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✾Capítulo 12✾

"Siempre me preguntaba cómo sería matar a alguien"

—Gary Ridgway.

"Las primeras pruebas de la tormenta"

Diana

Solo nos separaba una delegada malla para poder encontrar respuestas.

—¿Por qué no entramos por el otro lado, como la gente normal?

—Porque la gente normal es aburrida Nora —le señalo Steve.

—Solo no me maten —coloco un pie en la mano de Kyle para impulsarse y luego coloco el otro en la mano de Charles.

Se les dio la gran idea de saltar la malla, por suerte Steve y Fabián ya se encontraba del otro lado, para ayudarnos a nosotras.

—Me voy a ir de culo —chillo Nora al cruzar la primera pierna.

—No seas llorona —Steve estiro los brazos para poder ayudarla.

—Estás pesada —se quejó Charles al impulsar su pierna.

—¡No mientas, o ya no te haré de comer! —grito, Steve la sostuvo de la cintura y sus pies ya estaban en el césped verde.

—De acuerdo —levanto los brazos como rendición —Pero no dejes de cocinar, ¿De acuerdo?

—De acuerdo —Nora se estaba arreglando la blusa.

—Vas Tara —Charles la llamo con la mano.

—Ok —se acercó a ellos, subió a sus manos y tan rápido cruzo que ni lo vi —Fue divertido —se encogió de hombros.

—Esa es mi chica —Fabián la beso del otro lado.

—Nena tu turno —Charles me extendió la mano y camine a ellos para subir a sus manos.

Cuando estaba arriba y cruce la pierna que Kyle me sostenía, mi teléfono vibro y sabía muy bien quién era, así que no perdí el tiempo y ahí arriba como a tres metros del suelo, revise la conversación.

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—¿Buscando respuestas... ¿Mi hermosa Diana? Pues déjame decirte que, si te deje un regalito ahí en el bosque, espero que te guste y no es Ulises... Bueno no todo, quizá una parte pequeña de él.

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Al leer eso mi estómago y mi pecho dieron vueltas, claro que mi respiración se hizo irregular. Solo escuchaba de fondo algunas voces, pero nada más. Cuando sentí estaba boca arriba, tirada en el pasto, mis ojos solo podían ver el cielo oscureciéndose. No puedo creer lo que leí.

Después de unos segundos empecé a escuchar...

—¡Diana! —gritos

—¡Diana!

Empecé a parpadear mis ojos y todos mis sentidos volvieron —¿Diana estás bien? —Charles estaba enfrente de mí, a decir verdad, todos estaban ahí, enfrente de mí.

—Si... —hable a penas.

—Ven, párate —Charles me dio la mano y logre ponerme de pie —¿Qué ocurrió?

—Ya ven, les dije que algo podía pasar —interrumpió Nora.

—¿Nena que paso? —me volvió a preguntar Charles.

Y me recordé del aparato que tenía en mis manos, pues ya no lo tenía, debió de haber volado cuando caí al suelo.

—No lo sé... supongo que me descoordine, nada más —me excuse —Pero estoy bien, hay que seguir.