Armonioso y hondamente reconfortante.
Un ambiente suyo, algo propio que servía como refugio para cualquier cosa que deseara, un lugar dedicado a la relajación y el descanso, aunque fuera pequeño y no gozara de la luz natural necesaria, era un lugar tranquilo y maravilloso.
Perfecto para aquellos que apenas empiezan, un lugar donde sus pensamientos banales podían salir y flotar en el viento de su inconsistencia.
Un lugar para él solo.
Obtuvo su propio apartamento hace unos dos meses aproximadamente, sus ahorros habían surtido efecto y su deseo de dejar de ser un estorbo en el medio de una pareja feliz se había materializado en su nuevo apartamento, era un hogar pequeño, pero al cual podía llamar suyo.
Paredes color champaña, cortinas blancas que son ondeadas impetuosamente por el aire, piso en cerámica blanca, y muebles de un embriagante color azul marino. Su televisor, algo pequeño, pero funcional, le sacaba del aburrimiento extremo que sufría algunas veces, y su teléfono, el cual había sido una de sus primeras adquisiciones y que cuidaba recelosamente, solo tenía a Naruto y a Sasuke en su lista de contactos, y a una compañera de trabajo.
Había cambiado de trabajo varias veces, pero los últimos meses se había asentado en un buen trabajo, trabajaba todas las noches, a excepción del domingo, en un restaurante de comida rápida, nada difícil, buena paga, aunque horas nocturnas o diurnas bastante largas y las quejas de los clientes algunas veces solían presentarse.
Pero esas son cosas de todos los trabajos.
Había podido reestablecer una buena cantidad de su guardarropa y conseguido unas cuantas prendas muy necesarias para él, del mismo modo, su estilo de vida se había recuperado, al igual que su cabello, el cual había sufrido mucho en su estadía en prisión, ahora estaba más brillante, sedoso y olía de maravilla.
Sin duda y a pesar que se había acostumbrado a la vida de prisión, rudimentaria y minimalista, extrañaba las comodidades de la vida autónoma. A lo que le fue un poco difícil adaptarse, fue al hecho de que ahora vivía solo, se había acostumbrado a compartir lo suyo con alguien más, así que le resultaba un poco solitario.
Su habitación también era un lugar básico, solo tenía su cama, una mesilla de noche, su armario y un pequeño estante con libros. Ya no había más nada, y no le interesaba. Resulta raro, pero es cierto, que había encontrado cierta comodidad en tener justo lo suficiente en casa.
El repiqueteo de una notificación en su teléfono llamó su atención, y le informó que hoy era ese día, y que ya la hora estaba próxima.
Sí, hoy era un día especial, uno ansiado y esperado, y por cual hace dos horas había estado vestido con ropas presentables y hecho un manojo de nervios, inclusive había establecido alarmas y rogado porque le asignaran ese día como libre, por suerte su jefa acepto hacer el cambio, aunque tendría que trabajar quince días seguidos sin descanso en el turno nocturno.
Pero era un sacrificio necesario, y él no iba a quejarse con la mujer que le dio trabajo a pesar de que los demás lo veían mal por ser un ex convicto.
Y hablando de convictos, hoy Itachi salía en libertad.
Había sido un tiempo largo, casi un año para que le dieran la sentencia de libertad, y de eso no había sido mucho tiempo, a pesar de eso, por culpa de papeles y otras tantas tonterías, había tenido que esperar una semana más para poder ser totalmente libre.
Recordaba el día en que el amigo de Sasuke, Neji, escuchó sobre ese caso se lo arrebató a Sasuke de las manos, le dijo que era lo mejor para él, después de todo, al no ser un familiar, Neji podría manejar todo sin sentimentalismos.
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Inocencia criminal
Fiksi PenggemarDeidara es un chico algo obstinado y juguetón; y su vida cambiara cuando salga con unos amigos, y se dé cuenta que ellos no son precisamente inocentes, sino que son unos ladrones y en medio de la confusión terminaran inculpando, haciendo que se lo l...