18.

2.5K 292 417
                                    

Tweek estuvo a punto de escapar de la escuela un par de veces en camino a la máquina expendedora de café, sentía la necesidad de correr una vez más hasta su cuarto y llorar en aquella tranquilidad que le ofrecía su cama. Quizás, si el dolor se volvía insoportable, tomar las pastillas suficientes para no despertar algunos días o hasta olvidar por completo sus sentimientos hacia Stan.

Observó el sobreesfuerzo de Craig para apretar los botones de la máquina, pensó en que quizás sería mejor dejarlo e irse; pero le había dado curiosidad las opciones que el azabache le iba diciendo para que escoja. Cappuccino con otro sabor extra y además podía elegir el sabor y el aroma sin ser precisamente los mismos. Ahora comprendía el por qué su padre le había prohibido acercarse.

Craig le extendió la bebida y Tweek sintió que estaba a punto de hacer algo prohibido. Bebió el primer sorbo con miedo, pero al instante supo que se haría adicto a esa bebida con una gran facilidad. ¡Qué había hecho para merecer probar algo tan delicioso!

—Eres tan obvio cuando algo te gusta. ¿Te sientes mejor? —sonrió Craig.

—Ahora mismo ni siquiera recuerdo mi nombre —dijo, apenas respirando entre trago y trago.

Craig rió un poco antes de dirigirse al salón, Tweek no había sentido nervios mientras caminaba a su lado, al menos no hasta encontrarse frente a la puerta abierta. Tomó aire y lo retuvo en sus pulmones al dar el primer paso, el profesor ya estaba dando la clase, los chicos estaban acomodados de la misma forma de siempre; Stan le había guardado el lugar al lado suyo, lo único diferente era la mirada extrañada de todos al verlo llegar junto al azabache. Se paró junto al asiento donde se había estado sentando las últimas semanas, era su única oportunidad de disimular haber estado con Craig, pero no podía olvidar todo el enojo y dolor que le había provocado Stan por haber estado con Wendy sin avisarle antes.

—Tweek —llamó seriamente Craig para que vaya con él al fondo del aula, donde se sentaba normalmente.

Dudó un poco, no sentía que tuviera más opción que ir con él. No se atrevió a levantar la mirada hacia sus amigos durante la primera hora. Le daba ansiedad pensar en que podrían enojarse con él por haberlos dejado, debía enfrentarlos ese mismo día, en especial a Stan.

Lo había estado observando constantemente disimulando lo más posible cada vez. Tweek sentía el peso de una mirada sobre él, pero no cruzó mirada con ninguno de los chicos; fue inevitable voltear hacia Craig y encontrarse con sus fríos ojos verdes. Tweek perdió el aliento por algunos segundos, no le gustaba tenerlo tan cerca.

—Presta atención al pizarrón, te estás atrasando —le ordenó en un susurro.

Tweek fijó su mirada hacia delante, intentó anotar lo que el profesor escribía a pesar de que no entendía absolutamente nada de lo que estaba haciendo. Butters le había querido explicar, lo hizo, pero ninguno de los dos era lo bastante bueno como para ayudar al otro.

Los golpes de la tiza de pronto se detuvieron y el profesor sin mirarlo lo nombró.

—Responde, ¿qué harías aquí? —insistió. El hombre sabía que Tweek no tenía idea de dónde estaba en el mundo, por lo que se había hecho costumbre a preguntarle.

Craig deslizó una pequeña hoja sobre su mesa, Tweek sabía que estaba la posibilidad de que lo humillara frente a todos, pero de todos modos iba a pasar vergüenza con su respuesta.

—Bascara... —dijo, sonando inseguro como siempre.

El hombre se dio vuelta y lo observó sorprendido, Tweek sabía que era lo suficientemente inteligente como para saber que Craig le había soplado la respuesta, no lo dijo, pero era evidente que había sacado esa conclusión.

No te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora