✾Capítulo 4✾

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"Una vida sin homicidios es para mí como una vida sin alimentos para ustedes"

—Alexander Pichushkin.

"El regreso del pasado"

Tara

Estaba apuntando las cosas importantes que el catedrático decía en la clase, me gusta tener todo ordenado para entender mejor y que a la hora de estudiar sea fácil. En algunas ocasiones pongo ejemplos con mis propias palabras para entender mejor los temas.

Estaba leyendo el libro que hablaba del tema de hoy, pero la puerta se abrió y levante la vista. El rector entro al salón junto a un chico.

—Perdón por interrumpir la clase —hablo.

—No se preocupe, en que le puedo ayudar —hablo el catedrático.

—Habrá un nuevo estudiante en este salón, viene de transferencia —informo.

—Muy bien, no se preocupe lo pondré al tanto.

—Gracias —el rector se dio la vuelta y salió del salón.

—Puede empezar con presentarse ante sus compañeros.

—Oh... claro, mi nombre en Fabián y me transfirieron porque mi familia se vino a vivir de nuevo al pueblo.

—¿Entonces era residente de este pueblo años atrás?

—Así es —sonrió.

—Muy bien, espero que se adapte y se puede sentar junto a la señorita Slong —levante mi mano muy despacio para que me ubicara y camino hacía la mesa.

Desde el inicio de año no tengo compañero de trabajo, porque esta persona se mudó y todas las parejas estaban cabal, así que mi suerte cambió el día de hoy. O al menos eso creo.

—¿Slong? —pregunto el chico.

—Solo dime Tara —sonreí con mis labios juntos.

—Bien —se sentó a la par mía.

Empezó a sacar sus útiles para seguir con la clase, ninguno de los dos volvió a hablar. El catedrático siguió explicado su tema.

Luego al terminar la clase pude sentir la mirada del chico, así que lo volteé a ver y en efecto me estaba viendo.

—¿Necesitas algo?

—¿No sabes quién soy verdad? —dio una pequeña sonrisa.

—La verdad no... —dije apenada.

—Hola cara de boba —saludo con su mano.

—¡Oye...! —estaba a punto de insultarlo.

Pero a mi cerebro llegaron recuerdos de la infancia. Recuerdos que no sabía que existían, porque los olvide por completo.

—Eres el gigante —lo señale.

—Bueno supongo que así me decían —se encogió de hombros.

—Solo recuerdo que te fuiste como cuatro años después y no te volvimos a ver.

—Nos mudamos, ya sabes por el trabajo de mis padres. Pero después lo querían de vuelta en el pueblo y decidí venirme con ellos.

—Es genial tenerte de nuevo por aquí —le sonreí —Claro, si no nos quieres pegar o algo parecido.

—Me avergüenzo tanto de eso —tapo su rostro con sus manos —Estuve a punto de pegarle a una niña muy linda, si no fuera por...

—Kyle —hable por él.

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