Etéreo | Bucky Barnes, Steve Rogers

14| "Residencia"

El hombre a su lado encendió un cigarrillo y le ofreció uno amablemente, cosa a la que Narcissa negó. Ya había visto como quedaba su padre en el hospital. Miró la lluvia caer enfrente de ellos mientras que sentía el frío viento que azotaba Canadá en esas épocas del año. Se estaban acercando a noviembre, donde el frío se hacía más intenso y la gente comenzaba a prepararse para las inminentes fiestas de navidad. Recordó como él y su hermano solían pasarlas, con su familia, encerrados en un armario. A pesar de tener menos de cinco años esos recuerdos se habían quedado grabados a fuego vivo en su memoria. Y cuando fueron un poco más mayorcitos, cuando su madre ya había muerto y su padre les había abandonado, ella pasaba la noche de navidad en la cama de Uzziel, quien le dejaba dormir plácidamente, y después le obligaba a hacer su trabajo diario. Desafortunadamente Natasha y ella no tuvieron una juventud muy placentera, cuando Natasha cumplió doce, fue transferida de la academia de ballet hacia la residencia Alekseev, la dueña de todas sus pesadillas.

—¿Entiendes lo que te estoy pidiendo?.

—Claro que lo entiendo. Solo quieres que vuelva al lugar donde sufrí por años, nada de que preocuparse.

—No exactamente ahí.

—Sabes que esto no funcionará, ¿verdad?.

—Bueno, ¿qué perdemos con intentar?.

—Mi vida probablemente.

—Eso jamás ha sido un problema para ti.

—Bueno, lo es si termina en manos de ese idiota —. Le pegó una patada débil al neumático de su auto y suspiró —. ¿Y si me niego a hacerlo?.

—Quieras o no, en algún momento la misión llegará hasta tu puerta. Deberías aprovechar ahora que los vengadores están lejos. Quizá así tus números se detengan y no tengas que pagar la deuda.

—Tenías todo planeado, es por eso que no me dejaste ir —. Fury asintió. Narcissa no se sorprendió, de hecho era muy de su estilo mentirle a las personas con tal de moverlas donde él las quería —. Sabes tan bien como yo que Uzziel no dejará que mis números se detengan de pronto. No quiero ocasionar una catástrofe. ¿sabes tu lo que son cinco mil vidas?, es demasiado Nick, no correré ese riesgo.

—Y es precisamente por eso que llevarás a cabo esta misión. No está a discusión agente Brown.

La pelinegra bufó y asintió desganadamente —. Si señor.

Fury apagó su cigarrillo y caminó hacia la lluvia para acercase a su auto, antes de entrar él se volteó hacia Narcissa y dijo;

—Espero un informe completo, agente Brown —. Narcissa asintió sabiendo que no le quedaba más opción y Fury siguió con su camino.

—Mierda.

El timbre hizo sonido de aparición por toda la residencia, una mujer regordeta de cabellos blancos se acercó a abrir la puerta unos segundos después.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarle?

—Hola, estoy buscando a Uzziel Alekseev —. La mujer pareció palidecer, pero Narcissa siguió con una sonrisa en cara —. Me dijeron que aquí podría dejar a..., ya sabe de lo que hablo.

—Oh si claro, perdóneme, es que se ve tan joven como para tener hijos —. Ambas rieron y la mujer se hizo a un lado para dejarle pasar.

Continuaron caminando por la gran mansión. Cissy sintió el impulso de salir corriendo hacia los gritos que se escuchan dentro, los llantos y jadeos. La mujer la condujo por las escaleras, las grandes escaleras de las que ella siempre solía huir, pero ahora no le quedaba más remedio que aceptar lo que tenía enfrente. Ambas se detuvieron en frente una gran puerta doble de madera.

—Aquí es, solo toca cuando estés lista.

—Gracias —. La mujer se fue y ella pensó que probablemente jamás estaría lista, hace poco había visto a Uzziel, y le quebró algunas costillas, no estaba muy segura de lo que podría salir de esa situación.

Suspiró pesadamente y dio unos pequeños golpes a la puerta. Dentro se escuchó un "Pase", cosa que ella hizo. Uzziel miraba sus papeles cuando ella entró, así que cerró la puerta y se sentó en frente del escritorio.

—¿En qué te puedo ayudar?.

—Necesito encontrar a Ethan —. Cuando la voz mielosa de Cissy llegó a sus oídos, levantó la cabeza con una gran sonrisa cariñosa.

—¡Cissy, que alegría verte!.

—Hola Uzziel.

—Y bien, ¿cómo están tus costillas?.

—Recuperadas, nada nuevo —. Volteó hacia otro lado mientras su pierna comenzaba a moverse rápidamente de arriba hacia abajo —. Necesito encontrar a Ethan.

—Ay..., yo necesito taaaantas cosas.

—Es serio Uzziel, el escudo del capitán América te lo paso, porque es un escudo, pero código nucleares no. Ustedes dos tenían un plan, tenían un plan grande para volver a verme y aquí estoy. Ahora, déjate de juegos y dime dónde está Ethan.

—Sabes que Ethan está en todos lados y en ninguno, lo aprendiste de él. Me sorprende que aún no te haya contactado, me dijo que lo haría pronto. Pero bueno, ¿quienes somos nosotros para cuestionarlo, cierto? —. Cissy se levantó de su asiento soltando un bufido, lista para irse a casa lo más rápido posible —. Sabes..., tú pudiste ser mucho más. Como Natasha, por ejemplo, a ella la transfirieron de nuevo hacia la academia de ballet y ¡mírala!, es una gran espía, ¿por qué tu nunca te fuiste?

—Por que nunca me lo permitiste.

—Oh, claro, tienes razón —. Uzziel comenzó a reír, Narcissa se apresuró a salir de ese lugar y bajó las escaleras casi corriendo. Subió de un salto a su auto y arrancó.

El número telefónico se lo sabía de memoria, así que se encargó de llamar rápidamente.

—Habla Fury.

—Acabo de salir de la residencia.

—¿Y qué encontraste?.

—Nada, Uzziel dijo que Ethan debía llamarme, es lo único que podemos hacer. Esperar.

—¿Esperar con códigos nucleares?.

—Jamás encontraremos a Ethan si él no quiere ser encontrado Nick, lo único que podemos hacer es esperar. Es lo mejor que tenemos.-El silencio se hizo detrás de la línea y después Fury soltó un bufido.

—Entiendo. Necesito un reporte escrito.

—Mañana lo llevo a las instalaciones.

La llamada se cortó, sus manos se apretaron con fuerza al rededor del volante, preguntándose si en verdad debería esperar. Era más que obvio que Ethan no se dejaría ver por Narcissa, y mucho menos si tenía códigos nucleares en sus manos. Pero, ¿esperar era la mejor solución?