5 meses después...
Estaba riendo con Jake mientras leíamos un libro digital en un iPad.
Yo entre sus piernas y acostada en su pecho, creyendo que nadie nos observaba.
Los chicos nunca están en casa, solo los jueves y hoy es sábado.
Tan tranquila que me encontraba, mi barriga abultada de 7 meses, cero abusada físicamente, ni verbalmente durante estos meses, descartando las cinco noches donde me obligo hacerle felaciones y terminaba vomitando.
Pero omitiendo eso, Ian se encontraba en completo control o eso creía.
La noche llegó, me había quedado dormida con el arrullo del pecho subiendo y bajando de Jake.
No sentí cuando me subió a la habitación que compartía con el demonio, tan solo que algo me hizo despertarme.
Ian respiraba erráticamente, de sus manos goteaba sangre, achine los ojos y me los talle pensando que solo era mi imaginación, pero la ilusión no desapareció.
Ahí estaba el demonio a los pies de la cama viéndome furioso.
Iba a cuestionarle, hablarle tranquilamente y preguntarle qué pasaba, pero me destapo, jalo de mi piernas y tomo mi cabello con su mano empuñándolo.
—Aguante, me resiste, todo por ti, siempre he hecho todo por ti —habla entre dientes, a centímetros de mi cara—. ¿Y así me lo pagas?
—Y-yo no entiendo... ¿qu-qué hice?
Jala de mis cabellos con fuerza para atrás elevando mi cara causando que gimoteos de dolor salgan de mis labios.
—Eres una zo-rra.
Y la bofetada llega sin aviso, otra le sigue, grito aterrada, intentando apartarme como puedo, mi niña se inquieta.
—¡Ian, para! ¡Te lo suplico! ¡Ahh! ¡Auxilio!
Sé que grito en vano, nadie va ayudarme, lloro sin control, abrazo mi panza y gracias a ello el impacto al piso no fue tan duro.
De todo modos me corto el aire, intento recuperarlo cuando patea mi cara, me quejo alto, mi cuerpo lo hago bolita protegiendo a la vida que llevo dentro, pero siento como me aplasta la panza con su pie.
—¡No! ¡Ian! —intento hacerlo reaccionar, ruge unas palabras que por el constante pitido en mis oídos no logro identificar.
Pero vuelve a pisarme la cara, grito absorbida por el miedo, todo mi cuerpo pulsa, la sangre que sale de mi nariz la siento por mi cuello, de un ojo no veo, el otro está inyectado de sangre.
De pronto a todo mi dolor se le suma uno más fuerte y siento cómo algo se rompe dentro de mí.
Mis piernas se mojan, desatado mi garganta por el fuerte dolor que me alberga.
—Ian... piedad —imploro.
—Eso lo hubieras pensado antes de volver a confiarte de Jake, pequeña zorra.
Otro golpe y mi visión se vuelve negra, dejo de sentir todo aquello dolor pavoroso desconectándome de la realidad.
° ° ° ° °
Ian
No capto movimientos de mi pequeña y todo se congela.
Reacciono tirándome de rodillas.
—¿Chris? Hey, amor —tomo su cara destruida y bañada en sangre entre mis manos igualmente repletas de ese espeso líquido carmesí—. ¡No me dejes!
ESTÁS LEYENDO
La obsesión de Ian © [✔️]
General Fiction| HISTORIA +18 | Él no temía insertar una bala a sangre fría por mí, su obsesión atravesó cada limite. Nadie podía hacerlo razonar y lo peor, es que soy sólo su hermana.