1. Frío

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"Marica"

Las voces resonaban en sus oídos con un insistente eco. El somnoliento rubio tardó en averiguar si lo que escuchaba era real o solo estaba presente en su rota cabeza. No importaba, llevaba un buen rato escuchándolas y el temor que hacía paralizar su cuerpo era completamente verdadero.

Su respiración era superficial, agitada y dolorosa. Quería pedir ayuda, pero allí no había nadie. Nadie que pudiera ayudarlo ni tampoco estaban las personas dueñas de aquellas voces que lo torturaban.

Lentamente, pudo palpar el lugar húmedo donde se encontraba. No era el césped que adornaba el patio de la preparatoria, sino que era su propia cama. Entonces, Tweek volvió a maldecir su mediocre existencia. Estaba despierto, estaba vivo y lo odiaba.

La madre estaría aún más decepcionada de él si llegaba a notar que se había vuelto a orinar en la cama. Prefirió callarse. Temía recibir otro regaño de la mujer que le dio la vida.

Se movió con total sigilo por aquella habitación gris por la luz de la madrugada. Se quitó la ropa, sacó las sábanas y metió todo en el lavarropas. Si tenía suerte, su madre solo lo pondría a lavar, si no, trataría de seleccionar la ropa y notaría lo que ocurrió. Tweek tembló de solo pensarlo.

Luego de bañarse, inspeccionó su aspecto en el espejo roto de su habitación. Dolía verse. Craig y Clyde se habían excedido en su último encuentro el día anterior, tenía moretones en su pecho y en las mejillas. Quizás estaba siendo paranoico, pero había escuchado que un golpe en el corazón haría que se paralizara por siempre. ¿Pudo haber muerto si Craig hubiera acertado la patada?

No quería volverlos a ver. Sabía que por alguna razón ellos actuaban por épocas, luego solo ignoraban su existencia por un tiempo y todo volvía a empezar. La última golpiza había sido lo suficientemente grande como para saciarlos por algún tiempo.

¿Verdad?

Su piel violeta ardía y su carne hinchada parecía no tener intenciones de volver a la normalidad. No soportaría otro golpe más, no por ahora. Tweek pensó que era mejor no ir por algunos días a clases, pero el director ya le había advertido que no podía falta ni un día más o repetiría de año. Sus padres no lo perdonarían si eso llegara a suceder.

Contempló desde su ventana el frío exterior. Volvió a escuchar en su cabeza la gruesa voz de Craig llamándolo de esa forma que se había hecho tan típico de él. "Marica" La palabra no tenía nada de malo en sí misma, pero Tweek ya no la podía oír sin sentir escalofríos. Sin sentir que su mundo iba a volver a ser horrible una vez más.

¡Hola! Este sería un capítulo introductorio, por eso tan corto

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¡Hola! Este sería un capítulo introductorio, por eso tan corto. Espero que le den una oportunidad a esta historia. c:

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