Besa mis labios con tanta voracidad que apenas puedo respirar. Sus manos acarician mis costados, erizando la piel y excitándome más.
Yo jale de sus cabellos con fuerza para separarlo de mi boca, lo logre y agarre una profunda bocanada de aire.
Sentía las pulsaciones de mi corazón en los oídos, mi pecho subía y bajaba a gran velocidad como el suyo. Sus ojos dilatados totalmente negros eran salvajes, me ve como si fuera comida.
Lista para devorarla.
—¿Quieres continuar, amor? —parpadee por unos segundos, su voz fue ronca y un tanto distorsionada—. Porque te daré duro.
No logre entenderlo del todo, mi cabeza empezó a doler y la recargue en su frente.
—Me duele —solté un gimoteo, tome mi cabeza con ambas manos y cerré mis ojos.
—Es por la dosis que tomaste, te ayudaré a quitar ese dolor.
Asentí, iba a echarme al asiento copiloto cuando escucho clarito la tela del vestido rasgarse, Ian me tomo de la nuca con una mano y me acerco de golpe a su boca.
No correspondí al beso, mi cabeza esta que explota y quiero que pare de dolerme.
Intenté separarme, lo mordí para que lo hiciera, pero sentí algo helado rozar mi sexo por encima de las bragas.
Me removí incómoda, había llegado a un orgasmo con penetración de dedos, ahora el efecto de la droga se estaba desapareciendo.
Ian me regreso la mordida y se llevó entre sus dientes mi labio inferior.
La cabeza me seguía pulsando y por lo agitada que estaba el dolor no cesaba.
—Me duele, Ian —hable bajito, con ganas de llorar—. Llévame a casa.
Gruñe enojado, su amiguito lo tenía erecto. Rozaba mi entrepierna.
Me acerco la boca a mi oído y susurro:
—De acuerdo, amor, pero de ser mía esta noche no te escapas.
Y de un movimiento brusco aventó mi cuerpo semidesnudo al asiento copiloto causando que me golpeara en diferentes zonas de mi cuerpo y comenzará a llorar.
El motor del carro rugió, las llantas rechinaron en el asfalto y cubrí mis canales auditivos. Me siento fatal, mis sienes estaban torturándome.
No estaba completamente consciente, no recuerdo el trayecto a la gran casa, solo sé que llegamos en un parpadeo.
A causa de que mi vestido lo tenía rasgado y enseñaba todo, Ian me coloco el saco antes de bajarme en brazos. Seguía llorando por el constante pulsar de mi cabeza.
Otra cerrada de ojos y al abrirlos ya me encontraba acostada en una cama, respiro erráticamente y sobo de manera circular los sienes mientras lloro en silencio.
Ian dice algo, veo sus labios moverse, pero no escucho nada. Su mano viaja a mi nuca y como está helada respingo, me pone algo sobre los labios cerrados, una pastilla, creo.
Abro la boca y siento el amargo sabor en mi lengua. Hago un ruidito de protesta e Ian me da agua, la pastilla se pasa y mi cabeza rebota en el colchón.
El dolor poco a poco va cesando, todos mis sentidos se apagan... mis ojos se cierran solos y lo último que veo medio borroso es a Ian quitarme los tacones.
***
Ian
Le dije que la haría mía está noche, pero está sumamente drogada y no sentiría nada.
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La obsesión de Ian © [✔️]
General Fiction| HISTORIA +18 | Él no temía insertar una bala a sangre fría por mí, su obsesión atravesó cada limite. Nadie podía hacerlo razonar y lo peor, es que soy sólo su hermana.