Miraba hacia la pared, sin querer mirarla verdaderamente.
Pero en aquel espacio gris y con la mínima luz de la luna, era lo mejor que podía mirar.
Mordió su labio y arqueó su espalda en cuestión de segundos, disfrutando cada pequeño roce que era dado en su interior.
Estaba bocabajo, sus ojos seguían fijos en el mismo punto, mientras sus piernas temblaban y su boca mordía con fuerza la almohada.Sentía como los dedos de Itachi se movían en su interior, tan largos que tocaban sitios sensibles, y al hacerlo, Deidara contraía sus paredes, apretándolo con gusto.
Esos dos dígitos que invadían sin prisa alguna su interior, se movían explorando, hasta el mínimo sitio que encontraba. Deidara ahogaba sus gemidos y gritos contra la almohada cuando los sentía abrirse y cerrarse, anchando sus paredes.
Deidara aun resentía sus experiencias anteriores con hombres, pero no quería que eso fuera un obstáculo para el acto recién empezado. Puede que él fuera el que se estaba entregando como pago, pero eso no era obstáculo para que no lo disfrutara.
No estaba siendo forzado, ni mucho menos, él estaba en aquella posición, con las piernas bien abiertas por voluntad propia, y disfrutando del toque ajeno más de lo que pensaba.
Acostado como estaba, sintió los labios fríos de Itachi posarse en su espalda desnuda, acariciándole con una dulzura a la que el rubio no podía ser indiferente. Era como hacerlo con un amante, e Itachi también parecía disfrutarlo bastante.
Los dedos blancos abandonaron su interior, y un gemido disgustado escapó de sus labios, no quería sentirse vacío, se sentía muy bien tenerlo adentro.
Frunció los labios y giro la cabeza para mirar a Itachi y reclamarle, pero de su boca no salió lo que él quería.
-¡Aaaah!... ¡Ah!, ¡Itachi!
El rubio arqueo su espalda de nuevo y apretó las mantas, mordiendo su labio, disfrutando el placer de ser llenado de nuevo, esta vez por tres dedos que se metieron demasiado en su interior.
Itachi se encimo más a su cuerpo y le lamió la oreja haciendo gemir al menor, el cual, como pudo, empezó a mover sus caderas acentuando la penetración en su trasero.
La lengua del pelinegro bajó por su cuello y le mordió con suavidad el hombro.
Entonces los tres dedos fueron sacados del interior del otro reo e Itachi se incorporó como pudo, debido a que las literas no daban suficiente espacio de movimiento.
-Date la vuelta.
Deidara obedeció mirando el pecho desnudo del prisionero frente a él.
Abrió las piernas para que Itachi pudiera ocupar el espacio vacío entre ellas, cosa que hizo de inmediato, ya que al ser tan alto, tenía que estar encorvado de una manera muy incómoda. El cuerpo del moreno quedó encima del suyo, y Deidara aprovechó dicha cercanía para acariciarle.
Itachi no parecía nada molesto, más bien contrajo sus músculos logrando que se pusieran verdaderamente duros, para que Deidara disfrutara de tocarlo.
Dicha acción hizo gemir al menor.
Sus dedos se deslizaron por su marcado y delicioso abdomen, se movieron unos centímetros y encontró en uno de los costados el hermoso tatuaje que teñía de negro la piel del prisionero, acaricio el contorno del cuervo y luego sus dedos ascendieron hacia su pecho, pasando sus dedos por sus pezones y llegando hasta sus hombros, de los cuales debió sujetarse cuando sintió una embestida por parte del hombre.

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Inocencia criminal
FanfictionDeidara es un chico algo obstinado y juguetón; y su vida cambiara cuando salga con unos amigos, y se dé cuenta que ellos no son precisamente inocentes, sino que son unos ladrones y en medio de la confusión terminaran inculpando, haciendo que se lo l...