#Capitulo 15: Consejo de vida

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Abbie

"Si tienes muchas ganas pero al mismo tiempo mucho miedo de hacer algo, entonces hazlo con miedo pero hazlo"

Esa frase se repetía una y otra vez en mi cabeza. Era un consejo perfecto para alguien tan miedosa como yo. El miedo no tiene que ser un impedimento para hacer lo que quisiera. 

El miedo no tiene que arruinar mi vida.

Tomé un ultimo respiro y con toda la seguridad que pude reunir en ese momento golpeé dos veces el torso de Amor haciéndola correr tan velozmente como había visto correr al caballo de Dakota. Mi cuerpo se tensó al sentir la velocidad, que nunca antes había experimentado, y por inercia mis manos se aferraron a las riendas. Escuché la voz de Dakota ordenándome que me detuviera y tratando de recordar cada indicación que me había dado antes hice detener a Amor, sorprendiéndome a mi misma de poder haberlo logrado.

Con el cuerpo temblando y mi mente en blanco por los nervios, me volví a acercar a Dakota la cual me esperaba sobre su caballo con una gran sonrisa. Tenía muchos sentimientos encontrados, quería gritar, llorar y reír al mismo tiempo pero nada salía. Solo podía sonreír y suspirar de alegría.

—!Ahora podremos hacer competencia! —rió con felicidad una vez que llegué a su lado—¿Cómo se sintió?

—Me quiero morir.

—Eso es bueno —dijo entre risas—¿Quiere descansar o prefiere seguir practicando?

—Prefiero jugar con Bola de pelos —reí tratando de relajar mi cuerpo. 

 Cabalgamos nuevamente hacia el rio para dejar a los caballos atados a uno de los árboles. Dakota me ayudó a bajar, no sin antes prometer que la próxima vez que viniéramos practicaríamos la bajada. Bola de pelos corrió hacia nuestros pies dando pequeños saltos con su lengua afuera. Dakota se arrodilló frente a ella y como si fuese un animal dio dos manotazos cerca del hocico de Bola de pelos para comenzar a jugar con ella. Sin poder dejar de sonreír me senté en la manta a verlas.

—Pequeña traviesa —susurraba entre risas mientras fingía ser derrotada por el pequeño animal.

La tomó entre sus manos y la alzó con una hermosa sonrisa mientras se recostaba en el pasto. Se veía feliz y su alegría era contagiosa. Acercó a Bola de pelos cerca de su cara para darle un beso en la frente y al verlas mi vientre revoloteó ante tal escena de Amor. 

Sin duda alguna Dakota Amaba a Bola de pelos.

De un momento a otro volvió a ponerse de rodillas con Bola de pelos a su lado y como si le estuviera contando un secreto se acercó a su oreja, y como si el animal entendiera corrió dando pequeños pasos hacia mí junto a Dakota.

—!Ataque de cosquillas! —gritó lanzándose hacia mí.

Sus manos agiles comenzaron a hacerme costilla en el vientre mientras Bola de pelos intentaba lamer mi mejilla. Las carcajadas que provocaba en mí parecían hacerle gracia porque su risa se mezclaba con la mía en el aire. Intentaba apartar sus manos mientras me retorcía bajo su cuerpo pero Dakota era mucho más fuerte.

—!Ataca Bola de pelos!

—!Basta!

Nuestras risas cesaron en el momento que sus manos se alejaron de mi vientre para hacer presencia en mis muñecas contra el piso. Su cuerpo había quedado ligeramente inclinado sobre el mío y nuestras respiraciones agitadas se mezclaron frente a frente.

—Gané —me regaló una sonrisa ligera haciendome sonreír junto a ella.

Su cercanía se hacía cada vez más costumbre y no podía negar que me gustaban esos momentos. Sus ojos eran hermoso y poder apreciarlos desde cerca solo me hacían desear no dejar de verlos nunca. Mi pecho subía y bajaba en busca de calmar mi respiración y por un segundo su mirada fue a ellos. Su mirada volvió a mis ojos y pude notar su vergüenza reflejada.

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