15.

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Era un día frío, normalmente los clientes entraban y se quedaban allí por más tiempo del necesario, excepto por la tarde después del mediodía. Tweek solía aburrirse hasta el punto de dormirse en la barra, muy de vez en cuando entraba algún cliente y era el único encargado de atenderlo. Sus padres aprovechaban la baja clientela para cocinar los dulces que venderían al siguiente día.

Eran un equipo de tres.

Butters entró a media tarde acompañado de Kenny, su amigo había estado con un sentimiento de culpa constante por lo que había ocurrido el otro día con Stan. Tweek no había hablado con nadie más que con Butters, así que no sabía con certeza si los demás estaban insistiendo con que Butters lo convenza de reunirse con ellos.

Tweek no los odiaba, pero necesitaba distancia.

—Ve a sentarte, ahora te llevo café y tostados —le dijo a Kenny, intentando quedar a solas con su amigo.

—No, está bien —contestó Kenny.

Tweek se dio la idea de que le daba vergüenza siempre recibir comida de esa forma, pero también que se debía estar muriendo por dentro para aceptar lo que sea. Los ojos de Kenny giraron hacia Butters como si le estuviera pidiendo permiso y este le insistió en que vaya a la mesa. Dudó un poco, pero finalmente se resignó a ir.

Butters fue quien preparó todo para su novio, Tweek lo observó con una sonrisa, pensando en la suerte que tenían de haberse encontrado para estar juntos. Le habían contado que al inicio sufrieron bastante, que se peleaban y hasta se avergonzaban de lo que sentían; pero empezaron a aceptarse y todo terminó de la mejor forma.

—¿Ahora crees que le gustas a Craig? —preguntó, Butters no se fiaba tanto del azabache. Él había visto sus peores acciones en contra de Tweek. —Siempre estuvo obsesionado contigo, solo que no de la mejor forma.

—Puede ser que solo se sienta muy agradecido y quiere compensarlo. Nada real... —declaró. No se había quitado de la mente la actitud de Craig en el hospital, parecía desesperado por verlo.

—No creo que Stan deje que se acerque a ti. Puede que sea un imbécil, pero se aferró a ti.

Suspiró, sabía que solo era un reemplazo de Wendy para él y no le importaba que tan lejos llegaría para quitársela de la mente; Tweek sospechaba que ni siquiera le importaba estar lastimándolo para su propio beneficio.

Tomó su celular y revisó los mensajes que había recibido de Stan, le insistió mucho en verse. Lo invitó a su casa y también le preguntó a qué hora estaría en la suya para poder ir; Tweek no respondió ningún mensaje. No podía quitarse de la mente el momento en que Stan insinuó que era ella.

—Ten cuidado con Pete, es agradable, pero he escuchado algunos rumores de él —Butters le advirtió.

—Solo saldremos a caminar y quizás a beber algo, no me quedaré a solas con él.

Butters entrecerró los ojos haciendo evidente que sospechaba, Tweek rió y lo empujó suavemente con su codo para que dejara de pensar lo que sea que esté en su mente.

—Creo que prefiero que vayas a ver a Craig que a él. ¿Ya sabes qué usar? Creo que le gustará que uses el buzo rosa con fresas y el pantalón cargo.

—¿Hablas en serio? Él odia los colores... —Tweek comenzaba a sospechar que su amigo quería que el gótico lo odiara.

—Créeme, los colores es lo que le gusta de ti.

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