Chocolate!! || Son Hyunwoo, Lee Hoseok

❝ ix ❞

Estaba repasando mis libros y mis diccionarios en la biblioteca. Soojin estaba frente a mí, ocupada en su teléfono, seguramente viendo memes o algo como eso puesto que sonreía y sonreía.

—Oye Haeun —me dijo al cabo de un rato, como no había mucha gente podía hablarme sin susurrar—. ¿Estás ocupada?

—Sí.

Ni siquiera la vi y seguí haciendo lo mío, pude escuchar como soltaba un largo suspiro.

—¿Qué haces? Todavía faltan dos semanas para los exámenes.

—Precisamente —dejé mi pluma y me estiré un poco—. Como estoy ayudando a Hyunwoo con el inglés, estoy haciendo una guía para su próximo examen.

Mi amiga asintió, en sus ojos se veía el asombros. Apoyó su mentón en su mano y volvió a suspirar.

—¿Debería hacer lo mismo con Hoseok? 

—¿Cómo van las tutorías con él?

—Bien —se encogió de hombros—. Aprende rápido y casi no tenemos que juntarnos, es una pena porque me paga por clase.

En sus labios se formó un puchero y frunció el entrecejo. Por mi parte me reí, Hoseok le pagaba a Soojin con comida y llevándola a las fiestas de los alumnos de último año, a las cuales casi no invitaban a gente menor. 

—Estoy aburrida y tengo hambre —volvió a tomar su teléfono—. Cómo estás ocupada voy a buscar con quién salir, conocí a un buen chico en una fiesta.

—Creí que estabas tras Hyunwoo —reí.

Mi amiga negó con la cabeza, concentrada en sus mensajes. Esa tarde se veía especialmente linda con su camiseta azul y su short negro que dejaba ver sus piernas de muerte que más de una envidiaba, yo incluida.

—Ya no, es géminis, no va conmigo.

—Pero no tienes su carta.

Soojin sonrió ante mi respuesta, parecía una madre orgullosa de su hija.

—¡Ya estás aprendiendo! —dejó un suave golpe sobre mi mano—. Aunque no necesito su carta para saber lo obvio. El tipo tiene la carta¹ llena de tierra.

—Ah.

—Eso significa que no va conmigo, yo tengo aire². Aunque tal vez contigo sí, después de todo son compatibles por el sol³.

Rodé los ojos, los recuerdos de Soojin leyendo mi carta astral y comparándola con la de Hoseok vinieron de nuevo a mi mente. Logró sacarnos la información suficiente para hacerse con nuestras cartas y entonces se sentó conmigo a discutir sobre ello con tanta seriedad que parecía que me daba una charla sobre educación sexual o consumo de drogas.

—No gracias, yo sólo quiero a Hoseok.

—Ya te lo dije —esta vez su dedo golpeó mi frente, lo hacía sin fuerza así que no me molesté en apartarla—. Es mucha agua para ti que tienes agua también.

—Los astros pueden equivocarse, Soojin.

—¡Blasfemia!

El celular de mi amiga vibró, indicando que un mensaje le había llegado. Su sonrisa volvió a aparecer en su rostro y sin más comenzó a juntar todas sus cosas en su mochila.

—Voy a salir con este chico, es leo. Esta vez sé que sí es mi alma gemela.

—Buena suerte —fue todo lo que dije para volver a centrarme en la guía.

Mi amiga se marchó con alegría. Soojin realmente nunca buscaba pareja estable, sólo iba por ahí divirtiéndose, aunque en el fondo yo sabía que lo que quería era alguien que la quisiera por algo más que su apariencia. Esa era su maldición al ser bonita, ninguno de los chicos con los que salía la tomaba en serio y, a la larga, eso le afectaba por más que tratara de negarlo.