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✾Capítulo 18✾

"Nosotros mismos somos una parte del misterio que estamos tratando de resolver"

—Max Planck.

"La última nota negra para Diana"

Diana

Tenía miedo, mucho miedo, no sé qué es lo que me espera al llegar al río. Pero probablemente no sea nada bueno. El viento soplaba algo fuerte y enviaba escalofríos a mi cuerpo, haciendo que me acaricie yo misma.

Era casi media noche y yo iba caminando sola hacia el río, claro que no dé por gusto, si no por respuestas. Solo llevaba mi teléfono conmigo, por cualquier cosa que pasé y lo malo es que no le dije nadie en donde me encuentro.

Las calles estaban solas, no había nadie afuera y era comprensible por todo lo que estaba pasando, las personas de Gateshill tenían miedo.

Seguí caminado para llegar a mi destino, lo bueno es que no estaba tan retirado, pero el miedo hacia que mis piernas temblaran y por lo tanto yo sentía que ya había caminado una eternidad.

A unos cuantos pasos más, pude visualizar el río y no había nadie, el agua estaba quieta, ni el viento la podía mover. Y de nuevo pude sentir el miedo por todo mi cuerpo, solo quería regresar a mi cama y dormir.

Así que me di vuelta para poder regresar al apartamento y el alivio regreso de nuevo a mí, pude respirar tranquilamente, porque no me quería enfrentar a un misterio que no puedo resolver, llevo tiempo buscando a esta persona y no logro saber quién es.

Continúe mi camino y de repente mi teléfono sonó con un nuevo mensaje.

Sabía quién era.

Y me daba terror leerlo.

Pero sin más saque el teléfono y revise.

✉

—¿A dónde crees que vas hermosa Diana?

—De vuelta al apartamento.

—Eso no fue lo que yo te pedí.

—No quiero seguir con este estúpido juego.

—No es un juego.... Bueno, quizá sí.

—Me voy.

—¡No te vas!

—No me puedes obligar.

—Si te vas tu amado Charles muere.

—¿Qué? —no puede ser, no, no, Charles no.

—Así es... Ahora tengo a tu novio también.

—No le hagas daño por favor.

—Entonces sube a la única canoa que hay, te diriges al centro del río y luego te cubres los ojos.

—No tengo con que cubrirlos.

—En la canoa hay algo para que lo hagas. Pero apúrate y no me hagas perder mi tiempo.

—De acuerdo.

—¡Tic tac, tic tac!... Date prisa, sino tu novio muere.

✉

Sin pensar caminé a la canoa que estaba en la orilla del río y me subí a esta. Nunca antes había remado, por lo general lo hacian los demás cuando veníamos. No sé cómo logre hacerlo bien, yo ya me encontraba en camino para poder salvar a Charles. No sé en donde lo tiene, pero espero que él esté bien.