“Tienen un nuevo compañero, alégrense y háganlo sentir como en casa”
Deidara apretó sus dientes haciéndolos rechinar, maldito Baki, ese desgraciado guardia le caía peor que una patada al hígado.
Un nuevo compañero.
Sus ojos se centraron en el hombre al otro lado del patio, tenía los cabellos rojos cortos, sus ojos eran color chocolate y su apariencia era como la de un muñeco.
Sasori.
Así había dicho que se llamaba.
Deidara suspiro, el problema principal de esta nueva interrupción, era que Itachi tenía un humor de perros.
Y él entendía la razón.
Un nuevo incordio en la celda, era signo de que debían dejar de darse “manitas” cada vez que querían.
Lo cual, también molestaba a Deidara, poco a poco se había vuelto adicto a sentir el calor de Itachi, sus besos y sus caricias. Incluso se había acostumbrado demasiado a hacerle sexo oral y vaya como lo disfrutaba.
El tipo se había situado en la litera debajo de la de Itachi, y Deidara se preguntó si ese hombre no le tendría miedo a la muerte.
Al final, habían salido al patio, y sus caminos se habían separado, Itachi se había ido a quien sabe dónde, el pelirrojo parecía estar hablando con otros hombres mayores que él, y pues Deidara decidió irse a otro lugar.
Justo cuando se levantó, tropezó con alguien, pero lograron ambos, mantenerse de pie.
-Lo siento – murmuro el rubio alzando la cabeza y observando al joven frente a él – Haku, lo siento.
-No te preocupes Dei, iba un poco distraído – le dijo sincero. – ¿ibas a algún lado?
-A donde sea, estoy aburrido e Itachi está un tanto enfadado. – le confeso.
-Oh sí, me entere – hablo el menor mientras comenzaba a caminar junto a Deidara – una vez nos pasó a Zabuza y a mí, el tipo terminó con tres costillas rotas y Zabuza en la celda de castigo.
-Intento hacerte algo ¿eh? Que estúpido – dictaminó Deidara mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón. - ¿Y…que estás haciendo por acá?
-Zabuza me ha encargado hacer algo. – dijo el joven con una sonrisa. – ahora debo ir a hacerlo, antes de que se preocupe porque me tarde tanto.
Deidara se despidió del joven que emprendió su camino tranquilamente hacia el otro lado del patio.
Mientras tanto, el rubio decidió ir a la biblioteca, era el único lugar más tranquilo donde podía estar alejado de ese pelirrojo que lo miraba algunas veces de un modo que intentaba disimular.
El rubio avanzo hacia la biblioteca y entró con tranquilidad, no vio a nadie así que con libertad se acercó hasta los estantes y tomó un libro, el primero que encontró fue uno llamado “La fidelidad es mucho más que amor” de Walter Riso.
Finalmente decidió quedarse con ese, y avanzo hasta las bancas que descansaban a lo último del salón.
Aun recordaba cuando él e Itachi tuvieron que ayudar en la remodelación de la biblioteca, fue la primera vez que observo el pecho desnudo de Itachi, curiosamente recuerda con bastante detalle cada musculo de su cuerpo, ahora que recordaba, creía que esa fue, quizás, la primera vez en que se fijó bien en Itachi, y empezó a perderle el miedo.
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Inocencia criminal
FanfictionDeidara es un chico algo obstinado y juguetón; y su vida cambiara cuando salga con unos amigos, y se dé cuenta que ellos no son precisamente inocentes, sino que son unos ladrones y en medio de la confusión terminaran inculpando, haciendo que se lo l...