Yo No Te Abandoné "MaxNat"

Capítulo 7

Narra Nat:

No entiendo lo que está pasando, el Doctor dijo que estas marcas posiblemente no se borrarían, que me acostumbrara a vivir con ellas. Max vino a abrazarme con fuerza, depositó besos en mi frente y cabeza, después, me llevó a cenar fuera de casa, en un lujoso restaurante.

- No puedo quedarme aquí, mi ropa no es la adecuada.

- Entonces ponte esto...

Me entrega un precioso traje, cuando me lo puse me dijo que parecía un príncipe y que no le molestaría hacerme el amor aquí mismo. Justo ahora estoy dudando de estar en un lugar a solas con Max, porque creo que también sería capaz de entregarme a él en cualquier momento.

Entramos en el restaurante, Max pidió la mejor mesa para nosotros; luego se acercó una mujer muy hermosa. Alta, de ojos café oscuro, con su vestido rojo entallado, muy elegante; hasta que la vi mejor y su cuenta de que yo la conozco.

- ¿Any?

- Sí, soy yo, ¿te conozco?

- Soy Nat, ¿no me recuerdas? - Mira a Max y después a mí.

- ¡No puede ser! ¡Principito Nat! - Me dice muy emocionada. - ¡Lo recuperaste! - Se dirigió a Max.

- ¿Me recuperaste? ¿Qué significa?

- No es nada importante... Any, haz que me traigan lo mismo por favor.

En ese instante me pregunté: ¿cuántas veces a la semana cena Max en este lugar, para que ya tenga platillo favorito? Eso fue muy desconcertante para mí, así que pedí que me trajeran lo mismo y también permiso para levantarme e ir al baño.

Últimamente me miro mucho en el espejo, cualquiera puede decir que es vanidad; pero nadie ha pasado seis años sin ver su propio rostro. Terminé de lavar mis manos, después salí de allí y accidentalmente, escuché una conversación entre Any y Max.

- ¡Al fin recuperaste a tu niño! La persona por la que más luchaste; pero no parece que estés muy feliz por eso.

- ¡Estoy malditamente feliz de que esté conmigo Any! Pero, me odia, Nat dijo que me odia y eso me duele. - Dice limpiando sus lágrimas.

- Dile la verdad, para que vuelva a amarte.

- ¿Qué verdad Any? Sabes, ahora que lo tengo conmigo, me cuestiono si lo abandoné o no.

- Muchos fuimos testigos de que no lo abandonaste; solo cuéntale todo.

- No, quiero ganarme su amor de nuevo.

- Diciéndole todo, sería más fácil, rápido y menos doloroso para ambos.

- ¿Qué es eso que tienes que decirme?

- Ammm... Que el plato incluye aros de cebolla; pero si no los quieres, té los quitarán.

- ¡Está bien, los comeré!... Por ahora, solo quiero hablar con Any, para pedirle un favor.

Agarré a Any del brazo para poder alejarla de la mesa, tenía muchas preguntas que hacerle y tenía miedo también. Porque Jimmy y Tommy, no quisieron contarme nada más, dijeron que no les correspondía; solo espero que ella sí me diga algo.

- ¿Qué sucede Nat?

- ¿Qué es lo que Max me está ocultando?

- Lo lamento, no puedo contestar eso.

Me siento decepcionado, todos están encubriendo a Max, yo solo necesito que alguien me diga la verdad. Quiero ser feliz al lado de Max; sin embargo, parece que solo por él podré enterarme; decidí mirar a otro lado, y ahí estaban aún los paseos en canoa.

Le pregunto a Any por eso, y me sorprendió que esa fue la única información que le pude sacar, me explicó sobre esos paseos. Dijo que hace un par de años, fueron clausurados para ser eliminados; pero Max ya era un cliente VIP del restaurante y prohibió que los quitaran, o él dejaría de venir.

- Si Max dejaba de venir, el restaurante se iría a la quiebra.

- ¿Quebraría? ¿Por qué?

- Porque viene todas las noches, desde hace seis años y compra dos platos de comida.

- Invierte mucho dinero en este negocio.

- Lo más sorprendente, es que come solo uno, el otro lo pide para llevar y se sienta durante horas a ver en esa dirección.

Me quedé boquiabierto cuando Any señaló el espacio de paseos en canoa; él ha venido cada día durante seis años a recordarme. Con esa información, regreso atónito a la mesa, cené con él tranquilamente y luego regresamos a casa; pero no nos bajamos del auto.

- ¿Fuiste a ese restaurante durante seis años solo para recordarme? - Con su mano cubrió su frente.

- ¿Eso querías preguntarle a Any?

- ¡Tú pareces una tumba, no hablas conmigo! ¡Alguien más debe decirlo por ti!

- ... ... ... Te subiste a una canoa ahí, y unos meses después tu mamá te llevó lejos de mí; necesitaba salir de casa o moriría en la locura de no tenerte conmigo.

Por alguna razón, esta vez fui yo el que se fue sobre Max, tenía que besarlo, que me hiciera sentir que sus sentimientos son reales. Él corresponde mi beso, las cosas empiezan a calentarse, hasta que mi cuerpo dio con el claxón y ambos saltamos del susto; después nos bajamos para entrar a la casa.

- Esta noche, debías decirme tu decisión; no lo hagas, pero si aún quieres irte, mañana salimos temprano para el bufete.

- Hasta mañana entonces.

Me levanté temprano, me bañé, cambié, apliqué suficiente loción para provocar los celos de Max y salí a desayunar. Cuando llegué a la cocina, me miró de pies a cabeza, y pude notar el esfuerzo que hizo por no besarme, eso me causó un poco de gracia; después de comer, nos fuimos al bufete.

- Te presento a Ming, ella es mi asistente y aceptó enseñarte.

- Es un gusto conocerte Ming.

- El gusto es todo mío Nat. Ya te preparé una silla aquí a mi lado, así estarás más al pendiente de las cosas que debes hacer.

Luego, la cosas se pusieron extrañas en ese lugar, todas las personas que llegaban, Ming me las presentaba y correspondí cada saludo. Sin embargo, hubo uno, que llamó especialmente mi atención, el de dos chicos llegaron después del almuerzo.

- Hola Ming, ¿Desde cuándo tienes ayudante?

- Oh, no, Nat no es mi ayudante; está aquí para aprender de mí.

- ¿Nat? ¿El protegido del Licenciado Saran?

- Sí, ese mismo; así que no se metan en problemas, ¿entendieron?

- Dime una cosa Nat, ¿cómo es que un niño millonario quiere ser asistente?

- ¿Yo millonario? ¿De qué hablas?

- Si su boca fuera más grande, entraría una ballena por ahí... Ignóralos Nat, mejor ayúdame, aún me falta organizar esos archivos, en orden alfabético por favor.

Acepté hacer lo que me dijo, pero me quedé consternado por lo que dijeron aquellos dos y aún más, cuando encontré un archivo con mi nombre. Al abrirlo, descubro la razón que tenían todos, Max debió decirme esto, porque justo ahora, estoy llorando de nuevo; aunque es de felicidad.

Dejo todo lo que estoy haciendo, incluso el archivo, solo corro hasta la oficina de Max y la invadí, sorprendido me preguntó lo que sucedía. Pero, no podía decir nada, mi garganta estaba atorándose con la alegría de mi hallazgo, así que se acerca a mí y agarra mis manos.

- ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?

- Lo descubrí todo Max... Por favor... Di aquellas palabras... Que interrumpí el otro día...

- Nat... Yo No Te Abandoné...

Ambos caemos arrodillados, mientras nos abrazamos con fuerza y ahora es correcto decir, que puedo amarlo, como cuando tenía 11 años...