#Capitulo 20: Una tarde en el agua

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Abbie

Cuando Dakota me preguntó que se sentía estar enamorada no supe que responder. Nada vino a mi mente y era porque en el fondo sabía que nunca me había enamorado. Quiero a Adrián pero me niego a creer que lo que siento por él es amor. Debe haber algo más. El amor no puede ser así. He leído muchos libros en donde los personajes describen lo que sienten al ver al amor de su vida y mis sentimientos hacia Adrián no se asimilaban a eso. Siempre quise más, sentir esa chispa que muchos libros describían, sentir ese cosquilleo al verlo. Sentir algo más que solo cariño pero nunca sucedió y simplemente me convencí de que esas cosas ocurrirían con el tiempo, tal vez cuando estemos casados. Tal vez ahí surgirían esas emociones que me cortaran el aliento cada vez que nos besemos. Quiero creer que será así.

—Nunca me he enamorado pero he estado cerca de estarlo —sin esperar a que le preguntara continuó hablando—. Para mí es más que solo felicidad—se sentó en la orilla de la cama—. Creo que es esa tranquilidad que se siente en el alma, es fuerte pero a la vez también se convierte en tu debilidad. Es un sentimiento que ama si a de amar y que mata si a de morir. Cuando menos lo esperas te toma por sorpresa y llega para quedarse. Solo lo sabes y ya....eso es el amor para mí, Abbie. Es amar sin esperar nada a cambio....incluso si eso te destroza por dentro.

El silencio nos rodeó. Su mirada puesta en mí habían logrado transmitir todo lo que su boca decía. Sus palabras resonaban en mi mente, encajando perfectamente con lo que deseaba sentir algún día con Adrián y tuve envidia del hombre que la había hecho sentir de esa forma tan hermosa y aterradora a la vez. 

No todo el mundo sabía amar y esperaba no ser una de ellas.

—Que lindo debe ser sentir todo lo que dice —susurré no siendo capaz de apartar la mirada de sus ojos Azules. Tan eléctricos como sus palabras.

—Cada día se intensifica...

—¿Ósea que está enamorada, Dakota?

—Como le decía —se levantó de la cama—. El amor llega para quedarse. No se va Abbie.

—¿Puedo saber quien es? ¿Quién es el hombre que la hace sentir así?

—Algún día —suspiró con una pequeña sonrisa un poco triste—. Ya es tarde....debe descansar.

Le di las buenas noches y en silencio salí de su cuarto para dirigirme al mío. Mientras me acomodaba en la cama no paraba de pensar en sus palabras. Ella estaba enamorada. ¿Él hombre al que amaba no le habrá correspondido? ¿Por eso no se a casado?. El sentimiento que sentía Dakota era tan puro y real....era imposible que no fuera correspondido. 

Si ella sabía lo que era el amor ¿Por qué me lo preguntaba? ¿Se habrá dado cuenta de que no estoy enamorada de Adrián?. El temor a que se notase que mis sentimientos hacia él no eran tan fuerte como todo el mundo creía se apoderaron de mí. 

Dakota sabía lo que era estar enamorada, tal vez debía ser sincera con ella y confesarle los sentimiento que tenía hacia Adrián. A lo mejor había algo que podía hacer para sentir todas esas cosas bonitas que ella había dicho. 

Narra Dakota.

—Solo relájese.

Hace una hora habíamos llegado a nuestro lugar favorito. Abbie quería aprender a nadar y por supuesto que no me negaría a enseñarle. Y en eso estábamos. Las dos entre risas y gritos de pánico ya estábamos dentro del agua.

Abbie estaba frente a mí aferrada a mis brazos. El agua nos llegaba hasta la cadera y llevaba más de quince minutos intentando que se recostara sobre esta pero cada vez parecía más imposible lograrlo.

Nuestro lugar favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora