13.

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Más tarde será corregido como es debido.




Se encontraba justo en ese momento de la madrugada en que las aves comenzaban a cantar a pesar de frío. Tweek observó con una sonrisa tranquila como el cielo comenzaba a tornarse más claro, se había despertado con la compulsiva gana de hornear algo dulce, pero antes se había permitido disfrutar un café con leche.

Llevaba mucho tiempo sin beberlo, le habían dicho que era malo para ansiedad y que debía limitarse. Pero hoy se sentía extrañamente bien.

Se puso los auriculares, había creado una playlist con las canciones del momento, esa música que le eleva la energía y te hace sentir como en una nube de autoestima. Incluso tarareaba y trataba de cantar las partes más icónicas, siempre errándole a sus palabras.

Eligió moldes de cupcakes color celeste con corazones blancos, ya que quería que combinara con el color que le daría a la crema luego.

—¿Estás bien, hijo? —su padre, pronunció con mucho cuidado de no asustarlo. Tweek lo había visto de casualidad cuando entró a la cocina.

—Sí.

Richard se quedó allí como si no le creyera, se sentó en la mesa luego de servirse un café y observó a Tweek ensuciando todas las cosas de cocina que había lavado el día anterior. A Tweek le gustaba cocinar, pero no limpiar; así que era normal que acumulara una montaña de recipientes y utensilios en la mesada y luego se desentendiera de todo el desastre que provocaba. Richard sonrió, no tendría ningún problema en limpiar después, amaba ver a Tweek cocinar felizmente como antes.

En las clases ya nadie quería estudiar, ni los profesores querían dar clases cuando entraban al salón

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En las clases ya nadie quería estudiar, ni los profesores querían dar clases cuando entraban al salón. Reinaba un ambiente depresivo por la ausencia de Craig. A Tweek no le molestaba en absoluto, no le gustaba estudiar, pero sí estar con Butters y Stan; así que volvió a ir a clases en pocos días. Ya sentía haber superado todos sus problemas.

Butters estaba sentado junto a Kenny, Kyle con Cartman y Stan parecía haberle guardado el lugar exclusivamente para él. No habían hablado desde la última vez que se vieron, esta vez solo lo saludó y el silencio volvió a reinar en el aula. Todos hablaban susurrando, parecían estar en un velorio.

—¿Qué tienes en la caja? —Kenny le preguntó en la segunda hora.

Tweek había notado la mirada hambrienta del rubio, probablemente ya hasta sabía qué era lo que había traído por el olor a chocolate y la crema. Abrió la caja y se la colocó en frente para que tomara un cupcake, Kenny tomó dos para dejarle uno en la mesa a su querido Butters.

—Gracias... —pronunció, no tardó en devorárselo.

Tweek sintió un poco de nervios, pero dirigió la caja hacia Stan, no dijo nada, solo lo miró bajando un poco la cabeza. Inmediatamente se preguntó por qué se sentía tan incómodo tratarlo ahora.

No te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora