25| "¿Navidad?"

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—Escucha, Peter, no puedes ir, no me importa lo que haya dicho Fury, esta misión es muy arriesgada para ti, niño —

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—Escucha, Peter, no puedes ir, no me importa lo que haya dicho Fury, esta misión es muy arriesgada para ti, niño —. Tony dijo la sentencia de Peter y él asintió con la cabeza baja —. Tal vez la próxima.

—Tal vez... —. Suspiró, se dió la media vuelta y se fue.

—Jamás aprenderá si lo dejas todo el tiempo en casa —. La voz ronca de Narcissa hizo aparición y todos voltearon hacia ella —. Deberías dejarlo ir.

—No está listo.

—¿Cómo lo sabes si nunca ha estado allí? —. Se encogió de hombros y tomó de su taza de café.

—¿Y tú qué sabes sobre Peter?

—Se que intentas protegerlo, pero dejarlo encerrado aquí no arreglará nada —. El sonido de una notificación retumbo en las paredes y el celular de Narcissa vibró —. Suerte.

Tomó su teléfono y contestó la llamada sin mirar la pantalla.

—Brown.

Narcissa, —. Ella palideció al instante y se acercó rápidamente a la ventana —. No sabes cuanto me alegra verte de pie.

¿Qué quieres?

He notado que te has estado relacionando con esos dos súper solados, James Barnes y Steve Rogers —. Sintió ganas de vomitar. Salió de la casa y se subió a su auto sin importarle mucho las preguntas que dejaba atrás —. Me has lastimado, Cissy.

Lo que yo haga con mi vida sexual no es asunto tuyo, Ethan.

Todo lo que tú hagas es asunto mío. Como ese asunto de Nueva York.

¿Qué sabes tú de Nueva York?

Se que debiste morir ese día que los vengadores estaban fuera, por mucho que me duela decirlo, pero has lastimado el corazón de papi.

—Salí viva de ese lugar gracias a todo lo que me obligaron a hacer. Puedes tomar el crédito de que no haya muerto.

Es cierto, empieza a preocuparme que te hayamos entrenado tan bien.

—No has contestado mi pregunta.

—A ver..., —. Se escuchó un suspiro detrás de la línea que hizo que se le pusieran los pelos de punta —. Reporte de misión: fallido. Situación: rehén con explosivos. Que mal, tus queridos vengadores no son tan buenos como pensábamos.

—Cualquiera comete un error.

—Menos tu, por supuesto. En fin, escucha atentamente, pequeña —. Narcissa apretó el asiento bajo sus manos y trató de calmarse —. Me has molestado, mucho, te dije que si no me dabas razones para usar los códigos no los usaría, pero eso de verte con personas que no soy yo esta muy mal, Cissy. Y eso merece un castigo, ¿qué te gustaría más?, los latigazos o el ataúd. Tu decide.

La llamada terminó y Narcissa dejó caer la cabeza en el volante mientras maldecía en voz baja. El triángulo amoroso le había cobrado una factura muy cara.

 El triángulo amoroso le había cobrado una factura muy cara

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—Espero y esto no sea una broma, agente Brown —. Narcissa miró con mala cara a Fury —. Porque sería una de muy mal gusto.

—¿Tengo cara de que estoy bromeando, Nicholas?, te lo digo en serio. Me ha llamado y todo.

—¿No fue otra carta?

—Escucha —. Cissy encendió su celular y reprodujo la grabación de la conversación. Fury miraba atentamente  el escritorio mientras escuchaba la grabación.

—¿Tienes un trío amoroso con Rogers y Barnes?

—De toda la grabación, donde amenazan con usar códigos nucleares, ¿eso fue lo único que escuchaste?.

—No se siquiera porque me sorprende.

—¿Cómo procederemos con la situación? —. Fury regresó a su silla con las manos entrelazadas y posándolas bajo su mentón, pensando en las posibles opciones.

—Bien. Les daré un informe a los demás para que sepan a que nos enfrentamos. Tú, quiero que llames a todos lados, a dónde sea que tengas que llamar para cambiar el código de acceso a las bombas nucleares, haga lo que tenga que hacer, agente Brown. Tendré a gente rastreándolo o tratando de encontrarlo pero no garantizo nada. Tiene que ser en máxima discreción, ya sabemos que Ethan te vigila las veinte y cuatro otras del día.

—Si señor. ¿Algo más?

—Eso es todo. Buena suerte, agente Brown.

Narcissa asintió mientras tronaba la lengua y salió de la oficina de Fury. En el trayecto a la salida de las instalaciones comenzó a pensar; ¿dónde estará Ethan?. Arrancó hacia la casa, sorprendiéndose con el camino nevado y los vientos fríos de Canadá. Todo estaba en silencio cuando llegó y se preguntó por qué.

—¿Hola? —. Dejó sus cosas en la entrada mientras caminaba hacia la sala, se suponía que ya habían llegado de su misión —. ¿Hay alguien en casa?

—¡Feliz navidad! —. Dijeron todos a coro, sorprendiendo a Narcissa.

—¿Qué? —. Rió e inevitablemente pensó; ¿Hoy es navidad?.

Feliz navidad, Cissy —. Bucky se acercó a abrazarla y Steve dejó un beso en su mejilla —. Se suponía que era una sorpresa.

—Pues vaya que me sorprendieron, no tenía idea de que ya era navidad —. Rió y se acercó al embrollo de gente, donde se encontraba también el doctor Banner para su sorpresa —. Vaya, no tenía idea de que habías vuelto.

—Si bueno —. Se acomodó los lentes y le sonrió.

—Feliz navidad a todos. No tengo regalos —. Rió de nuevo, solo por ese día se permitiría un poco de felicidad, sólo por ese momento.

Etéreo | Bucky Barnes, Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora