27| "Nintendo"

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Narcissa aparcó la troca en la calle de infestada de nieve, mientras veía por la ventana la silueta de un niño pequeño, riendo y jugando con lo que parecía ser su padre

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Narcissa aparcó la troca en la calle de infestada de nieve, mientras veía por la ventana la silueta de un niño pequeño, riendo y jugando con lo que parecía ser su padre. Miró a todos lados dándose cuenta de que había anochecido rápidamente gracias a los tiempos invernales. Apagó su cigarrillo y suspiró.

Se acercó a la puerta con bolsa en mano y una sonrisa en su cara, dándose cuenta de que el pequeño Ethan era feliz. O bueno, al menos él le había dicho que se llamaba Ethan esa vez que la había conducido hacia el restaurante.

Llamó a la puerta con el timbre y las risas se dirigieron hasta la puerta, cuando esta se abrió mostró a un joven, de tal vez diez y ocho años y a Ethan detrás.

—¡Nina! —. El niño salió corriendo a abrazarla y ella le sonrió.

—Hola pequeño, mira lo que te traje —. Se agacho un poco y le entregó la bolsa de regalo. Dentro venía un Nintendo de última generación —. ¿Te gusta?.

—¡Si!, gracias Nina —. Ella le sonrió y le extendió la mano al joven que la veía con desconfianza.

—Narcissa Brown, agente de Shield —. Él tomó su mano mientras Ethan veía su Nintendo.

—¿Shield?.

—Si —. El puso cara de preocupación y ella se apresuró a hablar —. Solo quería hablar con Ethan, nada importante —. Trató de no sonar desesperada y él asintió.

—Pasa por favor —. Ambos entraron a la comodidad de su hogar y una pareja de adultos salió de lo que parecía ser la cocina, con harina embarrada mientras se limpiaban las manos —. Ella es..., Narcissa, trabaja en Shield —. Sus padres también pusieron cara de preocupación y él suspiró —. Quiere hablar con Ethan.

—Mucho gusto, señor y señora... —. Se acercó a tomar su mano.

—Schmitz.

—Schmitz. —. Les sonrió y ambos aceptaron el saludo —. Es solo cosa de rutina, nada importante. Me alegra ver que Ethan está a salvo.

—¿Usted fue quien lo salvó? —. Preguntó la mujer.

—¡Si mami, ella me salvó! —. Ethan se acercó a abrazarla de nuevo y ella rió mientras lo subía a sus brazos —. ¿Es sobre Ethan?.

Su mirada cambió, convirtiéndose en una llena de pena —. Si pequeño... —. Suspiró y él asintió tristemente —. Necesitamos tú ayuda, ¿harías eso por mí?.

—Disculpe..., ¿Quién es Ethan?. Estamos al corriente de la historia pero no de los nombres —. Ella asintió y sonrió tristemente cuando el niño dejó caer su cabeza en su hombro.

—Ethan es..., es la mente del programa. Necesito que me conteste algunas preguntas y quizá podríamos atraparlo. Obviamente no dirá nada con lo que no se sienta cómodo.

Etéreo | Bucky Barnes, Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora