mis piernas las tenía enrolladas en su cadera como él me ordenó que las pusiera. Gime en mi oído tan asquerosamente que no creo olvidar esos sonidos.

Muerdo mi labio, me arqueo, a él no le importa que esté sufriendo, sabe que me está haciendo daño, y me duele en el pecho que sea así.

Agarra mi mandíbula brusco para besarme, no le correspondo y se enoja saliendo de mi cuerpo haciéndome jadear de dolor.

Pensé que mi tortura terminaba, dejé caer mis piernas y me quedé viendo los ventanales con el cuerpo temblando, teniendo espasmos y llorando en silencio.

Pero estaba equivocada, chillo del impresión y horrible sensación cuando jalo de mi pie. Caí al suelo de sentón, volví a quejarme por dentro.

—Vamos, dame placer con esa boquita que te cargas —sus palabras son vulgares, me está tratando como una cualquiera.

No me inmuto, quedo viendo el suelo de madera con algunas gotitas de mis lagrimas.

—¿Quieres que te obligue? ¿Eh? —dice entre dientes para luego tomar mi cabello en puño y alzar mi rostro—. ¿Lo quieres todo a la mala?

No quiero nada.

—No más... ya no, por favor, Ian —suplico.

Los ojos me escocen, mi nariz está completamente tapada y ni digamos como siento mi cuerpo. Me doy asco.

—Aquí no se hace lo que tú quieras —comenzó a desabrochar la blusa de mis muñecas, una vez libres llevo mis manos temblorosas a su miembro, no quería tocarlo, forcejee obteniendo una bofetada —. Joder, deja de resistirte que solo empeoras todo.

Volvió a tirar de mi cabello, ahora también mi cara pulsaba y sentía ardor, sorbo mi nariz y hago lo que me pidió.

Nunca he hecho sexo oral, demonios.

¿Qué si quiero vomitar?

De solo imaginarme vomitando sobre su cuerpo me doy mucho asco y solté su miembro, estruje mis manos en las piernas asqueada.

Voltee hacia arriba y casi suelto un grito de terror.

—Abre la boca —niego implorándole con la mirada—. No me hagas repetirlo, pequeña.

Trague saliva, cerré los ojos y la abrí.

Me acerco de golpe, quedando atrapada entre sus piernas. Puse mis manos sobre los muslos, lista para rasguñarme, sé que lo que viene no es bonito y necesitaré distraerme.

Lo introduce lento, encajo mis uñas despacio, las arcadas llegan y jadeo asustada.

—Respira por la nariz, porque si llegas a vomitarme te golpearé hasta el cansancio.

Es un demonio, ¿cómo se atreve a decirme eso?

Quiero volver a llorar a mares.

***

Piedad, estoy apunto de gritarle esa palabra como los esclavos le pedían al Rey antes de ser castigados a muerte.

Hizo que me tragará su semen, fue tanto el repudio que sentí que guacaree encima de sus piernas.

Me voltea con su pie bruscamente, respiro errática y no dejo de ver puntos negros.

Iba hablarle, abrí la boca pero aplasto mi cuello con su pie. Con ambas manos enrosco su tobillo, sin segundos los que pasan para que el aire no me llegue más, pataleo a más no poder y siento una tensión en mi cara enorme.

La obsesión de Ian ©  [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora