Capítulo 15

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Narra Nat:

Al fin dijo las dos cosas que tenía atoradas en su corazón, me alegró tanto que no quise soltarlo; lo abracé por mucho tiempo. Después me senté a su lado y él se recostó sobre mi pierna, me mira directo a los ojos, lo que me lleva a poner mi mano en su pecho para sentir su corazón latiendo.

- Tu corazón late muy fuerte y rápido. - Besa mi mano y la pone de nuevo sobre su pecho.

- Es por ti, tú eres el único que me hace sentir así.

- Max, te amo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Se levanta un poco para sentarse a mi lado derecho, así que aprovecho para recostarme en su hombro y abrazar su brazo. Me siento tan feliz ahora, aunque aún existen muchas interrogantes, sé que poco a poco se irán aclarando todas mis dudas.

- ¿Crees que tu padre aprobaría nuestro amor?

- Mi papá siempre dijo que la felicidad es lo más importante en la vida, que debía estar con una persona que me hiciera feliz... Así que, contestando tu pregunta, sí, lo aprobaría.

- ¡Qué bien! Ahora estoy tranquilo de que él me aceptaría.

- ¿Y tu mamá? ¿Aprobaría nuestro sentimiento?

- Para mi mamá, tú serías lo más especial del mundo. Ni siquiera yo estaría sobre ti.

- Sí, claro. - Contesté melancólico.

- ¿Acaso no me crees?

- No es eso, lo que sucede es que... ¿Cuántas veces lo hiciste con mi mamá?

Su expresión cambió de muy tranquila, a muy furiosa, fue increíble ver eso y más aún lo qué pasó después. Se levantó y empezó a caminar en círculos, parecía disperso; me sentí preocupado por su reacción, por eso le pedí disculpas, tratando de enmendarlo.

- Max, no te preocupes, sé que eso es normal en un matrimonio. - Me levanta y zarandea.

- ¡NO VUELVAS A DECIR ESO NAT!

- ¡No me grites! - Dije asustado.

- Nunca hubo nadie antes de ti, y no habrá nadie más que tú.

- ¿No has tenido intimidad con nadie?

- Eres tú Nat, siempre fuiste tú; lo único que deseo, es hacerte mío hasta el amanecer.

- ¿Y qué estás esperando?

- Hay planes para mañana... Después de eso, no te dejaré salir de la cama.

Ambos nos reímos de una manera nerviosa, parece que nos pusimos así al enterarnos de que los dos somos vírgenes. Pero, para romper el incómodo silencio que se creó entre nosotros, Max me abrazó por la cintura y me dio un beso lleno de dulzura, fue muy hermoso.

Después de ese beso, llamó un taxi, dijo que quería volver para que lográramos descansar un poco antes de que amaneciera. Aunque para mí, esta fue la mejor conversación, porque lo que me tenía molesto, era la idea de que Max no se resistiera con ella y conmigo sí.

Pero, con mis dudas aclaradas, nos subimos en el auto, regresamos al hotel abrazados y entramos agarrados de la mano. Creo que él también ha dejado de tener tanto miedo como antes y eso me alegra mucho, porque es cierto lo que le dije, yo lo amo y no quiero irme.

- ¿Por qué me miras tanto?

- Es que... ¿Max? ¿Tu trasero siempre fue así?

- ¿Así cómo? - Levanté mi mano e hice forma de apretar. - ¡Nat! - Dice cubriéndose, así que lo molesté.

- Es cierto, el mío es más grande. - Saltó a la cama y se acostó sobre mi hombro derecho. - ¿Qué haces?

- A trasero enorme y hermoso le toca dormir abajo.

- Max, acuéstate bien. - Lo empujé levemente.

- Shh, estoy bien gracias, duérmete.

Sacudí mi cabeza divertido, porque fue tierno sentirlo así, tan mío, por eso toqué su cabello y lo abracé aún más cerca. Max es todo lo que siempre pedí, sufrimos mucho para llegar hasta aquí, pero deja de importar, cuando estoy con la persona que amo, abrazados de esta manera.

Narra Max:

Estoy tan feliz al lado de mi niño, que parece que todo el dolor se ha borrado, ya no existen los seis años de sufrimiento. Incluso, me acomodé aún más en su hombro, fue tan hermoso sentirlo sonreír con mis acciones y eso es todo lo que ambos necesitamos, lo que siempre debió ser.

Amanezco con un aroma muy dulce entrando por mi nariz, se sentía tan sabroso; pero, al abrir mis ojos, estaba sobre la almohada. Me levanté de inmediato, me di la vuelta y ahí estaba Nat, desayunando fruta con Yogurt, viéndose sumamente tierno.

- ¡Buenos días! ¡Qué bien huele!

- ¡Abre tu boca!...

Sigo obedeciéndole como si él fuera el adulto, aunque me sorprendió que para darme comida, no uso cubiertos, ni sus dedos, sino su boca. Me quedo congelado por un momento, viendo esa uva entre sus labios y me siento tentado a comerme más que solo la fruta.

Al final accedí, agarré la uva entre mis dientes, pero con la tercera ya no pude resistirlo, tenía que comer más que eso. Así que con mi mano sobre su cuello, hice presión para que entre los dos la saboreáramos, mientras hacía un esfuerzo por besarlo con intensidad.

- ¡Max!

- Caí en la tentación, no te pondré excusas. - Con risa nerviosa me dice:

- ¡Eres un bobo!... Por cierto, ¿para qué pusiste la alarma si no ibas a despertarte?

- ¿De qué hablas? ¿Qué hora es? - ¡Ay no!

- Son casi las 11 de la mañana. ¿Por qué?

- Quería que fuéramos a pasear en una lancha, pero ya deben de haber regresado, el viaje estaba planeado para las 9:00 am... ¿Por qué no me despertaste?

- ¿Yo? ¡No dijiste que querías despertar temprano!

- Te dije que tenía planes para hoy...

- Pero no dijiste que eran tan temprano; se supone que estamos de vacaciones y por tu culpa estoy despierto desde las 8:30 am. - No pude evitar reír.

- Deberíamos de quedarnos aquí todo el día. - Dije rodeando su cintura con mis brazos.

- ¿Acaso conseguiste lubricante anoche? - Siento como si mi rostro se incendiara.

- ¡Nat, no digas eso!... - Mencioné muy tímido.

- ¿No te asusta estar a solas conmigo... - Se recuesta en mi hombro izquierdo. - Cuándo tengo gran deseo sexual de ti? - Deposité un beso en su frente y mirándolo a los ojos, le dije:

- No importan los planes que tenga, de todas formas, terminaremos en esta habitación haciendo el amor... Así que, ¿para qué esperar?...

Yo No Te Abandoné "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora