CAP X

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(+ 18)

Pov Narrador

Ya los tres se encontraban totalmente desnudos, el Omega en medio de los dos alfas quienes no dejaban de acariciar esa blanca piel. Eran embriagadores esos labios rojos era todo jodidamente exitatante.

-- Alfa -- gemía el Omega necesitado, ya el par de alfas había llegado a un acuerdo, el alfa menor prepararía al Omega y el risado sería quien primero profanaria esa estrecha entrada. Así que viendo la necesidad de avanzar más, el ondulado empapó sus dedos con el lubricante natural y empezó a rozar la entrada sacando gemidos al Omega y calentando más a los alfas. -- Ahh alfa -- Gimió al sentir el primer dedo entrar en él y empezaban los movimientos, quería más así que movió su cadera en dirección a donde estaba la mano profanadora.

Mientras Adrian continuaba preparando al menor y debía besos en toda la longitud de su espada, Christian besaba los labios semi-inchados de Edward y acariciaba a la vez la pequeña cintura. Un par de minutos después la preparación terminó, y era momento de la intromisión. El alfa mayor se acostó en la cama y sentó le pidió a menor se sentara sobre el pero que alzará la cadera, el Omega obedeció y el rizado se puso detrás del menor acariciando su espalda.

-- Voy a entrar bebe -- Avisó mientras rozaba su polla erguida completamente y palpitante con las nalgas redonditas de su pareja. -- Mantente relajado amor -- Acercó su miembro a la entrada e hizo presión. Escuchó un quejido del menor, paró un momento y cuando el Omega se relajo empujó poco a poco hasta estar completamente dentro. Espero nuevamente hasta que el menor movió la cadera, empezó a penetrarlo y desgastarse con los gemidos. El con su polla le daba al interior del Omega, así como también sus caricias y los besos que el ondulado le daba. -- Estás tan estrecho amor -- gruñó al sentirse aprisionado por las paredes de ese delicioso esfínger. Las estocadas se hicieron más rápidas y profundas y el menor agarro el miembro del otro Alfa y empezó a estimularlo sacando suspiros de este, el cuerpo pequeño estaba lleno de moretones hechos por los dos personajes dominadas. Esa sensación era magnífica.

-- Ad metela en mi boca -- Pidió entre gemidos, y el nombrado sin chistar ni lanzar una contradicción. Las embestidas pararon, el menor se quitó de encima del pelinegro y se pudo en cuatro, las penetraciones volvieron sin gentileza y eso enloquecieron al Omega quien gemía; justo ahí fue donde el otro Alfa metió su aparato en la calidad boca de Ed. Gruñó sintiéndose satisfecho y agarró de los cabellos al pelirrojo marcando así el ritmo.

El cambio de posiciones se dio cuando el alfa que programaba su entrada tuvo su orgasmo, ahí aprovecharon los dos alfas para cambiar sus lugares, y ahora quién estaba penetrando la virgen entrada del Omega era el pelinegro, mientras que el rizado embestia la cálida boca.

Obviamente no era lo mismo estar penetrando la boca que estar profanando la entrada trasera, quizá era una mala idea pero el rizado quería estar también en la estrecha entrada de su pareja asi que se acostó y le pidió al menor sentarse sobre su polla así mismo pidió al alfa menor entrar también en el chico, y si, terminaron en una doble penetración.

Esos alfas querían todo menos correrse, ya que se sentían tan agusto en la entradan del chiquillo, estar ahí les generaba en placer que jamás habían sentido. Pero aveces los deseos no se cumplen tal cual lo quieres, ya que al pasar los minutos el menor volvió a correrse. Eso hizo que su esfínger se contrajera y apretara las invasoras virilidades, estos dieron sus últimas estocadas antes de correrse y morder el cuello del menor, justo al tiempo (como les dijo que debían hacer el Anciano).

-- Ahhh -- Grito el menor al sentir los nudos crecer, más las mordidas. Eso sí que dolió. Edward soltó lágrimas y quejidos lastimeros. Le dolía mucho, era demasiado. Los alfas después de quitar sus dientes del cuello, acariciaron y besaron al Omega en afán por calmarlo y disminuir así el dolor.

-- Tranquilo amor, en un momento pasará, -- susurro en su oído el alfa que estaba sobre el, sin parar sus caricias y besos por la toda la piel del menor que estuviera a su disposición. Luego de cinco minutos los nudos bajaron y pudieron salir del interior del Omega quien cayó rendido en el pecho del rizado, este lo acomodo sobre la cama y se acosto al lado derecho. -- Ya es de noche, hay que buscar algo para comer anda párate y vamos a buscar algo -- Hablo el pelinegro mientras se vestía con algo cómodo y le tiraba al otro Alfa ropa para que se vistiera también.

Estos se vistieron y fueron a la cocina a ver si podían hacer algo decente para su Omega, pero todo termino negri y la cocina hecha un desastre. Obtaron mejor por ir a casa de sus padres y pedirle a la muchacha del servicio que preparara algo para ellos y su pareja. Mientras estuvieron ahí, soportaron las preguntas todo tipo de preguntas y para cortar con el interrogatorio solo afirmaron haber completado el lazo con su Omega. Regresaron  a su mansión con la chica para que preparara ahí mismo la cena.

Apenas entraron sintieron el fuerte olor de su chico y agradecieron haber puesto la habitación principal a preueba de sonidos. Dejaron a la trigueña cocinando, subieron al cuarto y ahí estaba su pelirojo tocándose y gimiendo entre susurro los nombres de los alfas; esto los terminó de prender y dieron indicio al segundo round.

Faltando poco para la hora acabar (pues lo hicieron dos veces) y Christian al ver al Omega tratar de regular su respiración sobre Ad, se levantó y les aviso que iría por la cena. Los dos compinches se quedaron en esa posición solo dirigiéndose miradas de vez en cuando, hasta que entró el mayor con una bandeja (grande) de comida; el estómago del menor rugió y los tres rieron.

-- Ven mi niño, come que debes tener hambre -- Llevo la bandeja y la dejo en la cama se sentó al lado de su amigo-compañero y tomo su primer bocado, el Omega en ningún momento se movió de su lugar y eso le extraño -- ¿Que pasa amor? ¿Porque no te acercas? -- La cara del menor enrojeció y Adrian río al entender.

-- Que no te de pena eso bebé, recuerda que eres nuestro mate -- Aún sonrojado el menor asintió más no se movió.

-- E-es que... -- Suspiro profundo y hablo -- Es que me duele ahí atrás si me muevo, es probable que no vuelva a caminar. -- Susurro para si mismo lo último pero los alfas lo escucharon y rieron -- ¿Porque la madre luna además de darme dos alfas les da pollas de ese tamaño? -- Las risas pasaron y se convirtieron en carcajadas, incluso el menor río por sus palabras aunque su sonrojo aumento. Aunque eso elevó al mil el ego de los dos alfas.

-- Oh bebé, deberías estar contento por semejante privilegio -- Soltó el pelinegro sin dejar de reírse.

-- Le agradezco a la madre luna por haberme emparejado con ustedes, pero es en serio que les dio de más en pollas, claro ustedes son los que no sufren semejante intromisión -- Escondió su rostro en la almohada más cercana y río por las risas de sus alfas que le parecían tan hermosas.

Cuando terminaron de reír, los dos alfas alimentaron al Omega quien no se movía de su posición porque en verdad le dolía, terminaron y fue esta vez Adrian quien llevo la bandeja y cuando regreso encontró los otros dos durmiendo, sonrío y se acomodo en a su lado. Lo cierto fue que pasaron una magnífica noche pues el menor se despertó varias veces muy necesitado y era obvio que los alfas no dirían NO.

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Resérvate el derecho a pensar, ya que pensar de mal modo es mejor que no pensar en absoluto

(Hipatia)

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Las ideas de los hombres son las más directas emanaciones de su estado material

(Karl Marx)

MIS DOS ALFAS. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora