CAP XIX

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Pov Edward:

Nadie me ha dicho nada, nadie mensionado nada sobre dónde están el par de pelinegro. Y vamos caminando en dirección a nuestra casa, todos van en silencio, al parecer a mis chiquitos no les gusto estar en brazos de nuevas personas así que los dos van conmigo (los llevo cargados). Cuando puse un pie dentro de la casa, un escalofrío me recorrió el cuerpo entero al ver dos hermosas cabelleras negras frente a mi. Su vista paso de estar en mi, a estar sobre los dos cachorros que llevaba en brazos.

-- Digan hola papis -- Trate de hablar de forma aniñada pero solo se escuchó las risas de los otros dos. Al parecer los otros nos habían dejado solos. Dos pasos di hacia ellos, antes de que ellos llegaran a mi primero; acariciaron primero mi mejilla y luego la de los mellizos. Estos reaccionaron guiando la cabeza hacia la mano para tener más contacto. Sonreí y a cada uno le entregué un bultito. Y me aprendió ronroneos de gusto por parte de mis niños -- A sus tíos/as, abuelos/as y demás personas no se dejaron cargar mucho tiempo. Y con ustedes parecen tan a gusto que dudo quieren que los solteis. -- Era una vista hermosa ver al los padres de tus hijos cargandolos.

-- De igual forma no los queremos soltar -- Dijo Adrian sin quitar la vista de Andrés. Caminamos hasta los muebles y nos sentamos, de reojo vi como Christian cogía a Gerard con una mano y con la otra s agarraba el estómago. Además de que su caminado era lento. -- Son tan bellos, tan parecidos a ti, y a nosotros a la vez -- atendía toda la razón, son bellos como su madre y padres.

-- Ya han decidido algún nombre para ellos ¿verdad? -- Me pregunto el rizado, sin dejar de mesera al menor pero con la vista en mi.

-- Yo... Andrés es el amor y Gerard es el menor. -- Vamos a ver si adivinan quien es mayor. Los bebés no se parecen pero a la vez se parecen; quiero decir en sierras cosas y/o razgos físicos si, pro son diferentes fascinoes. -- Ya les dejo a ustedes la parte de averiguar quién es el mayo. -- Sonreí al decir lo esto.

-- Fácil, Andrés es el mayor, osea el que tiene Adrian y Gerard es el que yo tengo osea, el menor -- Respondió de forma rápida el mayor. Yo abrí Is boca pero la cerré al escuchar sus risas -- Lo sabemos porque nos habías dicho que Andrés era el de ojos café y Gerard el de ojos negros -- Ops, se en había olvidado esa parte. -- Lo importante ahora es que estás aquí con nuestros pequeños a salvo, ¿Que fue ¿lo que pasó? -- Cuestionó, y de solo pensar en eso me tensé aunque no me arrepiento de haberle quitado la vida a esa Zorra.

-- Nada, solo fue que una zorra vino a decirme que directos alfas estaban mal heridos, yo le creí y corrí ciegamente tras ella y cuando me canse y pare de caminar me di cuánta que estábamos en el bosque. -- Escuché un par de gruñidos y seguí contando -- le pregunté que quien era cuando la vi sacar un cuchillo y acercarse a mi, ella dijo que yo le había quitado la oportunidad de emparejarse con uno de los dos hombres más importantes de la manada -- En vez de gruñido está vez se escucharon bufidos, yo suspiré pesado por la siguiente parte. -- Dijo que iba a matar primero a mis hijos y luego a mi, luchamos un rato y -- Me levanté la sudadera que llevaba puesta de mangas largas y mostré las cortaduras que ya estaban tratadas pero no curadas -- en mi afán por proteger mi vientre en los brazos recibí todas las cortadas e incluso dos puñaladas. Ya el resto es historia, con lo que se de defensa personal me defendí y la degollé con el mismo metal que ella hutilizó para hacerme esto. -- Tenían la boca semiabierta, y supuse que ya habían encontrado el cuerpo de la chica pero no sabían que había sido asesinada por mi.

Se acercó el mayor y me plantó un profundo y apasionado beso, cuando nos separamos me acaricio la mejilla y volvió a su anterior posición. Adrian solo removió mi cabello y me sonrió.

-- ¿Y luego que pasó Ed? -- Volvió a interrogar está vez el pelinegro ondulado.

-- Me levanté y me di cuenta que en medio de la pelea había rompido fuente, así que camine durante un par de minutos pero me preocupe al sentir sangre por entre mis muslos. -- Volví a tensarme y se recosté por completo en el respaldar del sillón, mientras miraba un punto fijo en algún lugar -- Seguí caminando, aún con el dolor que se intensificaba cada vez más. Pare de andar cuando sentí que no podía más y entendí que no había donde ir, y en ese mismo lugar nacieron mis pequeños -- Acaricie la mejilla de mis ahora dormidos hijos -- Estaba haciendo frío así que me saque la ropa que llevaba de na cintura para arriba y a casa uno le pude una -- Sonreí con una pequeña lágrima fugaz escapando de mis ojos. -- Persia micha fuerza y sangre por el parto y las heridas así que me levanté y seguí caminando con mis pequeños en brazo. Después de unos diez minutos llegué a una quebrada en la que encontré a una señora la cual me ayudó, le pedí que si me pasaba algo les trajera a los niños. Y es hasta ahí que recuerdo porque perdí la conciencia por cinco días.

Se sentían una mierda en ese momento, sentían que era tan merecido lo que su alfa les había hecho. Era deber de ellos velar por el cuidado y bienestar de su Omega y sus crías pero por sus descuidos y prestarle atención a otras cosas no hicieron esto. Su Omega tuvo que pasar por todo eso solo. Su alfa estaba todavía molesto con ellos.

Pov Narrador:

El silencio reinó unos momentos, nadie se atrevía a decir nada y menos los alfas, ellos no sabían que podían decir para aminorar la culpa que sentían así que fue el Omega quien hablo tratando de cortar la tensión.

-- ¿Como fue que te recuperaste tan rápido? -- pregunto curioso.

-- Yo te dije que no te preocupadas que no había sido tan grave, y para un alfa es menos grave porque las heridas sanan rápido. -- Hablo el alfa menor mostrándole una sonrisa al Omega, este frunció el seño tratando de simular que estaba enojado; pero supo que disimulo mal al escuchar la risa del par de alfas. -- Eres tan tierno y gracioso cuando haces pucheros y gestos con tu rostro. -- Le algo.

-- Dan tantas ganas de comerte aquí mismo bebé -- Le algo el rizado mostrando su sonrisa ladeada y moviendo las cejas de arriba abajo. El menor hizo otro puchero y los alfas volvieron a reír.

-- Ah, ¿no les había contado que están castigados a nada de nada por medio mes? -- Fue está vez una carcajada por parte del pelirojo la que se escuchó, ya que los alfas al escucharlo se les borro la sonrisa. -- Además Chris así como está no puede hacer muchos movimientos.

-- ¿Quien dijo que no puedo hacer muchos movimientos?, Además la mejor medicina que pueden darme es estar contigo -- El menor sonrojado se levantó y dijo que iba a hacer la comida. Los alfas lo acompañaron y vieron cocinar desde la isla que tenía el lugar.

Cuando el menor termino de cocinar se sentó en la otra silla que había en la misma isla, le dio de comer pecho a Andrés que ya había despertado. Le lo pena en un principio ser visto por los alfas en esa faceta, pero ellos lo vieron como un acto tierno. Despues fue turno de Gerard con quién hizo lo mismo, Los dejo en la cama cuando se volvieron a dormir y puso las almohadas a los costados para que no se fueran a caer. Bajaron a comer y conversar sobre todo lo que les había ocurrido en ese tiempo que estuvieron distantes.

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La gente que esta lo suficientemente loca para pensar que pueden cambiar el mundo, son aquellas que lo consiguen.

(Rob Siltanen)

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Y aquí esta mi secreto, un secreto muy sencillo: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos. 

(Antoine de Saint-Exupéry)

MIS DOS ALFAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora