Inocencia criminal

12: Incontrolable

Había sido una mañana como cualquier otra, habían durado un largo rato en sus celdas, y como todos los días, solo los dejaban salir después del almuerzo.

Eso ya era normal, y ya estaba acostumbrado a esos horarios, le parecía lo único un poco interesante que había.

Después de haber almorzado, algo que parecía huevo, las celdas se abrieron y les dejaron salir, Itachi tomó su camino de siempre, hacia la biblioteca y él pensó en seguirlo, sin embargo sintió deseos de ir al baño primero.

Llegó al pequeño baño y camino hasta los urinales. Suspiro por aburrición y abrió el cierre de su pantalón para proceder a hacer su labor.

Cuanto todo acabo, se guardó su miembro y acomodo bien la ropa, fue entonces que observo que unos tipos entraban al baño también; los hombres de "Gato"

Deidara se acercó al lavabo y se lavó las manos, luego de eso, trato de dar un paso fuera del lugar, pero parecía que venían por él.

Los chicos lo habían rodeado, y la puerta del baño estaba bloqueada, detrás del más fuerte de ellos, un tipo de cabellos claros y cortos que usaba un gorro azul, estaba aquel empresario presumido.

Deidara se paró derecho y los observo atentamente.

Algunos le sonreían, él sabía perfectamente porque, desde que había llegado y Hidan hizo con él lo que quiso, el apodo de "rubia" y "zorra" era muy usual, aunque él trataba de ignorarlo.

-Así que tú eres Deidara - escucho la voz del hombrecillo que salía detrás del otro reo con el que se escudaba. - quería conocerte, rubia, me han hablado muy bien de ti, que eres él más lindo en esta prisión.

-Y tú el más bajito, pero no escucho que alguien se queje - comentó el rubio haciendo gruñir al enano.

-Que malos modales tienes, y teniendo esta situación - pronuncio el hombre con pena.

-¿Por qué a mí? - pregunto el rubio observando a los seis chicos, aún tenían hinchadas las partes donde el moreno los golpeó - No te he hecho nada.

-Es cierto - acepto "Gato" - pero ¿no sabes cuál es la estrategia de los criminales? Cuando no puedes derrotarlo, golpeas a su zorra en venganza.

Deidara frunció el ceño ante eso, él estaba consciente de que muchos pensaban eso, pero no creyó que fuera tan enserio, lo consideraban la zorra de Itachi, aun cuando el pelinegro no mostraba ni el más mínimo interés en él.

-Pero, para que no digas que soy malo, te daré a escoger - le comunico el empresario. - puedes luchar en vano y recibir la paliza del año o venirte conmigo y servirme.

Ante ese "servirme", Deidara arqueo una ceja, ¡otro imbécil que se lo quería follar! El rubio lo miro con su rostro serio y entonces decidió decirle su opinión ante tal propuesta.

-Vete a la mierda.

Los hombres se abalanzaron enseguida contra él, Deidara esquivo el primer golpe y asesto uno certero en la cara del otro, pero entonces le golpearon una de sus costillas y fue lanzado con fuerza contra la pared dándose un fuerte golpe en la cabeza, los demás vieron la oportunidad y lo sujetaron con fuerza desde atrás, inmovilizando sus brazos.

Deidara forcejeo y pataleo intentando zafarse y aunque casi lo logra un golpe en su abdomen lo obligó a calmarse.

-Eres demasiado vulgar - hablo el hombrecillo mientras se acercaba a él - a pesar de eso, no negare que tienes un cuerpo muy sexy.