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"...Si algo está destinado a suceder,

no tendrás que perseguirlo...

Ese algo te perseguirá

a ti ... "

Pov yuta

Ya había acabado el receso y comenzaba la segunda parte de las clases.

Yo decidí saltármelas porque me iba a encontrar con Yurima para ir al aeropuerto a buscar a su prima.

Estaba atravesando el campus, justo delante del edificio de la facultad de danza, cuando algo tan fuerte como una puñalada me dejó de rodillas en el suelo.

Sentí un dolor agonizante y profundo en el pecho y una presión horrible en la cabeza.

"Alfa... ayúdame... por favor... me están haciendo daño... alfa... me duele... ayúdame..."

Tardé un par de segundos en recuperar la compostura y entender lo que pasaba.

Mi lobo se levantó de golpe y me obligó a mover los pies en dirección al interior del edificio.

Quizá era algo instintivo, pero él sabía de dónde provenía aquel llamado.

"Alfa... me duele... alfa..." aquella voz seguía haciendo eco en mi cabeza mientras corría.

Llegué hasta uno de los baños de la parte trasera del gimnasio, donde casi nadie iba.

Al abrir la puerta me encontré con la imagen más terrible que creí presenciar nunca.

Un alfa tenía acorralado a un omega casi desnudo contra la pared.

Tenía los pantalones y la ropa interior bajada hasta las rodillas, y la camiseta había sido arrancada a tirones.

En su torso podía verse un camino de sangre que bajaba desde el hombro.

El olor a desesperación y excitación se sentía a partes iguales.

Ni siquiera fui consiente en que momento reaccione, pero de un solo golpe aquel alfa que estaba a punto de violar a aquel chico cayó como un saco de harina en el suelo, desmayado y con la nariz sangrando.

Cuando me giré hacia el chico tuve la sensación de que mi alma había abandonado mi cuerpo por unos segundos.

Él estaba tirado en el suelo, lleno de moretones y golpes, podían verse distintos cortes a lo largo de sus brazos.

Me acerqué en silencio pasando mi mano por su pelo con suavidad.

Quedé congelado en el momento que se tiró a mis brazos aferrándose a mi camiseta, llorando y gritando "alfa" "alfa".

Le subí la ropa como pude con él prendido a mi cuerpo.

Me saqué la chaqueta que llevaba y le cubrí el torso mientras él no sacaba la cara de mi pecho.

Le abracé con fuerza y levanté su rostro para mirarle.

Sus ojos estaban de un violeta intenso y me miraba perdido en el pánico.

-¿Sicheng estás bien?- pregunté con cautela.

-"Alfa"- dijo soltando más lágrimas de las que yo podía secar.

Mi lobo se removió intentando tomar el control de la situación, pero yo no se lo permití.

-"Alfa"- volvió a repetir llorando desconsolado.

The Brand YuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora