Una esclava fugitiva se encuentra con un grupo de piratas que pueden salvarla del inhumano destino de la esclavitud. Sin embargo, tiene que pagar un precio alto, perverso y salvaje. Solo la suerte o el amor pueden salvarte de una aventura tan peligr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pasaron algunas semanas. Kid y su banda se dirigían al Nuevo Mundo. Se mantuvieron alejados de la guerra de Marineford entre la Armada y los piratas, simplemente pasando por un área cercana, junto con algunas otros Supernovas, para ver el resultado. Kid estaba emocionado, haciendo bromas sarcásticas sobre la guerra con su tripulación, al mismo tiempo que definitivamente está decidido a no permitir que Luffy llegue tan lejos. Después de todo, ambos compartían el mismo sueño. Por tanto, eran rivales.
En las fronteras del Paraíso, el comienzo del Nuevo Mundo, había tantos piratas aficionados contra los que ni siquiera valía la pena luchar, sin contar con la pequeña presencia de barcos de la Armada. El Nuevo Mundo es un desafío tal que algunos piratas se refieren a la primera mitad como un "paraíso", al compararlo con la segunda mitad. Pero una banda de piratas se cruzó en su camino, tratando de evitar que Kid ingresara al Nuevo Mundo. Enojado y tedioso al mismo tiempo, principalmente por lidiar con estos amateurs, el pelirrojo simplemente reaccionó porque no quería tener más obstáculos en su camino. Y si fuera a ser, sería de cualquier nivel por el que valiera la pena luchar. Vieron una primera isla en su camino e hicieron un breve territorio desde allí: un lugar con colinas gigantes y puntiagudas. Mientras discutían en tierra lo que iban a hacer con la banda capturada, las dos hermanas se quedaron en el barco sin permiso para irse, por cualquier motivo.
- ¡Cada vez es más arriesgado para nosotras, (t/n)! se quejó (s/n).
- Lo sé ... pero no tenía salida. Y sin querer terminé involucrándote, ¡pero luego estaremos juntos y podremos cuidarnos la una a al otra! —dijo (t/n) con calma.
La otra se echó a reír de una manera un poco sarcástica.
- ¡El Capitán Kid está jugando con nosotras, cuando se aburra seremos comida vivas o muertas para los reyes del mar! - se refirió al enorme y poderoso pez que existía en los mares.
- (s/n) ... viste que nos respeta, incluso porque estamos juntos. - (t/n) sabía que su hermana tenía razón, pero quería mantenerse fuerte para darle confianza también. Al menos, fue un intento.
- ¿Hasta cuándo? - se cruzó de brazos, apoyada contra la pared. - Ahora mismo, quiero recordarte que no pretendo convertirme en pirata. Realmente quiero que siempre estés conmigo, (t/n)... pero si la situación se invierte aquí, ¡hasta me escapo nadando de este barco! - (s/n) estaba bien decidida.
- ¡Ni siquiera bromees sobre eso! ¡Sería peor! No querrás despertar su furia, justo ahora que nos respeta. Vamos a hacer esto: hacer nuestro trabajo, sacar un buen dinero de ellos y luego volveremos a la casa.
(s/n) suspiró. Miró directamente a los ojos de su hermana.
- No parece que quieras ir a casa. Siento que estás enamorada de este capitán y quieres vivir con él para siempre. ¡Pero yo ... yo no quiero vivir aquí para siempre!
