17| "El Club"

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Habían pasado cinco días desde la famosa carta y Narcissa hizo caso al consejo de Ethan, al fin logró dormir

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Habían pasado cinco días desde la famosa carta y Narcissa hizo caso al consejo de Ethan, al fin logró dormir. Así que supuso que eso era motivo de celebración, además de que se sentía encerrada en ese lugar, así que bajo las escaleras rápidamente y se dirigió a la cocina donde todos estaban, —cómo de costumbre—.

—Okey, alístense porque hoy en la noche saldremos —. Todos dejaron de lado lo que estaban haciendo para mirar a Narcissa —. Si, me escucharon bien. Saldremos. No está a discusión y no hay excusas, así que prepárense.

—¿A dónde iremos? —. Le cuestionó Thor emocionado.

—Saldremos a bailar —. Wanda aplaudió con una sonrisa en su cara y Narcissa subió las escaleras de nuevo con las miradas de Steve y Bucky detrás de ella.

Cada quien se movió hacia su habitación para prepararse. La pelinegra se metió a la ducha para relajarse y cuando salió se dirigió a su armario. Se puso unas bragas negras, y después de eso un conjunto de dos piezas de tela muy transparentosa negra con algunos brillitos. El top tenía forma de corsé con un brassier negro. Se planchó el cabello una vez que ya estuvo seco y se hizo un bonito delineado, pintó sus labios de color rojo y agregó algo de iluminador, se puso sus tacones altos negros y salió por la puerta con su celular en mano.

—Sam —. El mencionado volteó su cabeza hacia ella —. ¿Me lo cuidas? —. Él asintió y tomó el celular que la chica le estaba ofreciendo —. Graciaaas.

Todos bajaron las escaleras siguiendo a la chica, Clint y Natasha se subieron a su troca como de costumbre, los demás comenzaron a seguirla por las calles, preguntándose a dónde los llevaría. Narcissa conocía ese camino al derecho y al revés, unos minutos más tarde se dieron cuenta de que habían rodeado las instalaciones de Shield y aparcaron fuera de un club con letras neón rosas que decían "Rose Club".

—¡Bob! —. Narcissa se acercó a un hombre corpulento de piel tostada que esbozó una gran sonrisa cuando la miró —. ¡Cuanto tiempo!

—Pensaba que nos abandonabas Cissy.

—No podría —. Ambos se saludaron con un beso en la mejilla y él los dejó pasar.

El ambiente dentro estaba lleno de música y se sentía fresco, con luces led en el techo formando círculos gigantes. Todos se quedaron asombrados, ese club era lo mejor de lo mejor en la ciudad y por su trabajo jamás lo habían visitado, pero ver a Narcissa saludando a varias personas cada que avanzaba les hacía pensar que ella si. Los condujo hasta la barra, donde pidió una ronda de shots de tequila que todos aceptaron gustosos.

—¡Bailemos! —. Narcissa jaló a Clint hacia la pista donde al poco tiempo empezaron a bailar, los demás tampoco perdieron la oportunidad, disfrutarían esa salida al cien por ciento. Al poco tiempo Natasha se les unió, Clint estaba maravillado con los movimientos sensuales que producían las dos chicas delante de él y se permitió disfrutarlo siendo respetuoso. A fin de cuentas ya se habían acostado varías veces entre los tres y se tenían demasiada confianza como para reprocharle a alguno sobre sus miradas o hacia donde viajaban sus manos.

Etéreo | Bucky Barnes, Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora