11| "Lo maté"

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¿Qué pasa cuando los fantasmas de tu pasado reviven?, eso es bastante terrorífico

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¿Qué pasa cuando los fantasmas de tu pasado reviven?, eso es bastante terrorífico. La sensación de ver de nuevo a una persona que no quieres volver a ver en tu vida jamás se calma, es como si se quedara impregnada en tus huesos. ¿Qué pasará cuando tocan a tu puerta?

—¿Narcissa? —. Preguntó Natasha al otro lado de la puerta, Cissy llevaba una semana en recuperación después de que encontraran que tenía algunas costillas fracturadas.

—¿Si?.

—Hay... hay alguien que quiere verte —. Bucky y Steve la ayudaron a levantarse de la cama, abrió la puerta y Natasha la encaminó escaleras abajo.

Cuando llegaron a la sala parecía que el mundo se le quería venir encima, o que se le estaba cayendo justo a sus pies.

Sus facciones cambiaron completamente al ver al hombre que estaba tomando una taza de café en su sala, como si eso fuera muy normal.

—¿Qué estás haciendo aquí? —. James y Steve se sorprendieron, la Narcissa que había estado muy sonriente y feliz la última semana con ellos dos en su habitación, cuidando de ella ya no estaba ahí. Su tono de voz había cambiado por completo, no era mieloso, ahora era como si dagas salieran directamente de su boca.

—Él dijo que —. Comenzó Clint pero Narcissa lo interrumpió.

—¿Por qué lo dejaste entrar? —. Le preguntó a Natasha, quien solo agachó la cabeza.

—Nina yo—

—No, me llames, Nina. Perdiste ese derecho hace muchos años, ¿qué estás haciendo aquí?.

—¿Y tú hermano?.

—Lo maté —. Todos se sorprendieron por sus palabras, él hombre solo bajó la cabeza —. Ay no me digas..., ¿te duele su pérdida?, ¿cómo crees que me sentí yo cuando me obligaron a cortarle la garganta? —. Sus ojos se llenaron de lágrimas, al instante se reprendió a sí misma, había abierto demás la boca. Pero ahora que ya había empezado ya era muy difícil parar —. ¡Dímelo!, ¿dónde estabas Christian?, porque yo estaba siento torturada a causa tuya.

El hombre la miró con unas cuantas lágrimas corriendo por su cara, su hija tenía todo el derecho a estar enojada con él.

—Yo..., yo lo hice por su bien.

—¿Nuestro bien?, ¡nos vendiste para pagar tus deudas!, ¡y si no fuera poco, robaste drogas y desapareciste!, ¡tú deuda se me transfirió a mí!.

—Narcissa —. Clint tomó su antebrazo pero ella se zafó al instante, acercándose a paso firme a su padre,apuntándolo con su dedos dejando un manotazo en la mesa.

—¿¡Qué mierda estás haciendo aquí!?, ¡corre con tu familia y tu esposa!, abandónalos como hiciste con nosotros. Como hiciste con tu mujer.

—Tu madre era una grandiosa mujer, yo—

—¡Tú la mataste! —. Un grito furioso salió de su garganta —. ¿¡Qué mierda quieres de mi!?, ¡me lo has quitado todo papá, todo!, ¿¡qué mas quieres que te dé!?

—Narcissa —. Le llamó Tony.

-¿¡Para qué viniste aquí!?, ¡destrozas todo lo que tocas!.

—Narcissa —. Le llamó Tony de nuevo, el hombre frente a ella parecía querer hacerse cada vez más pequeño en su lugar.

—¡Lo arruinaste todo, tuve que hacer un montón de cosas para sobrevivir! —. Su cara ya estaba roja de la ira y una vena botaba de su cuello.

—¡Narcissa!.

—¿¡Qué!? —. Le gritó ella a Tony, mirándolo directamente.

—Tiene cáncer.

—¿Qué? —. Sus facciones decayeron al instante, pasando su mirada de Tony a su padre.

Ella se alejó de él, con la vena aún brotándole pero ya menos presente. Lo miró de nuevo, esperando una confirmación, él asintió mientras se limpiaba las lágrimas. La chica se talló el contorno de las cuencas de sus ojos mientras soltaba un suspiro.

—¿Cáncer de qué? —. Le preguntó más calmada.

—Pulmón —. Le respondió él. Una risa amarga salió de su boca en compañía de aguas saladas que brotaban de sus ojos.

—Déjame adivinar. Okey, eres un maldito, drogadicto, alcoholico, y ahora eres fumador. ¿verdad? —. No dijo nada y solo miró hacia otro lado, evitando la mirada furiosa de Narcissa —. De verdad que eres un idiota. Sigues igual.

—Él es tu padre Narcissa —. Le dijo Thor, tratando de intervenir en la acalorada situación.

—¡No, claro que no!, mi padre murió el día en que nos abandonó. El día en el que me tuve que hacer cargo de Jonathan, que estaba tan asustado que ni siquiera podía caminar. El día en que decidiste correr lejos con tus hijos y tu novia y dejarnos a nosotros como forma de pagar tus deudas. ¿pues adivina qué?, Jonathan tuvo que pagar por la droga que robaste, ¿sabes como pagó?, con su vida, ¿y sabes quién le quitó la vida?, ¡YO!

—¡Yo los amaba!, ¡Lo hice para que no sufrieran!.

—¡Tenía cinco años!, ¡cinco años y era yo peleando contra el mundo!, ¡cinco años y siendo abusada por un pedofilo que me cuidaba! —. Hizo énfasis en la última palabra mientras hacía comillas con sus dedos —. Lo que hiciste no era amor. Y ya es hora de que lo entiendas.

Todos se quedaron en silencio, prescindiendo aún la escena. El hombre soltó un suspiro y se levantó de su silla.

—Moriré pronto, hoy me internarán en el hospital, mis pulmones ya están muy dañados y no encontrarán un transplante a tiempo. Les di orden de no resucitación. Solo quería que lo supieras, por si había alguna posibilidad de que fueras a visitarme.

Narcissa lloraba en silencio, con la boca apretada y mirando hacia otro lado, su pie descalzo se movía rápidamente sobre la madera, ocasionando un rápido golpeteo. Christian se acercó a ella y le dió un beso con labios temblorosos en la mejilla, después de eso se marchó.

Para cuando todos voltearon su vista de nuevo a Narcissa ella ya no estaba en su lugar, un fuerte portazo se escuchó arriba. Nat quiso ir detrás de ella pero Clint la detuvo.

—Suéltame.

—No, sabíamos muy bien lo que le hacíamos al dejarlo entrar aquí, lo que menos quiere ahora es vernos la cara. Déjala sola, esto ya está bastante mal como para que lo empeoremos.

Ella le miró seria pero al final terminó cediendo, sentándose en una silla y mordiéndose la uña del pulgar en signo de preocupación.

—Yo iré —. Dijo Steve, Natasha, Clint y Bucky asintieron, no espero más y subió las escaleras saltándose escalones.

Toco la puerta y unos segundos después entró, encontró a Narcissa parada en una silla, cubriendo la cámara que había en la esquina de la habitación.

—¿Estás bien? —. Ella soltó un suspiro y asintió. Que idiota, ¿como va a estar bien? —. Lo siento, fue una pregunta tonta.

—No te preocupes, estoy bien.

Le ayudo a bajarse de la silla, accidentalmente su mano se coló bajo su playera cuando la cargó. Ambos enrojecieron un poco.

—Perdón —. Ella solo negó y se acostó de nuevo en la cama —. Supongo que te dejaré para que duermas.
—De hecho tengo que ducharme.

—Oh, okey —. Se dió la media vuelta a punto de salir de la habitación cuando escuchó a Cissy;

—¿Me ayudas?.

Etéreo | Bucky Barnes, Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora