31: Encuentros

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Hoy era el día, y él estaba radiante gracias a ello. Le daría a su hermano mayor la mejor noticia que le puede dar, que pronto saldrá en libertad, es una lástima que no pueda pasar con ellos navidad, pero estará el próximo año, además, de cierto modo pasar navidad solo con Sasuke se le hacía muy tierno.

Y hablando de Sasuke, iban en su auto rumbo a la prisión.

Ese día amaneció temprano, pero el cielo aún se veía nublado, hacía mucho frío, y Naruto era una de esas personas que es muy débil para el frío.

Por eso, es que llevaba camiseta de mangas largas, un abrigo grueso encima, guantes, y un gorro que ocultaba su cabellera rubia. Sasuke en cambio, estaba más fresco, pantalones jeans de tela gruesa, unos tenis grises, camisa color negro, y su típica americana por encima.

A Naruto se le hacía muy atractivo ver a Sasuke vestido así, iba más bien, informal, pero el porte de abogado serio que va a trabajar le gusta mucho.

Habían hablado esta mañana y Naruto había chantajea… ¡Convencido! a Sasuke para que fueran juntos a comprar adornos y un pequeño árbol de navidad para arruinar el gris feo que tiene su apartamento.

Él quería un árbol grande, pero Sasuke no acepto.

El coche se detuvo y el rubio se ajustó la chaqueta y Sasuke solo arqueó una ceja al verlo, de nuevo.

-Con tu atuendo pareciera que estuviéramos a cero grados – se burló, y Naruto formo un mohín disgustado.

-Como si me importara – aseguró cruzándose de brazos y sacándole la lengua a su pareja.

Sasuke se aproximó con rapidez, antes de que tan siquiera pudiera reaccionar, y tocó la punta de su lengua con la ajena, haciendo que Naruto retrocediera de inmediato y sus mejillas se bañaran de rojo, y no debido al frío.

-Ten cuidado con lo que haces, gatito – le dijo con una sonrisa – me dan ganas de morderte.

-Perro – soltó como técnica de autodefensa y Sasuke solo se rio un poco.

Ambos bajaron del auto. Naruto tembló al sentir el frío chocar con su rostro, y Sasuke le hizo un gesto para que avanzara y así lo hizo.

Sasuke no tuvo que presentarse, ya casi todos los guardias lo conocían, así que con solo saber los asuntos que lo traían allí, los dejaron pasar.

Ya estando adentro, Naruto sintió ese lugar más helado que el exterior mismo, ese gris en la pared, la tenue luz de techo y otras cosas hacían ver todo muy triste.

No tardaron mucho en dar con el lugar, allí encontraron al amable hombre que fungía como el director de la prisión, el cual le sonrió y le invitó a ponerse cómodo. Naruto agradecía mucho que tuviera calefacción.

Shisui y Sasuke se dieron un apretón de manos, tomando asiento poco después del acto.

-Imagino que sabes porque estoy aquí – habló el abogado tomando su maletín para sacar los documentos que eran totalmente importantes e imprescindibles.

-Por supuesto, querido primo – dijo con una sonrisa suave – Kakashi me llamó y me lo dijo. También se burló un poco sobre que terminaste buscando amor en tu misma acera.

-Hump, estúpido Kakashi – murmuró con cierto sonrojo del cual se recuperó en unos segundos, pero que hizo sonreír a Naruto.

-Vamos, Kakashi te quiere mucho – le recordó – después de todo, cuando metieron en problemas a su querido Yamato, fue a ti a quien le encargo su defensa.

Inocencia criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora