Narra Nat:Llegamos al restaurante con mi padre, no puedo creer que esté con vida, estoy tan feliz que quiero gritar. En verdad, no ha cambiado nada, excepto por su cabello que ahora es plateado, es exactamente igual que hace 12 años y ahora entiendo lo que dijo Max de que quería que yo disfrutara mi regalo.
Han pasado muchos años, pero en mis recuerdos, mi papá siempre me daba lo mejor a mí, así que esta vez me corresponde hacer lo mismo; por eso, pedí el mejor almuerzo que tuvieran, sin importar el costo de este, y aunque él se quejó, no permití que interviniera.
- Max dice que viviste un infierno con tu... ¡Esa mujer!
- Su odio dejó marcas en mi cuerpo; pensé que esas cicatrices no se borrarían, pero gracias a Max, ya no existen.
- ¡Perdóname hijo! ¡Debí cuidarte más!
- Papá, te diré lo mismo que le dije a Max... Ella siempre hubiera hallado la forma de hacernos sufrir a todos.
- Ella era la persona más infeliz y amargada.
- Lo peor, es que trató de llenarnos de esa amargura. - Luego me cambió el tema.
- ¡Increíble que estemos en la ciudad; yo jamás imaginé que saldría del pueblo!
- ¡La ciudad es más hermosa cuando estás con las personas que amas!
- Hablando de eso, explícame: ¿Qué relación tienes con el Licenciado Saran?
- Pues... En realidad, somos pareja.
Mi papá se veía un poco impactado por mis palabras y yo esperé a que le pasara la sorpresa para poder escuchar su opinión. Sin embargo, fuimos interrumpidos por Anny, porque sí, lo llevé al restaurante que frecuentamos con Max, ya que me encanta su comida.
- Hola pequeño príncipe, ¿cómo estás?
- ¿Pequeño príncipe?
- Hola Anny, estoy mejor que nunca, ¿y tú?
- Muy bien gracias... Oye, ¿dónde está Max? Vino hace como dos horas, pidió comida y se fue de inmediato.
Conversamos con Anny sobre Max por algún rato, incluso le presenté a mi padre y le conté todo sobre ella en mi vida. Él le agradeció por haberme apreciado desde que me conoció y después se retiró, aunque ya no hablamos sobre él, aún quiero escuchar su opinión.
Mientras sonreíamos, almorzamos muy tranquilos, nos hizo tanta falta este tiempo y estoy seguro de que lo aprovecharemos. Después de comer, pasamos al centro comercial, aún andábamos con el pequeño equipaje de mi padre; pero también con muchas ganas de comer helado.
- Puedo ver que eres muy feliz con Max. - Suelta de pronto.
- Todo lo que a él le importa es mi felicidad y lo demuestra todo el tiempo.
- ¿Ustedes... Ya...? - Hace una pausa larga. - ¡Ya sabes!
- Si te contesto que no, ¿Qué dirías?
- Qué me alegra que haya esperado a que cumplieras los 18 años.
- ¿Y si te contesto que sí?
- Campeón, no te mentiré; eso lo convertiría en un pedófilo y lo sabes.
- ¡Papá!...
- Pero, si fue consensuado... ¿No te parece que mi opinión sale sobrando?
- No, no me lo parece.
- ¡No puede ser!... ¡Te importa mi opinión!... ¡Ustedes sí...!
- ¡Papá no lo digas! - Ambos nos reímos divertidos.
- ¿Ya puedo conocerlo?
Le dije que sí, así que nos levantamos para irnos y le pedí que antes fuéramos al supermercado a comprar una bolsa con hielo. Saliendo de ahí, nos subimos a un taxi; increíblemente, pasamos un día ameno con mi papá, porque ya era de noche y yo sigo sin creer que esté con vida.
Estaba muy nervioso por ver a Max otra vez, pero seguía muy enojado con él y llegando a la puerta, no usé mi llave, si no que toqué. Esperamos muy poco tiempo, ambos nos sorprendimos al ver a Max con el rostro sucio, lleno de lágrimas, pero, mi ira pudo más, así que le di una bofetada que lo hizo tambalear.
- ¡Nat! - Grita mi papá.
- ¡¿Cómo se te ocurre renunciar a nuestro amor?!
- Mi niño, ¡estás aquí!
Max me abraza sin importarle el golpe que le proporcioné, y pese a todo mi enojo, le devuelvo el abrazo, apretándolo con fuerza. Ambos lloramos, estando así, parece que él se estuviera refugiando en mí; y ahora que lo pienso, no podríamos vivir sin el otro.
- ¡Perdóname! Solo quería que tuvieras el tiempo necesario con tu papá.
- Pues hoy duermes en el sofá de castigo.
- ¡Vaya carácter el de mi hijo! ¿Verdad? ¡Tú debes ser Max!
- Señor Natasitt, es un gusto conocerlo.
- ¡Gracias hijo, por lo que hiciste por nosotros! ¡Ya veo que su amor es algo salvaje!
- ¡Auch! - Me quejé de un dolor en mi muñeca, parece que le di muy fuerte a Max.
- Revisaré eso, pasen por favor, ¡hace frío afuera!
Max sacó una caja de primeros auxilios; pensé que atendería primero la inflamación de su rostro y después a mí. Pero, primero revisó mi muñeca; aunque lo que me dejó boquiabierto, fue la forma en que alivió el dolor, parecía un enfermero con una gran experiencia.
- ¿Dónde aprendiste eso? - Preguntó curioso mi papá.
- Bueno, me gradué muy joven de la universidad; en ese entonces, no podía ejercer como abogado, así que le pedí a mi papá unos pequeños cursos y capacitaciones sobre otras cosas para aprovechar mi tiempo.
- ¿Y... qué aprendiste?
- Enfermería básica, algo de relaciones públicas, alemán, francés, italiano y algo de hindi; además, incluí un curso de tres meses sobre gastronomía.
- ¿Estás diciendo que sabes cocinar y aún así prefieres ir a un restaurante?
- Es el más hermoso de todos, ¿no te parece?
Entonces entendí que va al restaurante por los recuerdos que tiene conmigo, es la única razón por la que gastaría su dinero ahí. Luego de que me aliviara el dolor de la muñeca, le pedí a mi papá que me diera el hielo, saqué el pañuelo de mi bolsillo y después de envolverlo, lo puse en su mejilla.
- ¿Para eso querías el hielo? ¿No saldría más fácil, no haberlo golpeado?
- ¡No lo entiendes papá! ¡No es primera vez que me hace esto! Y aún creo que necesita un escarmiento.
Aunque mi papá quería conversar con Max, se veía muy cansado, así que mi amado le dijo que fuera a dormir. Después, se levantó del sofá y se fue directo a la habitación, lo cual me enojó porque no tiene permiso de dormir en la cama, pero solo salió con una almohada y una sábana.
Me dijo que me fuera a dormir, me preparé con mi pijama y todo lo que me hacía falta, pero no me parecía suficiente. Así que me levanté como a las 10 de la noche, fingí que tenía sed, pero me senté a su lado en el sofá, lo que hizo que él se despertara.
- Nat, ¿no puedes dormir?
- La cama se siente inmensa sin ti. - Sonríe un poco.
- Te amo mi niño. - Lo abracé con fuerza.
- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. - Mis lágrimas salen sin control.
- No llores...
- Max, ven a la cama conmigo... ¡Quiero que me des otro regalo!
- ¡No! Tu padre está aquí.
- Por favor... ¡Por favor!
Me acerqué a sus labios y él comprendiendo mi mensaje, empieza a devorarse mi boca con desesperación...
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Yo No Te Abandoné "MaxNat"
Hayran KurguNat es un niño huérfano de padre, su madre se casa de nuevo; pero, Max es el sueño hecho realidad de Nat. Su madre se entera y lo lleva lejos para vengarse de él por haberse enamorado de su esposo...