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—Claro que si pequeña.—colocó su mentón en mi cabeza y nos mantuvimos así—¿Quieres ir a comer algo?
—Si, vamos al McDonalds.—aplaudí emocionada.
—Bien, vamos.—tomo mi mano y empezamos a caminar.
En todo el camino hasta el McDonalds hablamos en lo que hizo en Canadá, dicen que las calles de haya son muy lindas y más con la nieve que cae.
Me gustaría poder viajar para poder alejarme un poco de todo esto.
(...)
—Kim Kya, ya despierta.—me movió.
—¡Tarado déjame dormir!—le tire una almohada.
—¿A quien le llamas tarado sopenca?—agarro la almohada que tire y me la devolvió de la misma manera.
—Pues a ti, claro.—me tape el rostro con la sábana.
—No Kya, tienes que ir a clases.—me destapó y fruncí mi ceño.
—Mejor porque no vas a la universidad y le dices a la secretaria de la Uni que estoy enferma, o llamo ha Jungkook y le digo que estoy mal y listo.—me sobe los ojos.
—Eso sí que no señorita, usted tiene que ir ha clases o sino la dejo sin cejas.—al escuchar eso me levante rápido.
—Bien ya voy, pero no me dejes sin cejas.—hice puchero—Estás bellezas son sagradas.—señalé mis cejas.
—Entonces cámbiate rápido que ya son las 11:30 de la mañana y te voy ha llevar.—estaba a punto de salir.
—Pero no tengo más ropa, así que tendrías que prestarme tu ropa.—sonreí de costado.
—No, aquí está tu ropa es nueva te la compre haya en Canadá.—me lanzó una bolsa de ropa.
—Bueno, gracias.—sonrío y salió de la habitación.
—¡Ay! Volvemos con la ropa de niña buena.—fruncí un poco mi ceño.
Agarre unas tijeras y cogí una remera para cortado y dejarlo como top, me quite lo que traía puesto en la parte de arriba, me puse mi brasier y encima el top que acababa de cortar.
—No está nada mal.—me mire en el espejo.
Cogí un jean azul rasgado y me lo puse, para después agarra mis botas e irme al baño para lavarme el rostro y salir de la habitación.
