✾Capítulo 22✾

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"No hay secreto que el tiempo no revele"

—Jean Racine.

"Nueva pista del desconocido"

Tara

Saqué mi teléfono y me puse a buscar mensajes de números desconocidos. Tenía que estar aquí, por lo general yo no borro nada.

—¿Estás segura de que no lo borraste?

—Claro que no.

—Entonces no te estreses que los mensajes tienen que estar ahí.

Seguí deslizando mi dedo para ver todos los mensajes, pero no aparecieron. Esa sería la única pista que tengo en mis manos y no puedo perderla.

—Tiene que estar aquí... —mis ojos estaban fijos en la pantalla —Aquí está!

—A ver... Ese es el número.

—¿Si?

—Sí, recuerdo los primeros dígitos.

—Genial, lo tenemos —y al leerlo recordé lo mucho que me preocupe, pero lo deje pasar, pensé que alguien estaba molestando.

—Cuida a tu amiga, porque ella no lo puede hacer.

*Foto*

—¿Y tú eres?

—Una persona que quiere tu bienestar, por eso te avisa. Solo cuida de ella.

—Me lo advirtió y no la cuide...

—No es tu culpa —Fabián tomo mi mano y la apretó.

—Es mi culpa, si tan solo me hubiera interesado más por lo que estaba pasando —mis lágrimas amenazaban con salir —Diana me pudo haber dicho lo que pasó y la hubiera ayudado.

—Ella solo quería protegerte y créeme no puedes cambiar el pasado, pero si el futuro —me vio directo a los ojos y seco mis lágrimas —Y yo te voy a ayudar, ¿De acuerdo?

—Está bien —asentí y él se acercó a besar mi frente.

—Creo que necesitas descansar un poco, ¿Te llevo al bloque?

—Por favor.

Nos levantamos y caminamos al auto de Fabián, manejo despacio hacia el destino, de cierta forma no me quería encerrar de nuevo; pero tampoco se me apetecía hablar con las personas y decirles como me sentía. Así que es mejor estar encerrada.

—Llegamos... —Fabián se estaciono.

—¿Quieres entrar? —se me quedo viendo —No quiero estar sola y.... ya sabes, esto es muy difícil.

—Claro vamos, además no quiero dejarte sola ni un minuto y más con el loco que esta suelto.

—Entonces vamos.

Nos bajamos del auto y caminamos directo para llegar al elevador. Lo que me encanta de estar con Fabián es que él sabe perfectamente cómo me siento, entonces el hablar no es necesario, él me abraza y me siento en mi lugar seguro.

—Al parecer Kyle no ha regresado —entramos al apartamento y no había rastro de él.

—¿No te ha dicho a dónde va? —me pregunto.

—No me dice nada... Últimamente se va y no vuelve hasta el otro día, supongo que así está llevando todo esto.

—Pero tampoco es bueno lo que hace y aparte te deja sola... Yo podría venirme a vivir temporalmente para que estés a salvo, claro que si tú quieres.

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