#Capitulo 36: Corazones heridos

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Abbie

Mis ojos se anclaron a ella desde el primer momento en que la vi bajar las escaleras de mi casa. Se veía hermosa. Admirarla desde lejos era lo unico que podía hacer desde nuestra discusión. Toda esta situación me dolía tanto como a ella. Era yo la que tendría que casarse con un hombre al que no amaba. Todo este mes no he dejado de pensar en eso, la angustia invadía mi cuerpo al pensar en que después de aceptar casarme con Adrián tendría que despertar todas las mañanas a su lado. Mi vida se vería envuelta en la suya. Si en estos momento mi vida no valía nada, cuando fuera su esposa valdría menos. Mis deseos no valdrían nada al igual que mi opinión. Estaba condenada a la miseria, a ser la sombra de Adrián al igual que todas las mujeres que aceptaban casarse. Esa sería mi vida.

Dakota no entendía que por más que quisiera irme muy lejos de aquí con ella, no podía, no tenía permitido una vida a su lado. Mi pecho no había dejado de lado la sensación de ahogo desde nuestra ultima conversación, la cual solo fue un silencioso termino de nuestro amor. 

¿Habíamos terminado?...con su lejania me había insinuado que sí.

Por más que sabia que ese día llegaría aún así no hizo que el dolor fuera menos, al contrario, dolía como la mierda alejarme de ella pero en el fondo sabía que debía acostumbrarme a su ausencia por más que no quisiera. Ella era libre y yo no, nunca lo he sido. Mi vida nunca ha sido mía, aunque cada vez que estaba al lado de la mujer que amo me hacia sentir dueña de mí, de mis decisiones. Ella le ha dado sentido a lo que vivir significa, aunque sea en pequeños momentos robados en nuestro lugar favorito o cuando me escabullía a su habitación para estar juntas. Todos esos momentos a su lado se habían sentido míos, por primera vez en mi vida. Mi amor por Dakota es lo más real que tengo y me aterra la sensación de habernos perdido para siempre.

Muy dentro de mí creí que podríamos superarlo, que sería una discusión que podríamos resolver con el paso de los días, que buscaríamos una solución juntas...que seguiríamos juntas pero al verla en estos momentos siendo llevada de la mano de Richard hacia el centro del gran salón de la casa de los Capelli, toda esperanza se había derrumbado.

Podía ver como la gente a nuestro alrededor volteaba a mirarlos, murmurando cosas sobre ellos. El rumor se hacia realidad en ese momento.

Ella lo habia aceptado así.

Podría jurar que sentí mi corazón romperse en mil pedazos cuando las manos de Richard rodearon su cintura. Verlos sonreír mientras se miraban uno al otro era la peor escena que había visto en mi vida. Jamás creí que la vería de esa forma con alguien más, ella me habia jurado que jamás aceptaría bailar con un hombre, menos en este pueblo del cual se iría en pocos días...pero me había mentido. Dakota me había mentido dejando frente a mí la peor de las escenas. Sentia como el rencor se apoderaba de mi cuerpo con cada paso que daban, mi enojo iba en aumento y mi dolor se expandía por todo mi ser borrando toda capacidad de razonar.

Me sentia traicionada por sus actos. Nunca me había sentido así hasta hoy.

—Parece que una nueva pareja se a formado esta noche.

La insinuación en las palabras de Adrián solo provocaban que la presión en mi pecho aumentara. Sentia mi garganta apretada y como mis ojos se aguaban. Llorar no era una solución pero ver a la mujer que amas en los brazos de otro hombre era el peor de los dolores.

Me dolía el alma de ver como el podía tenerla así de cerca, como podía estar bajo la mirada de todos sin que eso se viera mal. Jamás podríamos estar de esa forma, no sin que la gente nos repudiara.

Estaba viviendo en carne propia lo que Dakota sentía cada vez que me veía con Adrián, y dolía, dolía tanto que no fui capaz de estar un segundo más presenciando aquello. Con paso apresurado salí de la enorme casa en dirección al jardín trasero. Mientras lo hacia escuché la voz de Adrián llamarme pero en ese momento queria estar sola, necesitaba ordenar mis pensamientos porque lo unico que estaba consiguiendo era dañar más mi corazón y no podía permitir un daño más. Suficiente tenia con tener que lidiar con la idea de que aceptaría casarme con un hombre que no amaba, con la realidad de que Dakota se marcharía para siempre en unos días más, tenía muchas cosas en mi cabeza como para tener que ver al amor de mi vida compartir un baile que lo cambiaba todo a partir de ahora.

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