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"...Cuando te preguntas

si aún quieres a alguien,

es porque

ya has dejado de quererle..."

Pov Yuta

Aquella tarde fui a ayudar a San con Woo, sabía perfectamente que estaría asustado y agobiado, porque los omegas suelen reaccionar así, aunque su lado humano sea racional comprendiendo que el peligro ya pasó, su lobo demora mucho más tiempo en asimilarlo para volver a sentirse tranquilo.

Golpeé la puerta y San abrió saludándome con ganas.

-¿Cómo está?- pregunté rápido mirando hacia todos lados buscándolo.

-Está dormido después de horas y horas de angustia. Ahora que estás aquí aprovecharé a ir a comprarle sus dulces favoritos y los chocolates que le gustan- respondió poniéndose la chaqueta y agarrando las llaves.

Me dirigí hacia su habitación observando aquel bultito sobre la cama, escondido entre unas sudaderas de San de la que apenas asomaba su nariz.

Me dió tanta dulzura aquello, que no pude evitar acostarme a su lado y recordar a mi pequeño omega, con aquel gesto tan inocente al dormir.

Unos minutos más tarde despertó y silenciosas lágrimas bajaban por sus mejillas, me dió tanta pena que lleve mi mano a su pelo acariciándole.

-Sanny- balbuceó mientras lloraba.

-Salió un momento a comprar los dulces favoritos de un pequeño omega mimado- le dije riendo.

-Ahora regresará y prepararé la cena para que él se pueda quedar aquí contigo haciéndote mímitos- le dije para tranquilizarlo.

Cuando San cruzó la puerta pudo sentir en el aire que Woo estaba llorando, corrió a abrazarlo y pegarlo a su pecho dejándole besitos por toda la cara.

Aquella situación me rompió el corazón, yo quería eso, quería a mi omega en mis brazos, quería que Sicheng volviese a buscar refugio en mí, le quería conmigo, para siempre, quería ser su refugio, su lugar seguro en el mundo.

Ver el amor que se tenían mis amigos, cómo se cuidaban el uno al otro, me hizo ansiar de manera desesperada que mi omega volviese a mí.

¿Por qué tenía que ser tan difícil? ¿Por qué el destino se nos reía así en la cara?, ¿cómo podía ser posible que la predestinación nos llegase tan tarde?

Estaba irremediablemente enamorado de alguien que no me pertenecía, había perdido la cabeza por quien no me tenía en su corazón y aunque fuese muy paciente, poco a poco comenzaba a perder las esperanzas, y realmente comencé a preguntarme si no había llegado el momento de renunciar a él.

Con aquel sentimiento y aquellas ideas en mi cabeza preparé la cena para los tres.

San prácticamente no comió hasta que acabo de darle la comida a Woo, que estaba sobre su regazo, siendo alimentado como un bebé, entre besos y más besos de su alfa.

Cuando acabé de recoger y limpiar todo, me puse a hacer la tarea de San para el día siguiente, ya eran casi las once cuando termine.

Dejé un besito en la cabeza de Woo que ya dormía y me despedí de mi amigo para marcharme a mi habitación.

El día siguiente fue tranquilo, me crucé a Tae en uno de los pasillos de la universidad y pude ver el estado deplorable en el que le había quedado el rostro.

The Brand YuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora