04| "Bosque"

1.7K 162 40
                                    

Tic tac, así es como hace el reloj, el tiempo no se detiene sino que avanza, el tiempo avanza y no espera a nadie

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tic tac, así es como hace el reloj, el tiempo no se detiene sino que avanza, el tiempo avanza y no espera a nadie.

Cissy ha estado llorando por horas en los brazos de Bucky, quien ahora está sentado en un sofá con ella entre sus brazos.

Steve entendió que no fue culpa de la chica, pero aún así se mantiene alerta.

—Esto fue tu culpa —. Natasha le apuntó enojada, mientras Clint fingía no poner atención a la conversación.

—¿Mi culpa?, ¿cómo sería esto mi culpa? Ella casi me mata.

—¡Pero ella no quería hacerlo!.

—¡Lo sé!.

—¡Es tu culpa!.

—¿¡Por qué es mí culpa!?.

—¡Porque estás obsesionado por saber su pasado!, ¡La obligaste a intentar abrir la caja cuando viste que no estaba bien y esto fue lo qué pasó!

Las voces de Natasha y Steve se escuchaban aún desde la sala, el llanto por fin se disipó, James en todo momento se quedó con ella, entendiendo qué tal vez su pasado era algo muy traumático para ella, algo que no quiere que nadie sepa. Algo cómo... él.

—Fue mi culpa —. La voz ronca le llamó la atención y dejó a un lado el libro que leía.

—Claro que no —. Trató de consolarla.

—Yo fui quien atacó a Steve.

—Es obvio que no eras tú misma, a simple vista se notaba.

Narcissa volteó hacia arriba y le dió una sonrisa cálida, aún con su cara hinchada y ojos rojos por todas las lágrimas derramadas.

—Gracias, aunque ahora él pensará que estoy loca.

—Mejor para mí...—. Un pequeño susurro salió de sus labios y volvió la vista hacia su libro.

—¿Qué?.

—Nada, nada.

Se quedaron así por unos minutos más, hasta que los gritos fueron tan fuertes que harían que la jaqueca de Cissy se hiciera diez veces más fuerte. Porque si, llorar horas seguidas le había causado un horrible dolor de cabeza, y esta vez no tenía a Coulson a su lado, pero si tenía sus pastillas.

Tomó el bote de la mesita de la sala, bote que Wanda había dejado ahí amablemente acompañado de un vaso de agua.

Dos pastillas rebotaron en la palma de su mano, seguidamente en su garganta y luego de eso se tomó todo el vaso de agua.

Se levantó de los brazos de Bucky quien no pudo evitar recorrer su cuerpo mientras caminaba hacia la lejanía, se lamió los labios y después continuó leyendo para evitar pensar en otras cosas que no debería estar pensando con su nueva compañera de trabajo.

Y la verdad es que, ¿quién lo culparía? Narcissa tenía un cuerpo increíble que muchas personas envidiarían, y ella, aunque suene un poco narcisista estaba muy orgullosa de eso.

—Basta por favor —. Su voz rasposa no le permitió escucharse mucho, Clint aún seguía mirando hacia otro lado, los demás en la mesa posaban su mirada en Steve, Natasha y Cissy, quien acababa de llegar.

El rubio y la pelirroja ni siquiera notaron de su existencia y se siguieron gritando al mismo tiempo, pelando como si se tratara de un viejo matrimonio, Cissy repitió la palabra basta mínimo tres veces, y cuando vió que no era tomada en cuenta comenzó a estresarse.

—¡Basta! —. Todos se sorprendieron por el tono de voz y el silencio reinó el lugar. Cissy tosió un poco y después agarrandose la garganta volvió a repetir la misma palabra —. Esto fue mi culpa, dejen de pelear por favor.

—Cissy...

—Y tu —. Su dedo rápidamente apuntó a Steve —. No tenías ningún derecho en traer ese maletín.

—Pero—

—Ninguno, ese maletín está así por una razón y es que mi pasado se encuentra ahí dentro, no tenías ningún derecho en preguntarle a Fury sobre eso y traerlo como si fuera un simple juguete con el que puedes jugar.

—Yo sólo quería estar seguro—

—¿Seguro de qué?, ¿de qué no escaparé con esos códigos nucleares que te robaron a ti en primer lugar?, ¿estar
seguro de que no te enterraría una daga en el pecho mientras duermes?, ustedes fueron quienes entraron en el establecimiento de shield buscando la mejor ayuda que pudieran obtener, ¿y adivina que?, yo soy esa ayuda, si no la quieres, si no confías en mí y en mis capacidades dímelo y tomaré mis cosas, y me iré de nuevo a mi pequeño y aburrido departamento —. Steve se quedó mudo —. Eso pensé.

Narcissa agarró el maletín, al instante las esposas se adhirieron a ella y caminó a pasos firmes hacia su habitación. La chica si que tenía carácter y no iba a dejar que nadie la pisoteara, Steve la había cagado y lo sabía, pero es igual de orgulloso que un león y no admitiría que el error había sido suyo al traer ese maletín a su hogar. Hogar donde ahora estaba Cissy.

Una gran troca estaba aparcada al lado del camino, y se escuchaban disparos a lo lejos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una gran troca estaba aparcada al lado del camino, y se escuchaban disparos a lo lejos. Cissy tenía el ceño fruncido mientras miraba a través de la mira telescópica del arma, Bucky bajó de su auto y se adentró más al bosque, donde Nat le había dicho que se encontraría Narcissa.

Por entre los árboles pudo visualizar una cabaña, simple y acogedora a la vista, enfrente hay un gran lago y del otro lado de él hay un tronco con botellas de vidrio encima.

—¿Qué quieres? —. Su voz mielosa le llamó la atención a Bucky, una voz mielosa pero con un todo duro, estaba enojada.

—¿Y el maletín?.

—Queti.

—¿Queti?.

—Que te importa.

Recargo el francotirador y disparó rápidamente, la bala impactó en el centro de la botella haciendo que se quebrara en mil pedazos.

—No tenía idea de que sabías disparar.

—No sabes ni un tercio de mi vida —. Volvió a disparar hacia otra botella y el mismo suceso se repitió una y otra vez hasta que ya no había ninguna al otro lado del lago.

—¿Vives aquí?.

—Vivo en mi departamento.

—¿Qué es este lugar?.

Cissy solo le dió una mirada y tomó de su botella de cerveza, le ofreció una a Bucky quien la aceptó, y después guardó el arma en su estuche.

—Era de mi hermano.

—¿Era?, ¿tiene un lugar nuevo?.

—Está muerto.

Etéreo | Bucky Barnes, Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora