❝ xxvii ❞

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—¡Tarán! —exclamó, apuntaba con ambas manos hacia una linda bicicleta verde con café.

—¿Y esto?

—La compré —dijo orgulloso mientras sonreía—. Estuve ahorrando para ella y luego gané una apuesta así que pude comprarla por fin.

—¡Es tan linda!

—Mira —Hyunwoo palmeó la parrilla sobre la rueda—. Al principio iba a comprar una diferente pero vi esta y pensé que podría llevarte. Ya no tendrás que caminar a partir de hoy.

Reí, sin decir nada, tomé asiento en la parrilla y él se subió también. 

—¿A dónde iremos? —pregunté apenas comenzamos a movernos.

—A comer, obviamente.

Rodé los ojos, la bicicleta comenzó a ganar velocidad y pronto tuve la necesidad de sujetarme de algo, pero me daba miedo sujetarme del asiento pues temía que la rueda trasera tocara mis dedos y los lastimara. Sin más que hacer, coloqué tímidamente mis manos sobre la camiseta de Hyunwoo, casi al instante lo alcancé a ver sonriendo.

—Por cierto —carraspee—. ¿Qué apuesta ganaste? ¿qué apostaste? Quiero decir.

—Aposté que iba a ganar la competencia de natación —la sonrisa se le ensanchó.

—¡Ah! ¡Eres un presumido! —reproché y en respuesta recibí su risa.

Después de eso ya no dijimos mucho más. Me limité a disfrutar del aire que me pegaba en el rostro y hacía volar mi cabello mientras que Hyunwoo se dedicó a manejar la bicicleta. Él parecía tan tranquilo pedaleando, aunque yo no dejaba de preguntarme si acaso era demasiado pesada para ser llevada, después de todo era una verdad bien sabida que yo no era especialmente delgada. Mis muslos eran bastante grandes y cuando usaba shorts  o faldas tenía que cuidar que no se frotaran entre sí para no lastimarme. Sin mencionar los rollitos en mi estómago que se formaban siempre que me sentaba o mis mejillas regordetas.

Él se detuvo justo frente a la cafetería a la que siempre íbamos cuando queríamos comer pastel, aparcó la bicicleta frente al local, en el apartado especial para bicicletas y me guió hasta que tomamos una mesa.

—Después de tanto ejercicio, necesito azúcar —bromeó.

—Habla por ti —suspiré.

—¿A qué te refieres?

—Para ti es fácil bajar las calorías, en cambio yo sólo engordó cuando como contigo, debería dejar de juntarme contigo.

Hyunwoo se rió y negó con la cabeza, en parte también me reí pues lo que dije había sido mitad broma, mitad verdad. Realmente necesitaba comenzar a bajar de peso, al paso al que iba terminaría siendo tan pesada que ni las sillas me soportarían.

—De verdad, debería ponerme a dieta.

—¿Qué dices? —frunció el entrecejo pero su risa no se detuvo, todavía pensando que bromeaba.

—Es enserio, ya he subido tres kilos.

Arqueó una ceja, extrañado por mi comentario, mas aun existía un leve rastro de gracia en su rostro. 

—¿Lo dices de verdad? —el buen humor se le fue de a poco—. Pero Haeun, estás bien. Tu peso es el correcto, estar delgado no necesariamente significa ser sano. A veces estar en el peso ideal significa estar un poco relleno.

—No puedo aceptar tu opinión —bromeé, tratando de relajar el ambiente que de repente era tenso—. No eres neutral.

Suspiró, después asintió. Él sabía de qué estaba hablando. Yo le gustaba, así que obviamente a sus ojos no importaba si era gorda o no, pedirle su opinión sobre mi físico siempre sería pedir halagos.

—Tienes razón —dijo—. Para mí, eres preciosa.

Justo cuando terminó de decir aquello, pareció arrepentirse. El ambiente amigable desapareció en cuestión de segundos y la incomodidad vino a sentarse a nuestra mesa para arruinarnos la tarde. 

—Perdón, ¿Fue demasiado? —se rascó la nuca, visiblemente avergonzado.

Las orejas de nuevo se le hicieron rojas y la cara me ardía de la vergüenza. Lo había dicho sin ponerse a pensar en lo que sus palabras provocarían. Y si debía ser honesta, tenía que admitir que me gustó. Que me llamara "preciosa" era simplemente maravilloso, si las cosas fueran distintas, le habría pedido que lo repitiera, que lo escribiera, lo firmara y lo llevara a un notario.

Pero en vez de eso asentí a su pregunta y las cosas se pusieron peor. Nadie dijo que iba a ser fácil el tener como amigo al chico que gustaba de ti.

Una mesera se nos acercó y la tensión se relajó. Decidí que iba a comer el pastel que quisiera aunque después me arrepentiría.

Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee HoseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora