Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee Hoseok

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Volví donde había dejado a Hyunwoo, feliz y emocionada por la más reciente revelación. Después de perder tanto tiempo yendo hacía la dirección equivocada, estaba ansiosa por llegar al camino correcto, a donde siempre debí ir.

Por eso empecé a correr en medio de esa semi oscuridad, sólo el alumbrado público me guiaba. No tenía tiempo para perder, apenas me encontrar con Hyunwoo de nuevo, le diría todo lo que sentía. Pero las cosas no salieron como esperaba, porque él ya no estaba ahí.

Busqué en los alrededores, por si acaso se había ido a pasear por el lugar, mas no di con él y terminé por llamarlo, algo consternada por su repentina desaparición, ni siquiera me fui por tanto tiempo, así que no era probable que se hubiera aburrido de esperar... ¿o sí?

—¿Dónde estás? —le pregunté apenas atendió la llamada.

—Lo siento —suspiró—. El entrenador salió cuando te fuiste y me invitó a cenar, no me pude negar.

—Ah —dije, la sonrisa que pintaba mi rostro se desvaneció—. Es sólo que pensé que iríamos a festejar nosotros dos.

Él guardó silencio por un momento, en mi interior albergué la esperanza de que me dijera que volvería conmigo.

—Será la próxima vez —fue lo que dijo—. Tengo que irme.

—Vuelve bien a casa —murmuré.

—Igual tú.

Sin decir nada más, cortó la llamada y casi al instante mi teléfono se quedó sin batería. Aun así me quedé mirándolo un rato, como si al hacer eso, este volviera a encenderse mágicamente y entonces Son también vendría.

Pero como no pasó, me fui a mi dormitorio todavía con hambre y con las ganas de estar con él.

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L

a mañana siguiente llegó y con ella recobré el buen humor. Tal vez la noche no había salido como deseé, pero estaba decidida a enfrentar a Hyunwoo y no había fuerza humana que detuviera mi cometido.

Aunque decirlo era más fácil que hacerlo. Porque aunque habíamos acordado que almorzaríamos todos juntos, nuevamente estábamos Soojin, Kihyun y yo solos. Ninguno hizo hincapié en su ausencia mas a los tres nos pareció extraño, incluso si estaba ocupado con los entrenamientos, Son nunca faltaba a esos almuerzos "especiales" que hacíamos de vez en cuando.

A Soojin y Kihyun igual no pareció importarles tanto, todo lo contrario de mí que me estaba rompiendo la cabeza tratando de entender porque de repente era tan difícil poder encontrar a Hyunwoo cuando antes jamás tuve ese problema.

También mis mensajes dejaron de ser respondidos como quería, si le preguntaba donde estaba, él no me respondía claramente. No quería pensar que estaba evitándome, de verdad que me negaba a siquiera imaginar esa posibilidad. Pero entonces se me ocurrió ir hasta su facultad, segura de que en cuanto me viera vendría corriendo hasta mí, y en cambio sólo lo vi tratando de pasar desapercibido, creyendo que no lo había visto.

—¡Ya te vi! —le grité, aunque era gracioso ver sus intentos de esconderse, en ese momento no me pude reír.

Suspiró y ya sin poder hacer nada más, terminó acercándose a mí. Desde que lo conocía, Hyunwoo nunca se había visto tan renuente a mirarme como en esa ocasión.

—¿Por qué me estás evitando? —le pregunté, él se rascó la nuca y se encogió de hombros, todo esto sin siquiera mirarme—. ¡Ya! Te estoy hablando.

Resopló, esta persona ya no era el dulce chico que había abrazado la noche anterior, a quién había elegido por sobre Hoseok. Se veía cansado y era obvio que no quería hablar conmigo.

—¿Qué pasa? —insistí.

—Haeun, te dije que sería tu amigo —después de un rato por fin habló—. Pero creo que no puedo hacerlo, así que por favor no me busques más.

Se dio media vuelta, dispuesto a irse dramáticamente como si esto fuera un estúpido drama. Obviamente no se lo permití y lo tomé de la mochila, obligándolo a quedarse.

—No voy a aceptarlo a menos que me des una explicación.

Negó con la cabeza, era evidente que estaba molesto conmigo y quería irse, pero simplemente no iba a permitir que se alejara cuando ya estaba segura de mis sentimientos.

—Anoche te fuiste cuando te pedí que me esperaras, y me haz estado evitando todo el día y ahora sólo me dices que ya quieres verme, ¿crees que voy a aceptarlo? —espeté, necesitaba que él hablara, me frustraba que siguiera en silencio, guardándose todos sus sentimientos—. Dime algo, por amor al cielo.

—¿Qué quieres que diga? —respondió—. ¿Cómo quiered que te hable y actue normal si ahora tengo que vivir sabiendo que estás saliendo con Hoseok?

¡Ah! Así que era eso.

Mi enojo se transformó en gracia, todo el miedo que había sentido salió en una risa liberadora que sólo incrementó la molestia del mayor.

—¿Acaso estás celoso? —reí.

—Obviamente —rodó los ojos, su entrecejo estaba fruncido y sabía que luchaba por no perder la paciencia conmigo. Seguramente pensaba que me burlaba de él.

—Que directo —seguí riendo—. Debe ser porque eres géminis.

—Ya veo que mis sentimientos son muy graciosos para ti.

Ahora fui yo la que rodó los ojos. Este chico era realmente lento, justo como lo había descrito Hoseok antes de presentármelo.

—Bueno ya —me trague mi risa y traté de volver a la seriedad—. Primero que nada estoy molesta contigo por haberme seguido anoche cuando te pedí que no lo hicieras, pero estoy más molesta porque sólo viste y entendiste lo que quisiste.

—Bueno, te estabas besando con él, ¿Qué quieres que piense?

—Tienes razón, pero la próxima vez primero asegurate de que está pasando lo que crees antes de llegar a una conclusión —golpeé con suavidad su hombro, Hyunwoo no entendía nada de lo que le estaba diciendo—. No estoy saliendo con Hoseok —aclaré—. Se me declaró y lo rechacé.

Sus ojos se ampliaron, buscó en mi mirada cualquier rastro de burla o algo que le indicara que estaba mintiendo, mas mis palabras eran toda mi verdad. El alma pareció regresar a su cuerpo y esa amargura en su ser desapareció en un instante.

—¿Qué?

—Como lo oyes, todo el día te he estado buscando para decirte algo pero como me haz tratado mal, voy a castigarte y te lo diré mañana.

Le hice una mueca para después darme la vuelta, tal vez confesarme justo después de una pelea sería demasiado cliché, quería hacerlo de mejor manera, algo más especial y significativo que simplemente soltarle la bomba de repente.

—¡Haeun! —me llamó y al instante eché a correr.

—Más te vale verme mañana —le grité mientras me alejaba.

Tenía que ir a casa de mis padres.