✾Capítulo 20✾

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"Cuando le hacen daño a una persona que amas... Simplemente dejas de pensar con claridad y eso hace que pasen cosas no tan buenas"

—Tara Slong.

"Un nuevo ángel está en el cielo"

Tara

Había pasado como media hora desde que llegue al lado de Diana, Kyle fue por sus padres ya que nadie les informo lo sucedido.

Podía sentir las miradas de todas las personas del pueblo y eso era algo muy incómodo.

—¿Tara? —levante la mirada encontrándome con el Sheriff James —Lo siento tanto por no haber llegado a tiempo, tenía otras cuestiones en la comisaria.

—No cumplió su promesa... —solté sin más poniéndome de pie.

—¿Cómo? —pregunto algo confundido.

—Usted prometió que encontraría a ese desgraciado que nos ha estado asechando y que estaríamos a salvo, pero nunca cumplió nada y ahora por su culpa Diana está muerta.

—Tara no es necesario que grites, estás llamando la atención de...

—No me importa... Lo que quiero es que escuchen que usted no cuida a nadie en Gateshill.

—Por favor...

—No me voy a quedar de brazos cruzados, le juro que encontrare a esta persona y acabare con ella —me volví a hincar al lado de Diana.

Unos segundos después las luces de un auto alumbraron mi rostro y al levantar la mirada vi a los padres de Diana, al ver el rostro de su madre se me partió el corazón; ella se encontraba destrozada.

Solo vi que se acercaron y los llantos ya estaban presentes. Se arrodillaron conmigo y la señora Loryn me abrazo.

—Pero... ¿Qué fue lo que paso Tara? —me exigía una respuesta que yo no sabía —¿Qué fue lo que paso con mi pequeña?, ¿Quién le hizo esto?

—No lo sé señora, pero juro que encontrare a esa persona.

—Disculpen... —el Sheriff se acercó —Necesitamos llevarnos el cuerpo para seguir con el procedimiento.

—Denos unos minutos más —pidió el señor Loryn.

—Lo siento, pero ya no es posible, prosigan por favor...

No sabía que estaba pasando a mi alrededor, solo veía como se llevaban el cuerpo de Diana, solo ella me importaba en ese momento y ya no estaba conmigo. Sin más empecé a caminar al río, quería ir con ella.

Corrí a toda velocidad, ya no me importaba nada más que estar con mi amiga. El agua fría empezó a hacer contacto con mi cuerpo y yo solo podía seguir caminando. Me sumergí por completo y abrí mis ojos, no había nada, todo era oscuridad en ese lugar.

Me duele pensar que Diana estuvo aquí y no pudo defenderse. Volví a cerrar mis ojos y pude ver a mi sonriente amiga... Pero esa sonrisa se desvanecía con cada segundo que pasaba.

—Tienes que salir de aquí.

—Diana...

—Tara sal de aquí.

—Vamos, vine por ti y volveremos juntas.

—Hermosa... yo no puedo regresar, pero tú sí.

—No me iré sin ti, nada vale la pena sin ti.

—Claro que sí, tienes una vida por delante y tienes que seguir luchando.

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