Capitulo 38: Propuesta

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Dakota

No podía dejar de pensar en lo ocurrido con Abbie. Ese momento maravilloso que tuvimos en el establo jamás saldría de mi mente, ¿Cómo olvidarlo?. Mi cuerpo aun reacciona cada vez que pienso en ella. Una inexplicable corriente recorre mi piel y el deseo de volver a sentir su cuerpo junto al mío eran desesperantes. 

Quiero pensar que no será la ultima vez pero ahora mismo viéndola junto a Adrián esa idea duele, porque en el fondo se que es muy probable que no se vuelva a repetir. Fue mía en un momento fugas y debía conformarme con ello.

—¿Estás bien? —Richard me entregó una copa de vino—. Te perdiste mucho tiempo.

—Fui a dar un paseo —aparté la mirada—necesitaba estar sola.

—¿No es grata mi compañía? —me sonrió.

—No dije eso —negué con una sonrisa—. Me agrada Richard pero sabe muy bien que no estoy en busca de una relación. Tengo muchas cosas que hacer antes de pensar en un compromiso.

—Me gusta eso de usted Dakota. Es una mujer con decisiones. No es muy común algo así.

—No es muy común en este pueblo. Si viajara tanto como yo, Richard, le aseguro que su vision cambiaria.

—¿Es una invitación?

—Richard...

—Solo bromeo Dakota, no se preocupe. Lo entendí. ¿Solo amigos? —alzó su copa frente a mí y yo le di un ligero golpe con la mía.

Debo confesar que hubo más de una noche en la cual me recriminé el no poder corresponder los sentimientos de Richard. Era un hombre maravilloso, caballero y dulce como ningun otro. El hombre ideal para cualquier mujer, menos para mí.
Para mí no era posible un amor como el suyo porque mi corazón se moria por Abbie.

Todo mi ser muere día a día por esa mujer de cabellera rubia y ojos cafes.

La vida no era justa. Lo entendí cuando murio mi Madre. Pero ahora, al volver a vivirlo con Abbie me dolia aun más. Daria mi alma entera por poder estar con ella abrazas o simplemente tomadas de las manos sin necesidad de escondernos pero no era permitido. ¿Alguna vez lo será? ¿Podremos salir juntas a la luz del día sin tener que dar explicaciones de nuestro amor?

No poder estar junto a ella era una tortura.

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Las horas pasaron y ya era momento de volver a casa de los Lunsbork. Richard ofreció llevarme en su auto y no pude negarme. Su compañia me gustaba pero tambien acepté porque no queria estar cerca de Adrián y Abbie, suficiente dolor sentía al saber que solo quedaba una semana para su boda.

Cuando bajé del auto, Richard me acompañó hasta la entrada de la casa bajo la atenta mirada de la familia Lunsbork. Sobre todo de Abbie.

Moria por saber que pasó por su cabeza cuando Richard tomó mi mano y dejó un beso en ella.

¿Se habrá puesto celosa?. Algo me decia que sí y eso me gustaba.

Abbie estaba tan pendiente de mí que ignoró por completo a Adrián, lo cual pareció molestarle porque como despedida dejó un besó brusco en su mejilla antes de marcharse.

Sonreí por ello.

—Me pone muy feliz la cercanía que tiene con el Señor Grimfols.

Dijo Aaron cuando estaba a punto de subir las escalera hacia mi habitación.

—No hay tal cercania, Señor —me voltee a mirarlo.

—No es lo que vimos hoy —respondió Angela mientras se quitaba su abrigo.

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⏰ Última actualización: Aug 20 ⏰

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