Capítulo 9

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Narra Max:

Planeamos todo a la perfección, decidimos reunirnos en un restaurante de comida rápida con juegos para niños. Llegamos con Nat, él no sabía que mi amigo que quería conocerlo, en realidad era el juez que llevaba su caso; y ahí estaba esperándonos.

- Hola Nat, es un gusto conocerte. Max habla mucho sobre ti.

- ¿Tus amigos saben sobre mí?

- Claro, eres muy importante. Pero, él está aquí porque quiere hacerte unas preguntas.

- ¿Debo contestarlas todas?

- No te preocupes, solo dile la verdad, ¿está bien?

Después de decir aquello, sacudí un poco su cabello y cuando sentí que quería darle un beso en la frente; me detuve. Sin embargo, como la mesa era cerrada, pude tomar su mano por debajo, así el juez no lo notó y pudo comenzar con sus preguntas.

- ¿Te agrada Max?

- Muchísimo.

- ¿Y tu mamá?

- No lo sé, mi mamá ha cambiado mucho.

- ¿Te trata diferente? - Nat me mira preocupado y presioné un poco su mano.

- Mi mamá me golpea, cuando Max no está.

- ¿Te gustaría vivir solo con Max?

- Eso me encantaría, pero, ¿cómo podría vivir solo con él?

- ¿Qué te parece esto? Te dejo con Max por ahora; pero prometo hacer lo que pueda por ayudarte, ¿si?

- Sí, muchas gracias.

El juez le dio la mano a Nat, pero él se levantó a abrazarlo, porque se veía muy feliz, y yo también lo estoy, dijo que nos ayudaría. Dejé a Nat comiendo y acompañé al juez, quería que me dijera si la confesión de mi niño, me ayudaría a tener su tutela.

- Como yo lo veo, sería más fácil y rápido si fueras el padre biológico.

- Lo sé, solo soy el esposo de la madre.

- Aunque Nat no lleve tu apellido, legalmente es tu hijastro; y haberte casado con la madre, será de mucha ayuda, solo espera la resolución.

Después de sus últimas palabras, él se fue, la verdad es que se veía impactado por las respuestas de Nat. Yo solo regresé a la mesa con mi niño, comimos y luego lo llevé a un parque de diversiones; ya que mientras estuviéramos lejos de su mamá, éramos felices.

Pasó alrededor de un mes, Nat y yo hacíamos todo lo posible para estar afuera de casa el tiempo que fuera necesario. Un día, le pregunté por su diario, me dio curiosidad si yo estaba siendo mencionado ahí; pero él me dijo que se le había acabado unos días atrás.

Un par de días después, fui a una librería para comprarle uno nuevo, estando ahí, me cayó un mensaje del juez y corrí al juzgado. La resolución estaba lista, legalmente Nat era mi responsabilidad, cualquier decisión sobre él debía ser tomada por mí.

Regresé a casa, en el diario nuevo, metí la resolución, quería darle un doble regalo, pero no había nadie cuando llegué. En el piso cerca de la cocina, encontré su diario, estaba casi quemado, cuando lo recogí, tenía algunas páginas en perfecto estado; aunque no me atreví a leerlas.

Empecé a buscarlo como un demente por toda la casa, estaba malditamente desesperado, a cada segundo, era más difícil respirar. Pronto, siento mi celular sonar, y recuerdo que le regalé uno a Nat, en caso de emergencia, para llegar más rápido a casa.

- Mamá, ¿adónde me llevas? ¡Max se enojará mucho contigo!

- ¿Crees que Max te encontrará? ¡Jamás volverás a verlo! - Empiezo a grabar la llamada.

- Mamá por favor, detente, no quiero ir contigo.

- Porque quieres quedarte con lo que es mío, ¿cierto?

- Yo nunca quise tener nada tuyo...

- ¿Y tu padre? ¡Te dije que mantuvieras la boca cerrada, que no le dijeras sobre mi aventura con el padre de Jimmy! Pero no, se lo dices y muere de un infarto, ¡Tú me dejaste viuda!

- Mamá, no lo hagas por favor...

- ¡CÁLLATE! Tú me quitaste a tu padre, así que yo te quitaré a Max.

En ese momento me cae un mensaje: "¡Ayúdame te lo suplico! ¡No dejes que me lleve lejos!" Activo el rastreador de su celular; está en movimiento, pero se detiene de pronto y llamé a la policía, siendo el tutor legal de Nat, ella lo estaba secuestrando, así que lo reporté.

Inmediatamente, empezaron por el GPS, pero ella no se llevó el auto que le regalé, si no el otro; debí tirar ese maldito auto. Luego decidieron seguir el localizador del celular, la ruta se dirigía hacia un aparatoso accidente en la carretera principal.

Después de algunos minutos conduciendo, encuentro el lugar donde el celular de mi niño estaba tirado y lo recogí. Sigo como loco conduciendo en esa dirección, sé que debo encontrarlo o moriré; pero no conseguí nada y de repente, mi celular sonó de nuevo.

Era un oficial, diciendo que habían encontrado dos cuerpos en la morgue de un hospital, que estaban casi irreconocibles. Fui hasta allá y efectivamente, tenía la ropa de mi niño, pero en mi corazón, sabía que no era Nat, así que se lo dije.

- Él no es Nat, deben seguir buscando.

- Señor Saran, sé que es difícil pero...

- ¡QUE NO ME ESCUCHA! ¡LE DIGO QUE ESE NO ES MI NIÑO!

- ¡Cálmese! Está bien, seguiremos buscando.

Pero ellos no hicieron nada, ni siquiera las pruebas de ADN del procedimiento, solo declararon a Nat muerto. Así que busqué mis propios medios para demostrar que ese niño no era el mío; el único laboratorio dispuesto a hacer las pruebas, estaba en Suiza, pero eso no me detuvo.

Habían pasado dos semanas, nadie estaba buscando a Nat, yo salía cada mañana, buscando en hoteles, departamentos y otros. Llevaba una foto de él conmigo y se la mostraba a todo el que veía; incluso pegué carteles por toda la ciudad, esperaba que alguien me diera noticias.

Mientras tanto, cada noche, me iba a la cama de Nat y lloraba por horas por no haber cumplido mi promesa de protegerlo. Me sentía culpable, el juzgado pudo haber esperado, pero tenía prisa; y una noche, deslizaron una carta debajo de la puerta, así que la revisé.

- ¡LO SABÍA! ¡Sigues vivo mi niño! Y juro que te encontraré.

No podía dormir desde que él no estaba conmigo, entonces tomé los documentos y fui directo a la estación de policia. Cuando los vieron, quedaron impactados, rápidamente empezaron el papeleo para la búsqueda inmediata de mi Nat, pero ya habían pasado dos semanas.

Aunque debo admitir que fue mejor con ayuda, sabía que por el tiempo, era casi imposible que aparecieran...

Yo No Te Abandoné "MaxNat"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora