Una esclava fugitiva se encuentra con un grupo de piratas que pueden salvarla del inhumano destino de la esclavitud. Sin embargo, tiene que pagar un precio alto, perverso y salvaje. Solo la suerte o el amor pueden salvarte de una aventura tan peligr...
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Shanks y Kid se alejaron de la isla. El Youko decidió mostrarle otra zona alejada de aquella, porque allí Kid tendría más problemas. Kid rara vez se apartaba del lado de (t/n), que parecía más debilitada desde aquel ataque de los dos pelirrojos contra Apoo y Hawkins. Estaba a punto de dar a luz -aunque era un poco pronto- y los cuidados para ella se redoblaron. Como siempre había sido desde que su embarazo fue conocido por todos allí en la banda.
Hicieron una parada en la Isla del Muelle, una isla pacífica que aún se encuentra dentro del Nuevo Mundo. Shanks mantiene una relación amistosa con Mobston, a pesar de que este último no es un aliado de los piratas. El pelirrojo sólo recomendaba ese lugar mientras (t/n) estuviera en ese periodo cerca de dar a luz. El carpintero naval con sombrero de pirata, pequeñas gafas negras redondas y barba gris recibió a Shanks como si diera la bienvenida a viejos amigos que no se ven. Con una blusa azul, pantalones vaqueros y una chaqueta de capitán, Mobston mandó llamar a sus nietos para que le ayudaran a preparar la casa para las visitas.
- No, no me voy a quedar aquí. Sólo quiero que me hagas un pequeño favor.
- Dime, ¿qué puede hacer este viejo por ti?
- Tengo un colega que necesita ayuda con su pareja embarazada.
- Ah, pero... no sé si...
- Bueno, aquí en esta isla hay médicos que conoces, ¿verdad?
- Sí, pero... ¡¿cuidar a una mujer embarazada?! ¿Es eso lo que me preguntas?
- Sí y no. En realidad, ese chico de aquí lo explicará mejor. - Shanks indicó a Kid, que estaba de pie en la puerta de su casa.
Mobston miró con desconfianza al pelirrojo más joven.
- ...¿es también un pirata?
- Sí. ¡Pero ignora ese hecho ahora! ¿Y qué?
- Y si necesitas que pague algo, no hay problema para mí. - dijo Kid, serio pero no intimidante.
- ...¿y dónde está esa mujer?
El chico se controló al escuchar "esa mujer".
- La traeré, está en el barco. Disculpe.
- Shanks... ese hombre no es de fiar.
- Pero te dije que no es para él... es para la joven que está a punto de dar a luz y necesita médicos.
- ¿No tienes el tuyo?
- Sí, por supuesto. Pero no está en condiciones de viajar por estos mares...
- Y... ¿quieres que se quede aquí hasta que nazca el niño?
- Así es. Además, tenemos una deuda.
Y Shanks contó el resto de su situación con Kid, el cual trajo a (t/n) en brazos, junto a (s/n). Mobston sintió una ligera alegría al ver que, efectivamente, Shanks tenía razón.
