CAP XXX

549 37 0
                                    

Pov Edward

Tres días después de iniciar las intensas jornada de sexo por mi celo, despierto cuando sintió cosquillas en la nuca, dándome cuenta después que era causado por mi propia cabellera. Me fascinó de inmediato la vista del rostro de mi alfa ondulado a mano derecha y el de alfa rizado a mano izquierda. Estoy acostado con el espalda hacia la cama, mientras ellos descansan en mi cuello y una de sus manos por mi cintura y torso.

Hoy ya estando frío y con mi racionalidad a más del cincuenta porciento, puedo sentir las consecuencias de estos días para nada desaprovechados, el dolor en mi cuello por las veces que reabrieron la marca, mi entrada por las múltiples doble penetración y doble nudo, me duele la cadera por las constantes y fuertes estocadas que me hacían vibrar. Me duele la mandíbula y el cuello por el sobre-esfuerzo de recibir embestidas y los chorros de semen en las distintas ocasiones en mi espacio vocal. Me duele todo el cuerpo, mismo que tengo lleno a moretones, marcas rojizas y violetas. Hasta el cráneo como tal, porque pareció ser el mejor agarradera que ellos tuvieron para mover a su antojo mi cabeza. Aunque deba, no me levantaré, me quedaré aquí, ni sentarme puedo y la habitación está inundada y nuestras hormonas, aún se percibe.

No los despierto aún porque se que están agotados también, solo me dedico a mirar susrelajadas fasciones. No se cuando tiempo estuve así, ni cuando termine cerrando lo ojos y quedando dormido.

Cuando desperté, me encontraba solo y en la misma posición en la que estaba cuando desperté antes. Me frote los ojos por la luz que entraba por la ventana, de seguro uno de los alfas la abrió para esparcir el olor a sexo. Usé gran parte de mi fuerza para darme la vuelta y apoyarsme -aun acostado- en la cabecera de la cama. No sabía que hora era, pero ya mi estómago pedía alimento. Y como si leyeran mi mente la puerta se abrió dando paso al hombre que amo con una bandeja en la mano, y  llena a comida en mano.

---- Imaginamos que tendrían hambre y como gane al piedra papel y tijeras aquí estoy. ---- Me reí tratando de no moverme tanto. Llegó a mi lado dando dos besos uno por el y otro por el ondulado, fue cuestión de que el objeto estuviera en mi regazo para empezarlo a comer.

Al terminar, con ayuda de mi alfa rizado llegué al cuarto del baño, agradecí y cuando salió, abrí la llave para que llenará la tina con agua tibia. Me metí dentro y en efecto, eso me ayudó. Si no fuera porque no se si este embarazado, aunque lo más probable es que si lo este, me hubiera tomar algo para calmar el dolor.

Ya con más alivio, salí del cuarto del baño con una toalla envuelta en la cintura. Me vestí con una sudadera larga, y una camiseta largo, las dos eran cómodas y de tela delgada así que no moriría de calor. Salí de la habitación caminando algo raro y tomando mi tiempo, odie cada escalón mientras bajaba por las gradas hasta llegar a la primera planta, donde no vi a nadie. Escuche ruido desde la cocina y camine hacia allá.

Ahí estaba el rizado vaciando cereal en un plato hondo.

---- Cereal a medio día? ---- Asintió ofreciendo parte para mí, pero negué y pasé por su lado. Decidí hacer un ajiaco colombiano, arroz, patacones y aguacate.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MIS DOS ALFAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora